Ojo por ojo

Bueno, quien se acerque a este film previendo una cinta de acción de alto presupuesto, y con un guión convincente, más vale que escoja otro título. Pero si lo único que pretende es tener hora y media de entretenimiento casi sin pausa, y sin escrúpulos con el argumento, entonces igual le puede servir.

Tantas críticas demoledoras obedecen a la decepción por esperar un producto que rinda más allá de su concepción fundamental: ser una excusa para miles de disparos y de cuerpos baleados desde cualquier ángulo y postura concebible.

Bacon y Hounsou, son solo el gancho que intenta dar un poco de estilo y convicción a una historia que quiere ser real y denunciable: los miles de miles de menores de edad que son atrapados en Thailandia cada año para el mercado de la prostitución, enganchadas a la droga, y luego asesinadas, cuando ya no pueden rendir más dividendos a las bandas criminales que las explotan.

Lo peligroso del argumento y lo que lo hace patinar, es que se mezcla una historia con tintes sobrenaturales por medio, y como el director es incapaz de insertarla convincentemente o al menos de implicarnos en el corazón de su mensaje, todo el resultado al final se desmorona, miserablemente...

Comparando esta cinta con otros productos "B" "C" o "Z", pues se le debe reconocer el mérito de unas escenas de acción planificadas y unos actores que no brillan, pero tampoco chirrían; y si se trata de ver a un tipo matando asiáticos sin descanso, por una motivación moral infinita (aunque nada creíble), entonces quédate hasta el final, y pónle un aprobado raspado, como hice yo.

Hay cosas que son jodidas de asimilar, incluso cuando una cinta de acción nace con tan pocas pretensiones y se distribuye directamente en el mercado doméstico -quiero pensar que este aborto fílmico no se estrenó en ningún cine del planeta-, y una de ellas es tratar de transformar a Djimon Hounsou ('Amistad', 'Gladiator', 'Diamante de sangre') en un castigador justiciero que se dedica a exterminar a todos los proxenetas de Bangkok. Supongo que la necesidad de seguir trabajando y vivir de la interpretación son motivos de peso para que Hounsou acepte inmiscuirse en una bazofia de tal calibre. Que también se deje caer por aquí Kevin Bacon, como un traficante inglés que colecciona armas utilizadas en películas famosas -lo juro, su personaje se dedica a eso-, ya no me sorprende tanto. A Kevin 'Panceta' le preocupa todavía menos su reputación que al realizador de 'Ong Bak: El guerro Muay Thai' (2003, Prachya Pinkaew) ponerse al servicio de un guión al que hasta Steven Seagal le habría hecho ascos.
Las obras más conocidas del orgulloso autor de este libreto son 'Hellraiser III' (1992, Anthony Hickox) y 'Turbulence 2: Miedo a volar' (2000, David Mackay). Con eso queda todo dicho.

Verlo para no creerlo. Es el típico guión para Steven Seagal, Dolph Lundgren, o Jean-Claude Van Damme, lo tiene todo: absurdo, aburrido, diálogos subnormales, personajes estereotipados, mamporros a diestro y siniestro y armas de pesado calibre y largo alcance. No entiendo cómo es posible que después de su impagable interpretación en "Blood diamond" (2006) de Edward Zwick, Djimon Hounsou haya terminado haciendo esta paupérrima telemovie que no sirve ni como fondo de catálogo de videoclub. Con Kevin Bacon mejor lo dejamos estar, me parece un actor correcto y parecía que con "Mystic River"(2003) de Clint Eastwood podía volver a levantar cabeza, pero ya está para el arrastre y me parece irrecuperable. Es una lástima, mi infancia ochentera fue sorportable gracias a las películas de gente como Kevin Bacon, Rob Lowe, Patrick Dempsey, Matthew Broderick, Michael J. Fox, y el recientemente fallecido Patrick Swayze.
Por último, debo decirles que fui incapaz de acabar la película. Me quedé a diez minutos del final, toda una proeza teniendo en cuenta su difícil digestión.

En base a lo evidente de las pocas pretensiones que tiene esta cinta a nivel argumental, nos queda, únicamente, una obra que por lo visto aspira a dar lo que buscan los más entusiastas del género al que representa, su única baza. Y ahí es donde (también) se derrumba estrepitosamente. La dirección denota escasa calidad. La película pueda ser mala y de bajo presupuesto, pero eso no ha porque ser un condicionante definitivo. Muchas escenas son ridículas, especialmente en las que sale la chica oriental de vestido azul. El ritmo no es que sea muy pausado, pero lo que presencio no me engancha. Ni lo más mínimo. Sobre todo gracias a la decepción del montaje de las secuencias de acción, primero vemos al protagonista de color abatir a unos cuántos adversarios con un rifle de francotirador que le ha costado 1.000$, luego vemos que adquiere otro por 10.000$, que dispara unos proyectiles cinco veces más grandes y el efecto que producen estos en la escena es el mismo. Eché de menos una secuencia como la de "Smokin' Aces", ahí sí que se notaba la diferencia, el calibre 50 hacía mella en la superficie del escenario cual cráteres. Y eso se llama falta de ganas, apatía por lo que estás rodando. ¿Los medios? Haberse ahorrado a Kevin Bacon y a Djimon Hounsou y sacado en lugar de ellos a unos desconocidos cuyo caché fuese inferior.

Prometedora, extraña, mediocre, explosiva, irregular, polémica, morbosa, insostenible, previsible y decepcionante producción de acción y ciencia ficción que intenta aprovechar la presencia y participación de sus intérpretes protagonistas: Kevin Bacon y Djimon Hounsou.

Desde un primer momento, la premisa de la película conecta y despierta el interés del espectador, desarrollando una trama de acción y violencia plagada de instantes de suspense y emoción, pero que cae en la reiteración de situaciones, llegando a decepcionar.

Los responsables de la película recuerdan con su relato: los abusos y atrocidades que llegan a cometer las mafias con el tráfico de drogas y mujeres, en un mundo oscuro y morboso.

El desarrollo de la trama se beneficia de la relación establecida entre los personajes principales, pero hay determinados puntos en los que se intuye hacia dónde va a derivar todo, haciendo que el factor sorpresa desaparezca de una forma precipitada.

Elephant White, queda como una de esas películas de acción y venganza que intenta resultar sorprendente, pero que termina por ser bochornosa y decepcionante.