Alle tijd

Maarten, con sus kilos de más, llena la pantalla de ternura, por lo mucho que quiere a los que le rodean y por la falta de un amor de verdad para él mismo. En tono de comedia la película va pasando sobre los distintos momentos de ese hombre cercano a los cuarenta que ve como su vida en función de los demás va quedando aislada y, si me apuran, utilizada. En esa preocupación por los demás está su gran defecto: toma las decisiones sin consultar. Pero todo no es felicidad en la vida, y en algún momento llega el drama, y lo que antes eran sonrisas del espectador, ahora pueden convertirse en alguna lágrima. Lo más interesante cinematográficamente es la planificación y la fotografía del desenlace del drama, las posiciones de la cámara, los colores y la vestimenta de los protagonistas. Pocas veces momentos tan dramáticos los he visto tratados con tanto cariño y eso creo que se debe a que el director debe ser un hombre de la misma humanidad que Maarten. En conjunto la película va llevando al espectador y al final, este no siente la sensación del tiempo perdido, sino del tiempo ganado en lo que pueda haber aprendido de la oronda humanidad de Maarten.