El cuchillo

Correcta adaptación de la novela de Patricia Highsmith "El cuchillo" que capta la esencia de su obra. Trama original, final ambiguo a la elección del lector/espectador y personajes fríos y distantes. Estoy de acuerdo en que no es la mejor adaptación de una novela de la escritora, tampoco la peor. "El cuchillo" no deja de ser una novela menor dentro de la obra completa de Patricia Highsmith, pero si que contiene los suficientes elementos para que los actores le saquen jugo a la historia, a poco que pongan de su parte. Y no lo hacen nada mal.

La película empieza contando dos historias aparentemente diferentes, que luego acaban convergiendo en una sola trama. Por un lado tenemos a Patrick Wilson, un aspirante a escritor que está cansado de soportar a su neurótica y celosa mujer, Jessica Biel , mujer fría e inestable y a Haley Bennett, cantante de poca monta, que completa el triángulo amoroso. Y por otro lado tenemos a Eddie Marsan (reconocible por ser el hermano mayor de "Ray Donovan") dueño de una tienda de libros de segunda mano, al que acosa un policía, Vincent Kartheiser, porque sospecha que el librero asesino a su mujer.

Como digo, sin ser una de las mejores en su género, cine negro, se deja ver. Con una duración ajustada y una tensión in crescendo hasta desembocar en la violencia.

Se han vuelto a lucir bien los que deciden los títulos en castellano. El único cuchillo que he visto en toda la película es esa navajilla pequeñita que sale durante unos pocos segundos cerca del final. Ni tiene la más mínima importancia en la trama ni es representativo. Ellos sabrán. Igual podrían haberla titulado “El tabaco”, habida cuenta que como buen ejemplo de cine negro, todos tragan nicotina sin concesiones. Se ve mucho más humo que al cuchillo, desde luego.
En fin, chorradas aparte, es una película típica de su género, en la que vemos a Patrick Wilson como protagonista, lo cual le viene bien para no encasillarse en el terror de James Wan.
Hay un crimen sin resolver, una mujer fatal que canta en un club, una pareja con problemas y además el protagonista escribe relatos de crímenes. Todo muy típico pero transcurriendo en los 60 en vez de en los 40.
Pues a pesar de contar con buenos elementos y estar más o menos bien contada, algo falla y no pasa la criba. La historia no me ha conseguido enganchar, y a pesar de querer enterarme de cómo se iba a resolver, me ha parecido bastante aburrida en su desarrollo.
La verdad es que no sabría decir exactamente qué es lo que no funciona, puede que sea su ritmo irregular, en el que no pasa nada demasiado interesante hasta el último tramo.
Quizá otro director con más tablas hubiera dado un mejor resultado. Me la imagino en manos de Hitchcock o Brian de Palma y otro gallo cantaría. El caso es que no merece la pena verla. Si dura hora y media y se hace bastante pesada, es que no será muy buena.

Intento de hacer cine negro, pero en ningùn momento logra atraparte, no consigue engancharte. Un ritmo pausado y ninguna de sus dos historias te engancha. Todo muy predecible, historia sin chispa, sin nada que aporte nada al género, me dejo frio. Buenos actores, para una historia simple que no aporta nada al género, se deja ver sin más, un placer.

La novela de Patricia Highsmith, “The Blunderer” (1954), ya había sido llevada al cine, en el año 1963, bajo la dirección de Claude Autant-Lara, y aunque a éste no le alcanzó para hacer una obra maestra, lo logrado fue bastante apreciable y con muy buenas actuaciones de Gert Fröbe, Maurice Ronet y Robert Hossein.

“The Blunderer”, título que podría traducirse como, “La Torpeza’, o más popularmente como, ‘La Metida de Pata’, en las ediciones en español se optó por convertirlo, sin demasiado tino y con más afanes sensacionalistas, en “El Cuchillo”, y esto, no solo despista a los que desean un tema menos truculento sino que engaña a quienes ansían ver brutales asesinatos.

Para su remake, el director Andy Goddard, no solo optó por algo más sensible, <<A KIND OF MURDER>> (Una Clase de Asesinato) -título con dos acepciones que será interesante descubrir en el desarrollo de la historia-, sino que se propuso aportar sus personales ideas para hacer un filme a su estilo y con ciertas variaciones. La colaboración, en esto, por parte de la guionista, Susan Boyd, fue considerable.

Lo logrado por Goddard, me resulta bastante satisfactorio y sé que tiene que ver con el hecho de que me apasiona la dinámica de la psicología, y estoy plenamente convencido de que, hay muchísima más acción –y de sobra con más sustancia- en una mente activa, que en veinte bravucones dándose puñetazos o cien armas disparando a diestra y siniestra.

Las mentes del arquitecto y escritor, Walter Stackhouse, y la del librero Marty Kimmel, no tienen un momento de quietud. Aquel quiere saber -porque presiente que éste lo hizo y porque quisiera aplicarlo también con su depresiva mujer-, cómo logró cometer el crimen perfecto ya que, a la fecha, nadie tiene idea de quién fue el que pasó a su esposa a mejor vida; y Kimmel, quiere saber cuánto sabe Stackhouse, porque su presencia en la librería empieza a resultar bastante sospechosa… y queda contar, aún, con el sabueso de la policía, Lawrence Corby, quien, cuando comienza a avizorar que hay ciertos puntos comunes entre los dos hombres, reabre el caso y comienza a atar los más sólidos cabos.

La trama es pura energía mental, y ya sabemos de los logros que, en este terreno, nos brindara la magnífica escritora estadounidense… por esto, no culpo a Goddard de que se le haya olvidado o no se haya preocupado en recrear, con mayores detalles, un atractivo ambiente de la New York años ’50… y me gusta mucho que, el cacareado cuchillo, apenas luzca, fugazmente, en un par de escenas para complacer al honorable.

Patrick Wilson (Stackhouse), Vincent Kartheiser (Corby), Haley Bennett (Ellie) y Eddie Marsan (Kimmel), están en su punto consolidando una trama que, definitivamente, tiene brillo propio; y mención especial para la banda sonora de Danny Bensi y Saunder Jurriaans, pletórica de creatividad y un excelente complemento de las acciones.

Y recuérdenlo: “Nadie tiene una buena opinión de un hombre que tiene una mala opinión de sí mismo”.

Título para Latinoamérica: UN CASO SIN RESOLVER

Primeramente digo que no es una mala película, se deja ver, con errores y cosas desaprovechadas pero el resultado es aceptable. La historia es la de un arquitecto, devenido a escritor, que cansado de su neurótica esposa se enreda con una cantante de un club, por otro lado un dueño de una librería es acosado por un policía que lo acusa de un asesinato. Aparentemente estos hechos no se relacionan, cosa que al final, un poco forzando algunas cosas, veremos que no es tan así. Un buen trabajo de Patrick Wilson y Jessica Biel encarnando a la insoportable esposa del protagonista. Habiendo tan pocas películas de un genero casi olvidado como el policial negro, en mi humilde opinión pudo haber sido mejor.