James Ivory, el largo viaje

Bonito homenaje el que se brinda James Ivory con este documental que o ha pasado desapercibido o es que estoy un poquito desconectado de los estrenos. No es una película de las que se estrenen en salas ni aún en plataformas, y si lo hace casi es de rondón.

En esta película narrada en primera persona vemos lo que ya sabíamos y a veces sólo intuíamos a ver sobre la vida y la obra de James Ivory. De alguna manera podría considerarse una confesión para algunos.

James Ivory, el largo viaje es un breve, conciso, casi a modo de epítome, autorretrato que abarca los 95 años que todavía contemplan al cineasta norteamericano (queda claro en el documental, don James no es británico. A que lo pareciera). Con cuatro trazos que son más que suficientes se nos cuenta una vida y una obra que según vemos en la película están más que unidas, son indisolubles.

A partir de un viaje que hizo Afganistán a comienzos de los años 60 y de una curiosa comparación con un emperador mogol del siglo XVI, Ivory se confiesa a todo aquel que desconociera aspectos de su vida, algunos de ellos ciertamente desconocidos por todos. Otros datos eran conocidos pero vienen al documental de manera espontánea, natural y casi también por inercia. Merchant y su matrimonio con la India.

La película bien podría ser un ejercicio de narcisismo pero es todo lo contrario. Ese largo viaje es su vida, tan alejada de los focos que maravilla, y su obra, que a cuentagotas se filmó y que tan apenas nos ha llegado siempre. En este corto documental Ivory se retrata.