El ocho es alto sin duda. Lo peor (casi lo único malo que tiene la película) es que al tener tantos momentos tan altos (pero muy altos) hace que los picos (de risas) sobresalgan tanto que hace que el conjunto no sea tan homogéneo. Y eso que de entrada es tan positivo es el mayor lastre que tiene la película.

La película lo tiene todo (o casi todo). Humor inteligente (con una ácida crítica a la sociedad americana), humor muy básico (con pedos y culos y parecidos), auténticos puntazos, números musicales (parodia más que homenaje a Disney), una espectacular banda sonora (¿el mejor trabajo de Marc Shaiman? puede que sí), todo un homenaje a la famosa serie South Park, etc. ¿Qué no tiene? El ser infantil (pero es bueno).

Para la posteridad queda la torrida relación entre Satán y Saddam Hussein (y su "voy a cambiar cambiaré") o Terrence y Philip y su molona canción y la vuelta del grupo de amigos al colegio después de ver la peli de Terrence y Phipip o también la espectacular muerte de Kenny. O la película entera si prefieren.

Pero como decía, lo peor de la cinta es que se convierte a ratos en una película irregular sobretodo porque no se puede mantener de forma continua el espectacular nivel que demuestra tener a veces (como la serie seguramente, pero aquí en forma de película).

En cualquier caso, recomendadísima (pero no a pequeños).