Muerte de un ciclista se enmarca dentro de un género con pocos y buenos ejemplos, el cine de crítica social que sitúa sus historias en la etapa dura del pasado régimen. En ese sentido, es una película valiente, atrevida, y me pregunto si una censura inteligente la hubiese dejado pasar de rositas.
Hasta aquí el lado positivo, el que denuncia el terrible egoísmo humano, y el cómo se conseguían trabajos y favores en aquellos tiempos, (por cierto, este aspecto muy parecido al del régimen de hoy).
Pero poco a poco la película que cuenta con un interesante Closas, y una bellísima Bosé, empieza a perder fuelle, las frases del protaqonista masculino son cada vez más cargantes, solemnes, en busca de una redención personal que lo deje en paz consigo mismo, y le dé sentido a su vacía vida. En este sentido, todo es postizo y pedante, de buenas a primeras de vuelve buenísimo, y casi provoca que se derrita la pobre estudiante al que él ha pedido disculpas.
Hasta aquí el film se ha sostenido bién, un ritmo aceptable, algunas situaciones verdaderamente conseguidas, bién filmadas, bién montadas, con suspense.Lo mejor es cuando la pareja trata de ocultar delante del marido engañado todo el pastel, (la relación de los amantes y la muerte del ciclista).
Pero resulta que al final, lo que había empezado a hacer agua por algunos lados, se vuelve moralista, oportunista, y casi idiota, desde luego no a la altura de una obra maestra como ve mucha gente. Un final que por respecto a alguien que aun no lo haya visto termino de comentar en el spoiler.

¿Como decir que esta película tan antigua es para mí un soplo de aire fresco dentro del tema de la contienda civil? ¿Cómo puede ser que no haya visto esta joya en toda mi vida, ni tampoco haya oido hablar de ella? ¿Cómo es posible hacer una película desde el punto de vista de uno de los bandos, el nacional, falangista, o como le queramos llamar, y sin embargo hacer más hincapié en la sinrazón de la guerra entre "hermanos" que en la maldad del contrario (algo muy de moda últimamente)? Tampoco encuentro explicación en la poca información y material sobre la protagonísta, Conchita Montenegro, bellísima musa de aquél cine español. Cine con mensaje, pero no con mensaje político, sino con mensaje humano, pues no hace apología del bando desde cuyo punto de ve, sino una crítica sobre esa sinrazón de la violencia, cuando dicha violencia deja de atender a razones, para cobrar vida propia. Esa violencia y odio que parace ser que tanto nos cuesta dejar atrás. Sólo desde este punto de vista que trato de expresar aquí, humildemente, se puede comprender que la dictarura prohibiera dicho film. Un ejemplo para los que hoy día, buscan no ir contracorriente o hacer una película comprometida, sino hacer más bién panfletos que buscan el favor de la corriente dominante. Gratísima sorpresa pues el descubrimiento de Rojo y negro, a pesar de sus años (aunque tiene algunos recursos técnicos muy interesantes), película muy recomendable.

Soy admirador de Buñuel, considero obras maestras algunas de sus películas como Viridiana. Pero en este caso, salvo que me haya cogido en un mal día, creo que esta "película" es otra cosa.
Tengo la sensación de que me han tomado el pelo. Es como si el director, hubiese hecho un
simulacro de película para justificarse y optar al oscar que le fue concedido, (que por otro lado lo había merecido indudablemente con anterioridad).
En el caso que nos ocupa, asistimos a un conglomerado de situaciones made in buñuel, pero sin la fuerza y gancho de otras veces, y lo más importante, aquí no toca los cataplines a nadie, sino que hace las gracias que todos los guays-progres-intelectualillos esperaban en estos años de militancia obligada.
Crítica social, crítica de la burguesía, (tendencia ideológica muy al día en estos años), surrealismo fuera de su tiempo, y una pose de divo y engreido un tanto repelente.
Para hacer una película que "no cuente nada", hay que estar en estado de gracia, y en este caso creo que ni su crítica, ni su humor (salvo en contadas excepciones), ni lo que ocurre nos lleva a ningún lado. Y lo peor, además, llega a aburrir muchísimo.
Por salvar algo, como ya he dejado entrever, lleva el sello de Buñuel, situaciones absurdas, surrealistas, y humor negro, que no podrían salir de otra cabeza que no fuese la suya, pero a un nivel muy por debajo de sus pejores películas.

He tenido que ir a ver la película, con la esperanza de ver una de esos films del año, que uno busca y espera, y que hacen (cosa cada vez más extraña), que salga uno satisfecho del cine.
Música y estética cuidada, títulos de crédito ochenteros, y... algo más? Yo no lo veo por ninguna parte. El prota es demasiado duro para mí. No me interesa como personaje, lo único que sabemos es que habla muy poco y conduce muy bién, tipo solitario, y...
La trama es simple, pero de igual modo no llega a perturbar, emocionar, encoger el corazón, no traspasa la piel. Y el tema de la violencia es algo aparte. Ni está copletamente justificada la sangre, ni está estilizada de una forma bella, ni está tratada con rasgos de humor negro, (en estos apartados podríamos citar como nó el cine de tarantino entre otros). Aquí simplemente, aparece como un resorte para que unos aparten la cara de la pantalla, y otros se rían por lo aparatoso de la escena, dando unos resultados más propios del gore o de cine de segunda fila.
En resumidas cuentas, yo pienso (salvo contados ejercicios formales-intelectuales o de estilo), que el cine es en buena medida emoción. Aquí yo no la veo por ningún sitio. Tras la película, no me ha dejado nada, tan sólo la desilusión de no haber visto lo que algunos anunciaban.

No sé si es que no he leido correctamente las instrucciones, pero no. Que es que no. Que no paso por el aro. No me tengo por una eminencia, pero he visto películas lentas, difíciles, profundas, entretenidas, aburridas, y a pesar de todo muy interesantes en uno u otro sentido. Pero que alguien me explique de lo que va el chiste. Le hubiera dado más puntos por su fotografía, pero por ser considerada algo tan sublime y celestial, por su pretensiosidad, no puedo más que intentar vengarme de esta forma. No voy a poner más, esta obra me ha dejado sin palabras.