The Founding of a Republic

Con motivo del sexagésimo aniversario de la constitución de la Republica Popular China y de la celebración de la primera Conferencia Político Consultiva del Pueblo de China, la China Film Group Corporation (principal empresa cinematográfica estatal china) encargó la realización de un filme que narrase los hechos acontecidos desde el fin de la Guerra de Resistencia Antijaponesa hasta el primero de octubre de 1949, día en el que Mao Tse-Tung proclamó la fundación de la republica. Esta película es el resultado de dicho encargo.

Contando con una financiación poco impresionante, mas aún si cometemos el terrible error de compararla con los presupuestos cinematográficos de las grandes superproducciones norteamericanas, que pueden multiplicar con facilidad veinte o treinta veces lo invertido en ´´The Founding Of A Republic´´ (diez millones de dólares), los directores han conseguido el meritorio record de haber dirigido la película mas taquillera de la historia de China, que ha recaudado mas de sesenta y seis millones de dólares desde su estreno. Pero lo verdaderamente loable no es eso, sino el haber conseguido un filme que escapa del efectismo tan frecuente en producciones de estas características, y llega a conseguir una narración prácticamente excelente, mas allá de la simple compilación de escenas bélicas cargadas de apabullantes explosiones (con lo cual no quiero expresar ningún tipo de rechazo a los efectos especiales ni al cine bélico y de acción, nada mas lejos de mi intención), con esa belleza visual característica del cine oriental y una banda sonora que cumple con su cometido.

Otro de los elementos mas destacables de la película es el reparto, formado por muchos grandes actores de origen chino, las cuales no cobraron ningún tipo de remuneración por su participación en el rodaje (aunque sean en su mayoría pequeños cameos), cosa ciertamente sorprendente y que le concede al filme en ciertos momentos un tinte cómico, especialmente cuando reconocemos a un Jackie Chan o a un Jet Li interpretando papeles casi anecdóticos, que como llegan, desaparecen. Es necesario resaltar también las magnificas interpretaciones de Tang Guoqiang y de Guoli Zhang, en los papeles de Mao Tse-Tung y Chiang Kai-Shek respectivamente, tanto por su parecido respecto a los personajes que reencarnaban como por su buen hacer interpretativo.

Sigue en el spoiler

Creo que no deberíamos hablar de esta película en términos ideológicos sino cinematrográficos. De hecho, me ha sorprendido que no sea tan propagandística como esperaba. Es verdad que Mao aparece como un abuelo beatífico, pero al menos no se ofrece una visión gloriosa y triunfante a la americana. De hecho, aparece muchas veces en segundo plano, y al menos una vez de manera francamente ridícula (cuando no puede abandonar la cama para escapar porque ha tomado píldoras para dormir; y en otra ocasión le vemos medio borracho sujetando una pared).

Pero, como decía, no creo que haya que juzgar a la película por su ideología (menos cargante, en mi opinión, que la de varias películas estadounidenses), sino por su calidad como obra artística. Y es en este sentido que la valoro con muy poca puntuación. Desde mi punto de vista (tal vez por las diferencias culturales) el principal problema de la película es su didactismo. Parece una guía de teléfonos filmada, su principal misión es introducir a todos los personajes principales de la política de aquellos años, siempre en labores solemnes. Con esto se sacrifica tanto el punto de vista del pueblo como la vida privada de los personajes (en la propagandística "Pearl Harbour", por ejemplo, hay un hilo amoroso que podría aportar interés, si no fuera tan manido y previsible). Además, cada escena dura muy poco tiempo (por la obsesión de condensar el mayor número de hechos y personajes posible), con lo que uno nunca llega a meterse en la película. Esto también afecta al poco impacto que consiguen los efectos especiales de esta superproducción.

Sólo algunos detalles intentan romper esta monotonía: como el humor cuando al ex-presidente mirando al horizonte se le cae la gorra, o el metacine cuando vemos a unos jóvenes filmando una reunión de los principales personajes.

En general, creo que nada recomendable para un público occidental (excepto que seas fan de la historia china y te haga ilusión ver encarnados a sus personajes...).

Cuando se adaptan a la gran pantalla unos hechos históricos, normalmente los directores se toman sus “licencias” para hacerla más atractiva, pero esta vez, Sanping y Jianxin, han tergiversado esos hechos, poetizándolos y llevándolos hasta el punto, de que sólo los incrédulos analfabetos ciegos de conocimiento se tragan la historia relatada. Además ambos directores, eran hasta ese momento dos parias en su país, y unos desconocidos en el resto del mundo, por lo tanto su credibilidad es cero, y demuestra que está película ha sido dirigida por “otros”.

Es increíble que alguien se crea la historia, donde Mao parece el abuelo perfecto del pueblo, que cuida de sus nietos sin importarle su seguridad, siempre sonriente, complaciente y con palabras cargadas de sabiduría, ¡TODO MENTIRAS! Él al igual que muchos otros, habidos de poder, fue causante de una guerra civil de miles de muertos, donde los soldados fueron tratados como trozos de carne imprescindibles y donde las estrategias políticas estuvieron presentes hasta el día que se formo el gobierno, dejando como legado unas leyes opresivas, donde el estado tiene el control total, militar y económico, y reduciendo los derechos del individuo a la altura de la edad medía europea.

Lo único bueno es que la película artísticamente está muy bien realizada, además el exceso de información resumirla en dos horas es un gran logro, eso nadie puede negarlo, pero esas tergiversación de los hechos, es lo que al fin cuenta sobre todo los demás.

En fin, no crean todo lo que vean, porque el cine igual que puede mostrarnos historias maravillosas y estremecernos sentimentalmente, hay personajes sin escrúpulos, como el gobierno chino, que son capaces de hacer películas propagandísticas, para mejorar su imagen, la imagen de la opresión y de la crueldad.

Después de ver Bodyguards & Assassins (2009), otra histórica china, quedé con la duda de si soy yo o la cultura china da un enfoque distinto al plantemiento de la trama. Porque la sutiquería y el patriotismo barato inundan la pantalla hasta el hastío. De esa forma, te das cuenta de inmediato que no se te está contando una historia real, sino una parte de la verdad; prueba de ello es la escena en que Mao aparece en un campo lleno de flores, con niños, riendo y jugando, lo cual obviamente contrasta con la realidad de un genocida comunista que carga con más muertes que el mismo Hitler. Técnicamente, los efectos son un tanto pobres, sobre todo en las imágenes de aviones. Los diálogos exageradamente detallados, la pantalla se repleta con nombres, cargos, ciudades, que cansarán bastante a una mente media como la mía. Esta es una película por encargo, la más taquillera en la historia de China, pero no me cabe duda de que la mayoría del público fueron soldados chinos entrando bien formados a las salas de cine, sin hablar de los pobres colegiales que serán obligados a ver esta película, generación tras generación.