Miss Kicki

Si sólo pudiera destacar positivamente algo de la película, diría que "Miss Kicki" es "creíble": un argumento absolutamente cotidiano y próximo que consigue hacer que te identifiques totalmente con cada uno de los personajes.

Quizá el exceso de sobriedad típico de la compostura sueca (tan típicamente luterana) representa un obstáculo para "romper el hielo" entre un lado y otro de la pantalla, pero eso es algo que si se asume previamente no representa mayor problema.

Resulta refrescante poder ver una película que, a pesar de su crudeza y dureza psicológica, consiga plasmar en poco menos de hora y media los sentimientos de sus tres protagonistas de una forma tan sutil y concisa.
Esta vez "lost in translation" se desplaza a Corea, país de origen del director, para recrearnos no con sus paisajes, sino más bien, con sus personajes (a veces demasiado estereotipados, ver recepcionista de hotel) para adentrarnos en los (sub)mundos de la Corea.
Impecable, Pernilla August.

Esta casi última película del malogrado Hakon Liu es un prodigio de combinación de dos mundos herméticos, al menos para nosotros los latinos: el sueco y el chino.
Todo son sentimientos, sutilezas, pero nadie se arranca, nadie dice las cosas claras de una vez.
Y ese ambiente está rodado también como de puntilla, sin querer exagerar nunca.
El resultado, a pesar de que la película no es larga, es que a veces uno se impacienta, ante tanta lentitud. Pero en conjunto es una obra que merece ser vista, también por la interpretación excelente de Pernilla August.