Kin-Dza-Dza

Extraña película, de culto para muchos, quizás por ser una distopía que no sigue otro modelo que el de la fantasía más alocada, con toques absurdos aunque divertidos. Verla hoy requiere construir su contexto de producción y recepción, en caso contrario, no se disfrutará su velada metáfora de la sociedad rusa de los 80, donde los artistas actúan dentro de jaulas. Interesante planteo con personajes pintorescos y graciosos, pero que nunca terminan de ser típicos. Con ambientaciones y efectos logrados para la época, pero también con cierta pobreza de diseño oculta detrás de las inverosímiles escenografías, más preocupadas por sorprender que por efectos de verosimilitud, aunque como dije, la película es distópica. Por momentos es sublime y por momentos aburrida, pero en suma (y contextualizando) se sostiene bien.
Debo hacer una breve sinopsis para que se entienda un poco más mi ambigua caracterización: dos hombres se teletransportan por accidente a un planeta apocaliptico y desértico: Plyuk. Su odisea para regresar los lleva a conocer personajes grotescos divididos en dos clases: chatlanians y patsaks, superiores e inferiores. Los bienes más preciados son las cerillas, y el agua como combustible, por lo que su consumo para beber es un lujo. El lider planetario es un pequeño energúmeno, pero todos lo veneran. Analizando este breve esquema, es obvio que todo puede pasar, y pesar.
Le sobran varios minutos. +7: Para quienes gustan de este tipo de cine

Kin Dza Dza es fiel a la ciencia ficción rusa. Planteada como una comedia, mantiene no obstante la tradicional densidad conceptual de películas como Stalker o Solaris muy atemperada por la frescura y el humor de los diálogos. Algo así como "Andréi Tarkovski meets Terry Guilliam".
Adolece del a veces exasperante tempo ruso, con un ritmo lento y no siempre conveniente, así como de una puesta en escena y un planteamiento quizá excesivamente teatral; una característica de una parte importante del cine ruso.
Los personajes principales "Tío Vova" y "El Violinista", están magníficamente construidos, y en cuanto a los extraterrestres, si bien tienen un cariz caricaturesco y teórico, creo es muy interesante los diversos matices dados a las distintas castas.
Una película que creo ha ayudado a gente como Terry Guilliam, George Miller, etc. a configurar su imaginario y que, además de ser muy divertida por momentos, ha conseguido crear no pocas imágenes de mérito, con escenarios a veces muy efectivos y espectaculares.
Una película diferente por la que creo que merece la pena purgar en aquellos escasos momentos en que la trama no parece avanzar y en que todo se vuelve muy... ¿ruso?.

Dame ideas, un desierto, cuatro cacharros de hojalata y te daré una fantástica película, no hace falta dinero, sólo ideas, ideas originales y divertidas, que rocen el ridículo pero sin tomarnos a broma:
Bienvenido usted a Kin Dza Dza, la galaxia donde el fósforo de una cerilla vale más que los lingotes de oro, donde las relaciones personales y las normas de educación son tan extrañas y graciosas que no me las habría imaginado jamás, donde cacharros oxidados hacen las veces de sofisticados artilugios tecnológicos.
Es ésta una película original, con un argumento y una trama variada y dinámica donde habrás de descubrir qué son cosas como un "pepelat" o un "gravispa" a la vez que nuestra extraviada pareja protagonista, con vuelcos argumentales de calidad y simpáticos que saben mantener enganchado a la siguiente escena.
Unos escenarios mayormente desérticos pero también urbanos (...o como se considere esos lugares subterráneos donde viven los kindzaanos) y una atmósfera de vestuario y un sistema sociopolítico que recuerdan a Mad Max, pero con mucho humor y simpatía.

La recordaba con cariño y me la puse el otro día a ver si era tan buena o era que mis tendencias petulantes, magnificadas en la madurez, estaban ya ahí en estado embrionario cuando adolescente.

No puedo más que aplaudir el buen gusto del yo de hace 20 años.

Kin Dza Dza es un must para todo aquel cinéfilo que guste de haber visionado cosas rarunas y excéntricas. Las gafas de pasta te sentarán mejor al día siguiente de haber visto este peliculón y podrás fardar de ellas en la oficina en la que te explotan día sí, día también.

Una de ciencia ficción loca, una parábola del comunismo soviético con buenos golpes de humor, arriesgados y necesarios para contribuir a hacer saltar por los aires uno de los regímenes más opresivos con los derechos humanos, sus libertades individuales y colectivas y su dignidad. El Dune soviético, lento, introspectivo, pero inteligente y perspicaz.

Más que eso, Kin Dza Dza es también una bonita lección de psicología y economía universal y se entiende como canto de protesta surrealista ante la imprescindible jerarquización casi siempre injusta e ineficiente presente en todas las culturas, estructuras sociales y organizaciones humanas.

Y siempre te puede venir bien para mandar a tomar por CÜÜÜÜÜ a tu jefe o a quien más jodido te tenga en estos momentos.

Últimamente he decidido darle una oportunidad al cine de ciencia ficción soviético, a ver lo que me encuentro. Mi primera experiencia fue regulera, pero con esta película me quito el sombrero totalmente.

La trama sería algo así: 2 rusos se teleportan por accidente a un planeta de una lejana galaxia, y tienen que aprender sobre las costumbres de los habitantes de dicho mundo, y encontrar la forma de volver a casa.
Así dicho, podría parecer algo simple, pero el interés de la película radica en la ambientación y la cultura tan absurdamente loquísima de ese mundo, dando lugar a una divertidísima película que, os puedo asegurar, no se parece a nada que hayáis visto nunca.

Con unos personajes muy carismáticos, unos efectos visuales bastante chulos, una ambientación distópica curiosísima y mucho, mucho más.

La película es un tremendo sinsentido que, de alguna extraña manera, acaba teniendo todo el sentido del mundo. ¡¡¡Kúh!!!