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Cowboy de Copenhague (Miniserie de TV)

Serie de TV. Drama. Thriller Miniserie de 6 episodios. En un miserable inframundo criminal de Copenhague dominado por proxenetas, traficantes de armas y asesinos, una joven mística llamada Miu (Angela Bundalovic) emprende una misión en busca de venganza.
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
9 de enero de 2023
27 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obviamente no puede haber unanimidad en la opinión que Winding Refn genera sobre su trabajo. Yo soy de los que se lo tragan.

Se tiende a pensar que el director danés se esfuerza y se complace en el apartado visual despreciando la narrativa. Lo que sucede es que a Refn le interesa más invocar con la imagen y además se empeña en intentar conseguir constantemente una apariencia atractiva y soberbia.

Refn parece haber aceptado hace años que el éxito comercial de Drive fue sólo un suceso al que no debe intentar volver.

Cowboy de Copenhague es estupenda para quien le guste flipar con el esoterismo fluorescente de NWR.

Nada recomendable para personas que creen que lo que ven en Instagram es real.
Paolo Wiesman
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7 de enero de 2023
22 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Winding Refn vuelve a casa por navidad. Regresa a Dinamarca, tras muchos años rodando para el infame mercado capitalista que algunos llaman Hollywood. En el caso de Refn, a diferencia de la mayoría de directores europeos en Estados Unidos, retorna con algunas mejoras. Y, paradójicamente, más influido por directores no-estadounidenses: Por ejemplo, con unas gotas de santa sangre psicomágica de Jodorowsky; con cierta mirada pausada que ambiciona semejar a Wong Kar Wai. Pero sobre todo, poseído por la brujería luminosa y post moderna sumergida en color de "Suspiria" e "Inferno". Si en casi todas mis críticas cito a Dario Argento, en el caso de Winding Refn la mención era insoslayable. Winding Refn a partir de "Drive" es el gran culpable de una ola de neogiallo salvaje, que va desde "Climax" de Gaspar Noé hasta la fallida "Last night in soho", pasando por toda clase de arrebatos en videoclips de Foals o Chvrches de clara inspiración giallo.

Winding Refn, como decía, en Estados Unidos, lejos de jugar a ser más americano que los americanos tipo Roland Emmerich, Wolfgang Pertensen, Sollima y ese largo etc, ha hecho el camino inverso. Ahora vive entre el giallo y la segunda ola de Hong Kong. Ahora podría adscribirse al nuevo extremismo francés. NWR es el anti-Cameron. Tal vez esta sea la mayor paradoja: los cines están capitalizados por una película, Avatar Dos, que se aleja mucho del cine mismo; mientras que en Netflix (ese telecinco marca Starbucks) se hospeda, sin hacer mucho ruido, una obra que recuerda al cine que nos hizo soñar a los cinéfilos con las retinas bañadas en haluro de plata.

Cowboy Kobenhavn, que es como yo prefiero llamarla, además se distribuye en seis dosis, como si de una serie se tratase ¿El resultado? Es la primera vez que veo una "serie" del tirón, sin pestañear... Repite jugada NWR, que ya hizo una película de diez horazas para Amazon.

No se puede obviar las influencias de Winding Refn, ni tampoco como hemos llegado hasta aquí. Netflix le tenía ganas al danés: lo demostró haciendo "Nuevo sabor a cereza", la mejor obra de Refn que el propio Refn nunca llegó a filmar. Pero es que encima series como "Stranger Things" o "Locke and key" son productos digamos light pero derivados de NWR: sin la trilogía de neón de este cineasta, no existirían sus excesos cromáticos y musicales.

Bien, hecho este balance, para mí necesario para entender lo que significa este cineasta en la cultura popular y el audiovisual actual, procedo a analizar la serie propiamente dicha.

En primer lugar, la protagonista me parece un gran acierto. Probablemente, el mejor personaje de la ya pentalogía de neón. Hablamos de una ¿santa/bruja? cruce entre el folklore de Kusturica y alguna protagonista ¿indestructible? tipo Bannion en "Suspiria", y como si "Ms45" fuese protagonizada por Jessica Hyde. Eso sí, la firma inconfundible en dirección de actores de NWR sigue intacta: Angela Bundalovic no parpadea (¿Oye pero sus ojos?) al igual que acaeciese con Gosling en "Drive". Siempre pensé que lo de Ryan Gosling en Drive, era correlativo a Carey Mulligan y cierto episodio televisivo llamado precisamente "Blink" (Parpadeo). Pero posteriormente la cosa fue incluso a más en "Solo Dios perdona", y llegué a la conclusión de que lo de que sus protagonistas ni pestañeen es un requerimiento/argucia del director. Es un recurso. Lo lleva tan al extremo que puede parecer autoparodia, pero creo que es perfectamente válido. Confiere al personaje una distinción con respecto al resto del reparto única. Por un lado, parece el personaje que "más ve"; pero por otro, resulta más ausente. Vamos, que en definitiva, es el espectador.

En el caso del papel de Angela Bundalovic, creo que es aún más adecuado que en el de Ryan Gosling. Angela Bundalovic interpreta a una suerte de vidente. El personaje siempre ve más allá que el resto de seres que pueblan esta obra. Tiene visiones, corazonadas, precogniciones. Es un triunfo cómo entre actriz, guion y director dibujan el personaje, que acaba siendo fascinante pese a algunos "peros" que el conjunto de la serie sí que plantea y no siempre resuelve de manera satisfactoria.

También es curiosa la evolución de los capítulos, con uno como el 5 claramente escindido del estilo visual predominante en la serie. El quinto está en una coordenadas entre la fantástica "Utopia" de Marc Munden (influencia innegable) y el videojuego sueco de 2008 "Mirror´s edge". En el sexto, las reminiscencias son obvias a una de las mejores cintas de Romero: "Season of the witch" y su inicio (obra maestra total) en un bosque onírico.

El cromatismo juega con dos colores: el rojo y el azul. El azul es asignado a la paleta de color de la protagonista. El rojo, sin embargo, está omnipresente en los antagonistas por sanguinarios y lascivos (la protagonista es un personaje, por contra, asexuado) Colores como el rosa y el morado aparecen cuando confluyen ambas fuerzas en ¿la psique de la atmósfera?

Finalmente, Refn llega a enmarcar a nuestra protagonista en un neón circular, evocando la imagen de una santa. A los malos, recreando toda iconografía vampírica que se precie, siestas en el ataúd del castillo incluidas.

La serie es abstracta, tanto por momentos desde dirección, como evidentemente desde el punto de vista del guion. Esto, que será vilipendiado, se me antoja explicar que no es malo per se. No, no "indica una falta de ideas". Las ideas están, ya las he comentado. La serie también trata otros temas como la inmigración. No es que los esquive precisamente, sino que el estilo tiende a dejar margen de reflexión al espectador. Muchas veces es preferible a mascar y remarcar al consumidor lo que está viendo. Los diálogos sobreexplicativos pueden ser síntoma claro de una mala película, y Winding ya solo hace películas que como mínimo merecen en nuestro Filmaffinity el calificativo de interasentes e incluso "buenas". Aquí recupera premisas de sus primeras pelis... Pero como ha mejorado este chaval desde entonces.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Yaveric
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11 de enero de 2023
16 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si eres seguidor de Nicolas Winding Refn, la serie está a la altura de lo que suele ofrecer. La técnica del director danés está más o menos depurada desde el batacazo de 'Solo Dios Perdona' (película maltratada para corregir un rumbo artístico que Refn ha preferido eludir), si bien es cierto que está bastante lejos de ser tan asertiva, ofreciendo ciertas concesiones a un espectador habituado a los frutos que da Netflix. En ese sentido, es una apuesta menos seca que 'Too old to die Young', tanto en el ritmo como en su experimentación con lo que puede dar de si una historia que pasa por los tropos habituales del formato televisivo (venganzas, conflictos a corto y largo plazo).

Sin embargo, pese a que es un Refn muy caricaturesco (me niego a usar el acrónimo NWR que nos viene vendiendo tras su autoproclamada obra maestra 'Drive') donde los movimientos de cámara forman parte del ejercicio autoconsciente de ese sentimiento de parodia, consigue crear una atmósfera interesante de ver y escuchar, construyendo pequeñas tramas sostenidas en trabajadísimos (por históricos) temas que difícilmente no enganchan.

Hay un más que obvio tanteo con la fe, la espiritualidad, lo sobrenatural (por ahí dicen que esto va de superhéroes y la simplificación temática no solo duele, sino que hace más notable el hecho de que es un producto cuya campaña de marketing corre a cargo de Netflix). Todo se hace bastante palpable, se intuyen las consecuencias pero su desenlace siempre es satisfactorio. Por otro lado, es verdad que es menos atrevida que la anterior serie que hizo para Amazon y que yo prefiero antes que esta, sin desmerecerla en absoluto. Sin embargo, aquí hay un claro distanciamiento con el homenaje, y la historia, pese a interesante, no están sustanciosa como en aquélla.

Sin embargo, se trata de un Refn reconocible, donde los problemas que asolan a su protagonista son muy de la estirpe de su trilogía Pusher y la estética ya es hasta reiterativa señalarla como marca de la casa. Este director siempre es un placer de revisitar, haga lo que haga, se arriesgue como se arriesgue, fracase como fracase. A mi juicio, un producto discutible pero a la altura de su obra general.
Prometheus27
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1 de febrero de 2023
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una serie de un autor muy particular, Nicolas Winding Refn, que tras su éxito comercial en “Drive” sigue haciendo trabajos cada vez más personales en los que depura la faceta estética pero que a nivel narrativo se alejan tanto de lo convencional que pueden tener partes francamente crípticas.

“Cowboy de Copenhague” es un recorrido por todas sus obsesiones y los diversos submundos que ya había introducido en sus anteriores trabajos, como la trilogía de “Pusher”, con los que juega, mezcla y lleva su estilo aún más al extremo.

A nivel estético la serie es realmente muy buena, la fotografía, los encuadres, el uso cromático, la música, el poder que tienen algunas de sus imágenes o momentos para evocar son fantásticos.
La historia sigue a Miu (Angela Bundalovic), un personaje lacónico que es mucho más de lo que aparenta mientras pasa por los bajos fondos en su camino, que aún no se sabe a donde puede ir a parar.

Rica en matices y simbolismos, la serie sitúa muchos elementos muy potentes tanto visualmente como a nivel sonoro, tales como los cerdos, un carismático Andreas Lykke, paisajes casi oníricos, múltiples símbolos, aspectos esotéricos y elementos que me llevan a diversos cuentos clásicos populares y con los cuales puede tener ciertos paralelismos.

El guion me falla bastante, los diálogos me resultan casi involuntariamente cómicos en algún momento concreto, y de momento, a falta de que quizá aporte más piezas y claves en una segunda temporada, y pese a que sigue perfeccionándose a nivel formal, veo su fondo carente de control y es por eso que su potencia desmedida no me convence.
mi_mo_ca
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18 de enero de 2023
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sumario

Inclasificable serie dinamarquesa que combina lo fantástico con el neo-noir, el thriller y el drama. Lo mejor de la serie acaso nos sea su historia sino la naturaleza enigmática de su joven protagonista y, sobre todo, los increíbles e hipnóticos climas que crea, con una puesta en escena que apuesta a la morosidad y al hieratismo.

Reseña

Es muy difícil hacer una sinopsis argumental y una tipificación de esta cinematográfica serie inclasificable del danés Nicolas Winding Refn (“nfr”).

Podríamos comenzar diciendo que es la historia de Miu, una chica sin familia, comprada por una madame de un burdel para que use en su favor ciertos supuestos poderes que tiene. A partir de ahí Miu irá transitando otros escenarios, vinculándose con personajes y colectividades del submundo delictivo de Copenhague, con trata de personas y tráfico de drogas incluidos, en un derrotero por momentos tarantinesco. También es la historia de un pacto de agradecimiento que Miu buscará honrar y un relato sobre madres, hijas y filiaciones.

Por otro lado, junto a un universo inmigratorio que incluye personajes balcánicos y chinos, los daneses nativos están representados por una familia aristocrática muy particular.

Miu (una impenetrable Angela Bundalovic) es una esmirriada heroína, de una identidad enigmática, que es difícil determinar. Cuando digo identidad, me refiero a la acepción amplia del término (origen, esencia); la incertidumbre al respecto crea misterio alrededor del personaje principal y es uno de los puntos fuertes de la serie.

En cuanto al género, lo fantástico y onírico se combina con el thriller neo-noir y el drama.

Pero lo principal de esta miniserie no es tanto su historia como los increíbles climas que logra, con una puesta en escena que apuesta a la morosidad y al hieratismo: repleta de lentísimos paneos circulares y panorámicas de escenas iluminadas en rojo o azul flúo, planos fijos, planos secuencia y una musicalización electrónica de Cliff Martínez, Peter Peter, Peter Kyed y Julian Windingque que recuerda a Tangerine Dream; imágenes y viñetas que remiten al giallo italiano, a David Lynch y un poco a V de Vendetta.

https://wp.me/pcXanI-1gu
Daniel B
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