Haz click aquí para copiar la URL

Gilmore Girls: Un nuevo año (Miniserie de TV)

Serie de TV. Comedia. Drama Miniserie de TV (2016). 4 episodios. Secuela de la serie Gilmore Girls, centrada en la vida de Rory, una joven criada por su madre soltera Lorelai Gilmore, en Stars Hollow, Connecticut. (FILMAFFINITY)
1 2 >>
Críticas 9
Críticas ordenadas por utilidad
25 de noviembre de 2016
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre que alguien me ha preguntado sobre qué trata la serie, no he sabido exactamente qué responder. Porque una definición al uso de "la vida diaria de una madre joven y su hija" me ha parecido muy simplista. Es difícil explicar lo que Gilmore Girls aporta. Si tuviese que escoger una palabra sería MAGIA.
Sí, utilizan un filtro mágico para presentarnos la vida en Stars Hollow, con conversaciones mágicamente inteligentes y personajes mágicamente excéntricos.
Y eso, lo he echado mucho de menos. Y eso, es lo que me ha devuelto este "A Year In The Life".
Han cambiado las circunstancias, han cambiado los personajes con el tiempo, pero no ha cambiado la forma de hacer partícipe al espectador de sus vidas.
Honestamente no esperaba nada de esta secuela, no me importaba quién acabase con quién o el éxito de cada cual. Sólo necesitaba estar ahí, otra vez, e impregnarme de ellas, de todo.
GRACIAS
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paqui CM
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
27 de noviembre de 2016
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es imposible entender las emociones y los mensajes que esta secuela transmite sin haber visto la serie y después haber dejado (como en mi caso, 8 años) un determinado espacio temporal para verla. Los que crecimos con ellas sabemos que GG es tan singular como excepcional. ¡Y yo he saboreado esta última miniserie como si fuera una cafetera de Luke's sin fondo!

Cómica, dramática, ingeniosa, inteligente, cruel, absurda, paradójica, triste, sentimental, y con un trasfondo profundo digno de analizar.

He leído en otra crítica algo que precisamente quería comentar aquí. Y es que, cuando alguien me pregunta de qué va esa serie de Las Chicas Gilmore siempre tengo la incómoda sensación de no saber explicarlo, y como si mis pupilas fuesen bolas de billar recién lanzadas, balbuceo unas cuantas palabras como "madre, hija, pueblo con encanto, abuelos elitistas, problemas económicos, amistades, enemistades, romances, humor, referencias culturales"... pero no encuentro una frase (ni una crítica) que pueda definir lo que me han aportado Amy Sherman Palladino y Dan aquí. Diría que han modificado de algún modo la base genética de mi ADN, que han creado un mundo mágico que refleja la realidad, ayudándome a comprender mejor los entresijos familiares y los paradigmas de la vida. Han dado creación a personajes excéntricos con los que es imposible no encariñarse.

Este final no es un final feliz. Tampoco es un final triste. No se puede catalogar porque representa (he aquí el trasfondo que muchos probablemente no percibirán - preocupados por aspectos más superficiales como los romances de Rory o el maquillaje de Sookie) la vida en estado puro. Con una buena capa de barniz, hay que reconocerlo, y a lo americanada inteligente y disparatada, pero los temas que se tocan no dejan de ser trascendentales.
Y los directores no pierden de vista este foco; quieren que observemos el cambio de los personajes con el paso del tiempo, las desavenencias entre ellos, sus reconciliaciones, sus imposibles reconciliaciones, la muerte de un ser querido tanto en la serie como en la vida real (Edward Herrmann como Richard Gilmore), relaciones clandestinas destinadas al fracaso, relaciones abiertas pero vacías, la liberación de las cadenas de la mujer de las convenciones sociales a las que ha estado amarrada toda la vida por pertenecer a la alta alcurnia; una abuela y una madre cuya relación es insostenible debido a su diferente - ¿o quizá no tanto...?- visión e incapacidad de afrontar los problemas de la misma forma y con el mismo lenguaje; las limitaciones de una joven que, aunque graduada, inteligente, intrépida, bondadosa y divertida, a sus 32 años no es capaz de encontrarse a sí misma y vuelve a su hogar, como avergonzada por no ser lo que los demás pensaban que sería. Pero dentro de ella, y con algo de ayuda, encuentra un nuevo reto. Y también un imprevisto que cambiará su vida para siempre.

Este final aparentemente definitivo (aunque no es del todo seguro) me ha hecho entender que nuestras facultades, bondad, inteligencia, estudios o preparación no nos garantizan que tengamos la vida que en un principio aspirábamos o un trabajo que soñábamos al lanzar el birrete. Y que no hay que sentirse inferior por ello. Todo cambia, pero las estaciones siguen rotando, y siempre hay algo que se repite cada año, aunque sea en forma de reminiscencia o de nostalgia.

La pregunta que me hago al final, y que la directora probablemente querría que nos hiciéramos, es hasta qué punto estamos destinados a seguir un patrón que nos ha marcado en nuestra infancia. Hasta qué punto Rory está inconscientemente condicionada por no tener un padre o haber crecido con una madre (amiga) casi excesivamente independiente y con miedo al compromiso. Y quizá por eso tengamos que quedarnos con el título de esta crítica... "like mother, like daughter".
dajanantipova
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
19 de noviembre de 2017
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el buen sabor de boca que me dejó la serie, y, teniendo en cuenta que la vi de un tirón en Netflix, no he esperado las dos horas de la digestión para ver Las 4 estaciones de las chicas Gilmore. Gran error de mi parte, un salto temporal como ese exigía al menos un par de meses de reposo. Debido a ello, no la he saboreado, no me gustó. Quizás si la hubiese visto años después como los que vieron la serie en TV, aunque sólo fuese por la nostalgia, me hubiese emocionado un poco más.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
SIANA
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5 de marzo de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me gustaría extenderme demasiado desgranando cada retazo de esta mini serie remember, así que lo intentaré.

Cuando empecé a ver estos 4 nostálgicos capítulos, sentí cómo mi mundo Gilmore se desmoronaba. Había perdido toda esperanza. Fue entonces cuando llegó el otoño, y resurgí de mis cenizas como el ave Fénix.
Esperaba mucho y a la vez nada. Pero sincerándome conmigo misma, quería lágrimas, recuerdos, historias que contar y discutir con mis amigos más fans. Esperaba un poco de esto y un poco de aquello.
Y lo obtuve, vaya si lo obtuve.

He vuelto a envolverme de Stars Hollow, de su gente, de sus historias, del trío Gilmore, de los amores que invaden sus vidas, de lo que fue de ellas y de lo que podría ser. Y me ha invadido la nostalgia.

Es apoteósico el momento en el que, durante el otoño, Lorelai llama a su madre para contarle la historia que ella tanto anhelaba durante el invierno sobre su padre, el maravilloso Richard Gilmore.
No podía haberme imaginado mejor forma de homenajear al gran Edward Herrmann.
No sé cómo tratar el tema, pero lo que han hecho los guionistas con Emily Gilmore, a diferencia de parecerme horrible, me parece que la han convertido en el personaje cuyo viaje me ha gustado más, y eso que en ciertos momentos durante la serie original, llegué a odiarla. Ya era hora de cambiar mi opinión sobre ella.

Creedme que lo he intentado, pero no puedo dejar de mencionar a Robert, Colin y Finn y su histriónica 'Brigada de la vida y la muerte', cuyo culmen viene de la mano de 'With a Little Help from my friends'. No podría haberse elegido mejor canción.

He echado de menos ciertas cosas, como ver más a Dean, Jess, Lane, el trobador del pueblo, Kirk o Sookie. Y de más otras, como la absurda obsesión de Rory por Logan. Pero no me quiero detener en nimiedades, porque al final lo único que saco en claro es que he disfrutado como una enana volviendo a ver a este estupendo dúo de inteligentes y excéntricas mujeres en acción.

Muchos dirán que es una serie que no cuenta nada, vacía, costumbrista y con trazos profundamente elitistas. Y en cierto modo lo es. Nunca sabría cómo describirla, pero es que es eso y mucho más.
Es la serie de toda una vida, de amor, de risa, de tristeza, de referencias culturales, pero sobre todo humana. Muy humana.

Gracias por estos años chicas, hasta siempre.
Bea Veloso
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10 de diciembre de 2016
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Las Chicas Gilmore" fue otra de esas series que, en aquellos años clave a finales de los 90 y principios del siglo XXI, pusieron su granito de arena en la evolución de la ficción televisiva como forma narrativa madura, tan respetable como la literatura o el cine. Vale, no era tan buena como "The Wire", "Doctor en Alaska" o "Seinfeld", pero tampoco estaba tan lejos de "Friends" o "Mujeres Desesperadas", ni era menos buena que las mejores temporadas de "Cómo Conocí a Vuestra Madre". Compartía con estas el carácter innovador de sus diálogos, su batería de metarreferencias a la cultura pop y la frescura y originalidad de su formato. Porque "Las Chicas Gilmore" no terminaba de ser un drama, pero tampoco era una comedia. Tenía ese maravilloso tono de realismo mágico, y al mismo tiempo la forma en la que los personajes hablaban y se comportaban te resultaba mucho más cercana y creíble que la de shows con más renombre. Bajo una apariencia ligera tocaba temas de gran profundidad. Y señores, fue de las primeras que pasaba holgadamente el test de Bechdel. Reconozco que empecé a verla pensando que era un guilty pleasure porque tenía el sambenito de "serie de chicas", pero con el tiempo me di cuenta de que no eran más que prejuicios machirulos: aquella serie era bastante buena, sin más adjetivos que ponerle.

Por desgracia, "Las Chicas Gilmore" fueron víctima del politiqueo empresarial, cuya lógica dictaba que se podría prolongar el fenómeno sin sus creadores originales (si bien estos dieron el visto bueno a aquella barbarie, todo hay que decirlo). Afortunadamente, en 2016 ya tenemos muy asimilado que una serie de televisión es -o puede ser- tan producto artístico como un libro o una película, el resultado de una visión autoral y no un juguete de las cadenas. Pero en 2007, una fecha tan cercana y a la vez tan lejana, la cosa aún no estaba tan clara. Así que "Las Chicas Gilmore" padecieron una última temporada que, sin ser horrorosa, no hacía justicia a la trayectoria de la serie. Merecían un mejor final. Y en 2016, Netflix mediante, lo han tenido.

Este spin-off empieza pareciendo un fan service en toda regla. Simple y llanamente más dosis de aquella droga que tanto te gustó y de la que te jodió un poco desengancharte, aunque estaba claro que no podías seguir tomándola. Todo está como lo recordabas, el toque de los creadores se nota. Casi todos los personajes están donde estaban o donde intuías que podrían estar diez años más tarde, con la excepción de Rory y las obligadas por fallecimiento o por caché excesivo (por cierto, muy bien integradas estas ausencias en la historia, eso es hacer de la necesidad virtud). Una explotación de nuestra nostalgia, pero muy bien hecha, lo que, demonios, no es moco de pavo.

Pero según avanzan los capítulos te das cuenta de lo bien escogida que está la metáfora de las estaciones, la evolución del año, como de la vida, para poder llegar al mismo punto pero habiendo crecido, siendo tú mismo y a la vez otro, más sabio, mejor. Los personajes aprenden y de algún modo cierran los conflictos históricos que constituyeron el núcleo de la serie original, pero que aquella solo dejó en suspenso al terminar. Y lo hacen no con una gran catarsis dramática, sino como suele suceder en la vida real: aprendiendo a tolerar y a tolerarse, comprendiendo que es tan inútil esperar que los otros se ajusten al ideal de lo que nos gustaría que fuesen como martirizarnos nosotros mismos por no lograr ser fieles al ideal de lo que aspiramos a ser, aceptando que lo mejor que podemos ser no es lo que nos gustaría que fuera. Madurando, en fin. Ahí sí, te da la sensación de que se ha cerrado la herida que se abrió cuando empezó la serie, y que puedes dejar marchar a estos personajes*.

En fin, está claro que no se puede ver ni disfrutar si no conociste la serie original, pero está muy lejos de ser un concentrado instantáneo de nostalgia. Es, nada más y nada menos, que el final que aquella serie maravillosa tuvo que haber tenido y no tuvo. Bravo y gracias, Amy y Daniel Palladino.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Lemmytico
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow