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188
Drama
Emigración rumana a Europa Occidental. Se divide en tres partes que se mezclan entre sí: una pareja que no encuentra trabajo ni vivienda decide emigrar. Una madre, cuya hija ha sido plantada en el altar, quiere que la chica se case con un hombre de buena posición, aunque para ello tenga que emigrar. Un coronel de la policía recibe la visita de un joven que emigró a Alemania hace más de una década. (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2009
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mungiu debutaba en 2002 mediando un curioso drama con acertados tintes de comedia que no hace más que girar entorno a un tema, al parecer, sumamente corriente en Rumania: la huida de muchos habitantes del país en busca de un estilo de vida mejor o, simplemente, en busca de un lugar donde poder asentarse y lograr aferrarse a un trabajo y un lugar estable.
Desde su inicio, el tono humorístico salpica la cinta dejando entrever que el trabajo del realizador rumano no sólo estará enfocado entorno a conseguir un drama compacto o lograr que las distintas historias que la componen confluyan entre sí con total soltura, sino a dejar un cómico rastro de situaciones para lidiar con un tema tan agrio como el presentado. Sin embargo, pueden ser esos primeros instantes, los que verdaderamente induzcan al espectador a verse perdido en un relato que parece estar compuesto por retazos y que no llega a alcanzar un cáriz del todo maduro, pero es precisamente a medida que va avanzando, cuando nos damos cuenta de que realmente nos toparemos con los detalles que lo van completando más adelante. Muy bien jugada ahí la baza del director.
De este modo, Mungiu traza un retrato un tanto crudo, pero con ciertas dosis de positivismo, logrando culminar "Occident" de forma que su reverso resulta de lo más agradable, y se otean en él cualidades agraciadas de observar en el punto cúlmen de una obra, sabiendo ofrecer así un contrapunto y ampliando un poco la gamma de tonalidades para que no todo sea blanco o negro.
Un elenco actoral de lo más sacrificado que, pese a no alcanzar grandes cotas (quizá sí algún personaje, como el del padre), da lo mejor de sí, completando un trabajo que, pese a no poseer ese pulso y esa increíble aspereza que si tenían las imágenes y contenido de "4 semanas, 3 meses y 2 días", posee otro buen dechado de cualidades que la hacen una más que meritoria ópera prima, con uno de los finales más bonitos que he visto últimamente. Habrá que seguirle la pista a Mungiu.
Desde su inicio, el tono humorístico salpica la cinta dejando entrever que el trabajo del realizador rumano no sólo estará enfocado entorno a conseguir un drama compacto o lograr que las distintas historias que la componen confluyan entre sí con total soltura, sino a dejar un cómico rastro de situaciones para lidiar con un tema tan agrio como el presentado. Sin embargo, pueden ser esos primeros instantes, los que verdaderamente induzcan al espectador a verse perdido en un relato que parece estar compuesto por retazos y que no llega a alcanzar un cáriz del todo maduro, pero es precisamente a medida que va avanzando, cuando nos damos cuenta de que realmente nos toparemos con los detalles que lo van completando más adelante. Muy bien jugada ahí la baza del director.
De este modo, Mungiu traza un retrato un tanto crudo, pero con ciertas dosis de positivismo, logrando culminar "Occident" de forma que su reverso resulta de lo más agradable, y se otean en él cualidades agraciadas de observar en el punto cúlmen de una obra, sabiendo ofrecer así un contrapunto y ampliando un poco la gamma de tonalidades para que no todo sea blanco o negro.
Un elenco actoral de lo más sacrificado que, pese a no alcanzar grandes cotas (quizá sí algún personaje, como el del padre), da lo mejor de sí, completando un trabajo que, pese a no poseer ese pulso y esa increíble aspereza que si tenían las imágenes y contenido de "4 semanas, 3 meses y 2 días", posee otro buen dechado de cualidades que la hacen una más que meritoria ópera prima, con uno de los finales más bonitos que he visto últimamente. Habrá que seguirle la pista a Mungiu.
23 de abril de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos ante una película que en lo referido al estilo narrativo recuerda a "Rouge" de Kieslowski, salvando las distancias de lo que es la obra culmen de un director consagrado y lo que no deja de ser la opera prima de un por entonces prometedor - hoy ya confirmado - director de Iasi (Rumanía). Pido perdón a los puristas por lo que pueden considerar a todos luces pecado mortal, pero llamo a las cosas por su nombre y trato de ser preciso: al César lo que es del César. La habilidad en el manejo de historias diferentes que al final acaban confluyendo es uno de los principales activos del trabajo de Cristian Mungiu, tanto como su intento por reflejar las miserias diarias de la Rumanía post-comunista, uno de los anhelos del Nuevo Cine Rumano de la última década, de cual "Occident" es uno de los primeros ejemplos.
Quedaba un "largo" camino por delante hasta la aclamada "4 meses, 3 semanas y 2 días" (2007) y otros casos paradigmáticos de esta ola artística que ha conocido Rumanía en los últimos diez años, la técnica y el estilo debían ser depurados, pero sí, aquí están los orígenes del cine que ha puesto las creaciones rumanas en los principales festivales de todo el mundo, con toda justicia si se me permite. Hoy en día es difícil encontrar en el mundo cine de escuela, con tal grado de coherencia temática y estilística, siendo quizás el último ejemplo puntero el Cine Dogma, cuyo mejor momento parece haber pasado ya. Y es que siempre hay que volver a los orígenes para apreciar la magnitud de lo que se ha logrado, para disfrutar de esos primeros balbuceos tan simples como ambiciosos, porque esa es una de las principales cualidades de este Nuevo Cine Rumano: ahondar en lo complejo del ser humano a través de las miserias de la vida diaria (pienso en "The Tube with a Hat" de Radu Jude). Espero que se me entienda: este cine lleva a cabo un enfoque simple, real, natural (es decir, mostrar la realidad sin artificios, tal y como es) de hechos de la vida diaria o, también, hechos extraordinarios que rompen esa cotidianeidad ("4 meses, 3 semanas y 2 días" muestra un embarazo indeseado, "Cómo celebré el fin del mundo" nos pone frente a los últimos estertores del régimen de Ceaucescu y "La muerte del señor Lazarescu" afronta el tema de la soledad y la llegada de la muerte; todas ellas son buenos ejemplos).
La habilidad narrativa de Cristian Mungiu se pone de manifiesto en el momento en que para mostrar la interconexión de las diferentes historias que jalonan el film no cae en lo repetitivo, sino que en cada escena repetida para enlazar los diferentes argumentos nos muestra un ángulo diferente, algo nuevo que activa nuestra atención y nuestra memoria. Precisamente el nexo de unión de todas las historias es "Occidente", motor visible de toda la película.
Quedaba un "largo" camino por delante hasta la aclamada "4 meses, 3 semanas y 2 días" (2007) y otros casos paradigmáticos de esta ola artística que ha conocido Rumanía en los últimos diez años, la técnica y el estilo debían ser depurados, pero sí, aquí están los orígenes del cine que ha puesto las creaciones rumanas en los principales festivales de todo el mundo, con toda justicia si se me permite. Hoy en día es difícil encontrar en el mundo cine de escuela, con tal grado de coherencia temática y estilística, siendo quizás el último ejemplo puntero el Cine Dogma, cuyo mejor momento parece haber pasado ya. Y es que siempre hay que volver a los orígenes para apreciar la magnitud de lo que se ha logrado, para disfrutar de esos primeros balbuceos tan simples como ambiciosos, porque esa es una de las principales cualidades de este Nuevo Cine Rumano: ahondar en lo complejo del ser humano a través de las miserias de la vida diaria (pienso en "The Tube with a Hat" de Radu Jude). Espero que se me entienda: este cine lleva a cabo un enfoque simple, real, natural (es decir, mostrar la realidad sin artificios, tal y como es) de hechos de la vida diaria o, también, hechos extraordinarios que rompen esa cotidianeidad ("4 meses, 3 semanas y 2 días" muestra un embarazo indeseado, "Cómo celebré el fin del mundo" nos pone frente a los últimos estertores del régimen de Ceaucescu y "La muerte del señor Lazarescu" afronta el tema de la soledad y la llegada de la muerte; todas ellas son buenos ejemplos).
La habilidad narrativa de Cristian Mungiu se pone de manifiesto en el momento en que para mostrar la interconexión de las diferentes historias que jalonan el film no cae en lo repetitivo, sino que en cada escena repetida para enlazar los diferentes argumentos nos muestra un ángulo diferente, algo nuevo que activa nuestra atención y nuestra memoria. Precisamente el nexo de unión de todas las historias es "Occidente", motor visible de toda la película.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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Bob Marley: La leyenda
9 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras haber visionado '4 meses, 3 semanas, 2 días' me propuse explorar más la obra de este director. Así caí en 'Occidente', una película de historias cruzadas que parecía interesante. Y la verdad es que, lejos de lo que esperaba, me he llevado una sorpresa al ver el cambio en el estilo de dirección de Cristian Mungiu.
'Occidente' es, en efecto, una película 'light'. El desarrollo se presenta a través de la visión de diferentes personajes, donde en cada uno se entremezclan historias cruzadas que van anexando situaciones diferentes a lo largo de la obra. El drama se centra, básicamente y como su título lo indica, en la emigración desde Rumanía hacía Europa occidental. En esto Mungiu traza una visión de una Rumanía en la que las esperanzas de progreso se encuentran, casi irremediablemente, en la huida hacía un 'país mejor'.
Sin dejar de lado el drama que se le intenta poner a la película, la obra suma una buena dosis de humor. De todas formas no es inconcebible la ausencia de comicidad en el desarrollo, en pos de una exploración más profunda de los sentimientos de los personajes. En todo caso creo que Mungiu demostró posteriormente en '4 meses, 3 semanas, 2 días' que sí es capaz de realizar un drama serio sin la necesidad de tintes cómicos.
En resumen, el resultado de 'Occidente' es de una obra redonda. En el anexo y conclusión de las historias cruzadas Mungiu demuestra su habilidad como narrador, conjugando drama y comedia en un producto que retrata sutilmente la situación de Rumanía a comienzos del siglo XXI.
'Occidente' es, en efecto, una película 'light'. El desarrollo se presenta a través de la visión de diferentes personajes, donde en cada uno se entremezclan historias cruzadas que van anexando situaciones diferentes a lo largo de la obra. El drama se centra, básicamente y como su título lo indica, en la emigración desde Rumanía hacía Europa occidental. En esto Mungiu traza una visión de una Rumanía en la que las esperanzas de progreso se encuentran, casi irremediablemente, en la huida hacía un 'país mejor'.
Sin dejar de lado el drama que se le intenta poner a la película, la obra suma una buena dosis de humor. De todas formas no es inconcebible la ausencia de comicidad en el desarrollo, en pos de una exploración más profunda de los sentimientos de los personajes. En todo caso creo que Mungiu demostró posteriormente en '4 meses, 3 semanas, 2 días' que sí es capaz de realizar un drama serio sin la necesidad de tintes cómicos.
En resumen, el resultado de 'Occidente' es de una obra redonda. En el anexo y conclusión de las historias cruzadas Mungiu demuestra su habilidad como narrador, conjugando drama y comedia en un producto que retrata sutilmente la situación de Rumanía a comienzos del siglo XXI.
28 de octubre de 2015
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Occident, para la que en filmaffinity en el momento de redactar esta reseña, sólo hay tres críticas y ninguna de la prensa especializada, es una narración agridulce con todos los ingredientes de la comedia, con todos los ingredientes de la tragedia. Si nos fijamos en lo primero, me parece evidente la vinculación de este largometraje con lo mejor de la comedia italiana previa, muy particularmente con los filmes de ese género protagonizados por Marcello Mastroniani, algo así como una especie de inmigración a la italiana, sólo que rodado por un director rumano en Rumanía con actores rumanos.
Podríamos hablar incluso, porque en la película de Mungiu hay toda una gama de amores y desamores que se cruzan y se descruzan (no voy a revelar el final) en las tres partes que componen este largometraje de la deuda contraída con Manuale d’amore (2005), de Giovanni Veronesi, si no fuera porque la producción rumana es cinco años anterior a la transalpina.
Pero sí, sí que hay rasgos de la gran comedia italiana en ella, quizá porque, según se afirma en Occident, aunque desde un punto de vista meramente lingüístico, que a mí me parece cargado de toda intención, las lenguas rumana e italiana son hermanas. De hecho, el nombre de Rumanía en rumano es Romania, lo que no puede ser más evidente.
Elementos propios de la filmografía italiana, como el fatalismo cómico, la narración coral, o el surrealismo familiar se desglosan generosamente en la película de Mungiu, por lo que, de alguna manera, al menos en lo referente a la construcción cinematográfica, sí que se ha producido la migración del arte al oeste, o la influencia de occidente en oriente.
Pero estamos ante uno de los principales dramas del ser humano en la actualidad, como es la búsqueda de la supervivencia en otros países, siguiendo la ruta del sol poniente, algo que ya iniciaran, por cierto, los fenicios cuando abandonaron su Tiro y su Sidón hace tres mil años en números redondos. No puede, por tanto, Occident ser una comedia plena, y en ese sentido, con un lenguaje cinematográfico diferente, pero con la misma cuestión de base, no me parece descabellado observar en esta obra de Mungiu un vínculo con Lamerica (1994), de Gianni Amelio, un vínculo dramático, evidentemente.
Podríamos hablar incluso, porque en la película de Mungiu hay toda una gama de amores y desamores que se cruzan y se descruzan (no voy a revelar el final) en las tres partes que componen este largometraje de la deuda contraída con Manuale d’amore (2005), de Giovanni Veronesi, si no fuera porque la producción rumana es cinco años anterior a la transalpina.
Pero sí, sí que hay rasgos de la gran comedia italiana en ella, quizá porque, según se afirma en Occident, aunque desde un punto de vista meramente lingüístico, que a mí me parece cargado de toda intención, las lenguas rumana e italiana son hermanas. De hecho, el nombre de Rumanía en rumano es Romania, lo que no puede ser más evidente.
Elementos propios de la filmografía italiana, como el fatalismo cómico, la narración coral, o el surrealismo familiar se desglosan generosamente en la película de Mungiu, por lo que, de alguna manera, al menos en lo referente a la construcción cinematográfica, sí que se ha producido la migración del arte al oeste, o la influencia de occidente en oriente.
Pero estamos ante uno de los principales dramas del ser humano en la actualidad, como es la búsqueda de la supervivencia en otros países, siguiendo la ruta del sol poniente, algo que ya iniciaran, por cierto, los fenicios cuando abandonaron su Tiro y su Sidón hace tres mil años en números redondos. No puede, por tanto, Occident ser una comedia plena, y en ese sentido, con un lenguaje cinematográfico diferente, pero con la misma cuestión de base, no me parece descabellado observar en esta obra de Mungiu un vínculo con Lamerica (1994), de Gianni Amelio, un vínculo dramático, evidentemente.
6 de septiembre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estrenada en el año 2002, es el primer largometraje de Mungiu, siendo una gran muestra del nuevo cine rumano del siglo XXI. Está dividida en tres episodios, los cuales se interrelacionan y van complementándose como un gran puzzle. La trama gira en torno a la migración hacia un futuro económico más prometedor, desde una ciudad que lleva una década de democracia y que estando en Europa, no está en primer plano mundial en lo económico ni cultural.
Se encuentran los migrantes del pasado y los potenciales migrantes con los enviados de Europa occidental, la Coca Cola y el Mc Donalds yanqui. Siempre yendo a Occidente.
La película tiene buen ritmo, humor suave para descontracturar, planos cortos y cámara en mano El montaje para contar las historias que van y vienen en el tiempo; se torna más interesante pasado el primer capítulo ya que allí empiezan a conectar las escenas.
Encuentra los típicos miedos y fobias internacionales de la clase social media.
Los protagonistas son varios, la primer pareja, la tía y la vecina, la mujer plantada en el altar, con sus padres y pretendientes y el hombre que busca hablar con el comisario porque necesita de sus servicios.
Es una gran ópera prima, ya que luego el director se consagrará con una mejor lograda, destacada y dramática obra en "4 meses, 3 semanas y 2 días".
Disponible en algún hermoso y recóndito lugar de la internet.
Se encuentran los migrantes del pasado y los potenciales migrantes con los enviados de Europa occidental, la Coca Cola y el Mc Donalds yanqui. Siempre yendo a Occidente.
La película tiene buen ritmo, humor suave para descontracturar, planos cortos y cámara en mano El montaje para contar las historias que van y vienen en el tiempo; se torna más interesante pasado el primer capítulo ya que allí empiezan a conectar las escenas.
Encuentra los típicos miedos y fobias internacionales de la clase social media.
Los protagonistas son varios, la primer pareja, la tía y la vecina, la mujer plantada en el altar, con sus padres y pretendientes y el hombre que busca hablar con el comisario porque necesita de sus servicios.
Es una gran ópera prima, ya que luego el director se consagrará con una mejor lograda, destacada y dramática obra en "4 meses, 3 semanas y 2 días".
Disponible en algún hermoso y recóndito lugar de la internet.
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