La dama del Boulevard

Conductora de una ambulancia durante la I Guerra Mundial; empleada de un periódico, script, y luego editora y hasta guionista en un Estudio hollywoodense, Dorothy Arzner demostró, desde muy temprana edad, que era de esa suerte de mujeres para quienes, aprender algo nuevo cada día era el mayor de los placeres. A nadie sorprendió pues, cuando en 1927, la Paramount la llamó para que dirigiera la película, “Fashions for women”, con la que surgía la primera directora importante que había dado el cine hollywoodense. Para beneplácito de las féminas, la señora Arzner demostró, con frecuencia, el más serio interés por reivindicar los derechos de las mujeres y en su cine es común encontrar chicas de fuerte carácter que defienden con firmeza lo que desean. Por esta razón, cuando en las décadas de 1960-70, surgieron aquellos fuertes movimientos feministas, su cine y su obra en general fue reivindicada y, Arzner, se convirtió en el primer miembro femenino de la Guía de Directores de América.

<<NANÁ>>, fue la treceava película que dirigió Dorothy Arzner, siendo la primera y única vez que, hasta la fecha, Hollywood ha adaptado la exitosa novela de Émile Zola. Por fortuna, la directora supo entender y respetar los aspectos positivos del carácter de este fuerte, bello y trágico personaje, y el filme, con algunas variables para que adquiriera su sello personal, consigue resultar muy agradable, mientras podemos contemplar la decadencia de la aristocracia de la segunda república.

La chica que representa a Naná, fue una actriz rusa que comenzó su carrera en el Teatro de Arte de Moscú que dirigía el célebre Stanislavsky. Había aparecido en una decena de filmes en su patria y en dos o tres más en Europa, y cuando el productor, Samuel Goldwyn, la vio en la película alemana, “Der Mörder Dmitri Karamasoff”, quedó fascinado con ella, y de inmediato, buscó la manera de traerla a los Estudios de la MGM. Así, quien naciera como Annel Stenskaja, seguiría haciendo historia como, Anna Sten, en los créditos de, <<NANÁ>>, y en la restante docena de películas que realizaría en los Estados Unidos de Norteamérica.

Hasta hoy, siento que ninguna actriz se ha asemejado tanto al carácter y la figura que, Émile Zola, describe en su conmovedora y muy crítica novela, y aún con todos los cambios que le hicieran los guionistas, Willard Mack y Harry Wagstaff Gribble, la historia preserva su autenticidad, transmitiendo lo que, en definitiva, el autor mantuvo en mente.

Lionel Atwill (el conde-coronel André Muffat); Mae Clarke (Satin); y, Richard Bennett, como el empresario Gaston Greiner, complementan muy bien esta historia magníficamente fotografiada por Gregg Toland... y Dorothy Arzner, firma, así, otro título afortunado en su carrera, en el que la mujer demuestra que, el carácter es indispensable para poder vivir en libertad.

Con, “We Live Again” y “The Wedding Night”, <<NANÁ>> constituye la trilogía por la que, Anna Sten, merece ser por siempre recordada.