Un viaje a Marte (C)

Refiriéndome al pomposo título de esta crítica, son palabras de -nada menos- Tomas Alva Edison, el inventor, que es el guionista de este film. Al comienzo un hombre que realiza maniobras con un tubo de ensayo logra que se eleve por los aires una especie de ensaladera. Es el inicio de su éxito ya que luego podrá él dirigirse a Marte y -si cabe el neologismo- marcianizar. Allí vivirá unas breves aventuras parejamente con la longitud de la filmación, de desenvolvimiento escueto. Pero, así y todo interesante con figuras de árboles antropomorfos y temibles y una caracterización y aspecto que nada tienen que envidiar a las actuales. Por estos motivos el film es ciertamente atractivo e interesante y me parece recomendable.

Muy del gusto de los primeros años del siglo pasado, este viaje interplanetario que nos ofrece Edison adolece de cierta precipitación en el rodaje así como de un desigual modo de interpretar los tiempos de la aventura.

No se le puede negar valor como cinta pionera pero en la dinámica de su desarrollo argumental dista mucho de la frescura y capacidad de fabulación de otras producciones de esta época de temática análoga.

Aunque no esté exenta de ingenio y cierta gracia.