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España España · Tenerife
Críticas de ObJedi
Críticas 3
Críticas ordenadas por utilidad
8
4 de junio de 2018
5 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una parte subestimada de la naturaleza del amor (de la naturaleza de todo, ya que estamos) es su sujeción a las circunstancias. No es poco común ofuscarse en los entresijos y particularidades de nuestra identidad física y emocional como si fuesen los únicos ingredientes involucrados en el surgimiento de una conexión romántica; al fin y al cabo, la gente, de quién se enamora, es de uno. Pero no existimos como individuos en exclusiva, el entorno y sus ramificaciones despiertan, avivan y directamente crean desconocidas esencias pasionales en nuestro carácter, pudiendo permitirnos vivir una historia amorosa que no hubiéramos pensado que estábamos capacitados para protagonizar. "Call Me By Your Name" relata ese tipo de romance inesperado que nace de una fusión perfecta del ser y el estar, un hechizo que asombra por presentarse simultáneamente como una sorpresa y una inminencia. Es obvio que no brilla por la originalidad de su temática, pero el origen de su brillantez es sustituido con un esteticismo magistral, y lo que es más importante, únicamente producible por el artificio del lenguaje cinematográfico.

Guadagnino ha ingeniado una aleación de estilo y sustancia perfecta, en la que los detalles de la imaginería lucen el encanto que evocan en la realidad; tanto los interiores, en el imponente caserío, como los exteriores, en los campos, montañas, costas y lagos, están adulados por una luminosidad sublime y traviesa que hace irradiar con fulgurante cercanía el atractivo plástico de la liberación veraniega en el norte rural italiano. Esta vibrante exhibición rezuma los aromas que unen a los amantes con la misma intensidad tanto dentro como fuera de la pantalla ¿Cuántas veces se puede decir que el diseño de producción es literalmente el alma de la película, convirtiendo a la labor actoral y al resto de los elementos como el apoyo; o mejor dicho, cuántas veces se puede decir esto sin pretender desprestigiar, sino todo lo contrario? Pues este es uno de esos casos, es una ilustración magnífica del surgimiento parcialmente materialista del amor, o lo que es lo mismo, una síntesis de "gente adecuada, lugar apropiado, momento perfecto".

No me ha apasionado tanto la pareja en sí, me ha apasionado el valor del director en confiar en la belleza natural, en la existente, para contar su historia, no queriendo añadir dimensiones de melodrama artificial, sin romantizar el amor sino en aceptar que es un fenómeno poderoso, sobrecogedor, pero no por ello menos mundano, susceptible de generarse y desvanecerse de mil y un formas. Curiosamente, esta franqueza se traduce casi como en un análisis clínico no verbal (con sus licencias, claro) que acaba siendo muchísimo más cálido y enternecedor que la gran mayoría de romances sintéticos y ultraedulcorados que se pasean sin pudor por las pantallas. Quizá un día habrá alguna obra en la que los protagonistas no sean dos candidatos para la portada de People y nos sea más sencillo y menos doloroso al populacho relacionarnos e identificarnos con la historia, aunque hay que ser claro, aun no siendo lo que más me cautiva de CMBYN, estos dos canallas se saben jugar muy bien el uno al otro y sin su química todo hubiera sido un fracaso.

Después de haber visto CMBYN , la frase "el amor está en el aire" me es mucho menos estúpida, y cualquier cosa que reduzca el denso filtro de cinismo con el que observo la vida merece mi agradecimiento, mi respeto y mi admiración.
ObJedi
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7
25 de febrero de 2024
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las cenizas de una etnia al borde la extinción se exhalan con diligencia por una chimenea hacia un mundo que, como mucho, es capaz de olerlas. Unos padres han de velar por su familia, por su bienestar, por su felicidad. Es la guerra, es luchar por el bien contra los que hacen el mal, es lo que debe ser. Las decisiones se han tomado, no tiene sentido vacilar, es parte del proceso. Es una buena vida, hay prosperidad, los sueños se vuelven reales delante de nuestros ojos, ¿por qué ibamos a mirar a otra parte?

La parsimonia y monotonía que definen con deliberación al estilo de La Zona de Interés, aun dotadas de gran poder representativo, se terminan haciendo pesadas en un cierto punto; sumado a esto,su austeridad temática deja la impresión de que mucho se podía haber contado con poco. Sin embargo, a fin de cuentas, se las arregla para vertir una reflexión escalofriante que atosiga progresivamente mientras más se piensa en ella.

Desde el tiempo y la distancia, no es muy difícil juzgar a un monstruo, pero cuando aterrizas de vuelta al aquí y al ahora, ¿qué tan seguro puede uno estar de que no es uno también? ¿Qué tan seguro puede uno estar de que realmente le importe? Lo digno muere entre lo cómodo y cuesta mucho cambiar, y quizá estemos bien jodidos.
ObJedi
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7
16 de enero de 2018
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El 12 de junio de 2010, Harvey Pekar fue hallado muerto en su hogar por su esposa, Joyce Brabner. Una dosis mal calculada de antidepresivos puso punto y final a una vida repleta a partes iguales de insatisfacción y esperanza. Que final de mierda para alguien tan peculiar, alguien que rara vez tuvo la oportunidad de ser alegre siendo quien era, haciendo lo que hacía, y, sin embargo, marchaba hacia adelante, sin importar cuantas veces se precipitase en los interminables baches de banalidad y despropósito con los que el destino le había retado.

American Splendor, el biopic sobre Harvey, fue estrenado 7 años antes de su muerte. Captura el espeso y grisáceo cocktail de malhumor, cinismo y derrotismo que embriagó la personalidad de Harvey y terminó por ser el combustible creativo de sus andaduras como escritor de cómic. Dichos cómics eran un reflejo de la anodina realidad en la que se encontraba enjaulado, y en un deslumbrante acto de fidelidad a la temática de su obra, la película entremezcla ficción y cine documental, entrevistando al propio autor y a personas cercanas a él, transformando su vida y la representación dramática de la misma en un elemento indivisible. Si el término "homenaje holístico" existe, no se presenta mejor oportunidad para emplearlo que en el caso de American Splendor.

Joyce, su esposa, fue su imposible alma gemela. Su amor ocurre por obra y gracia de la aceptación mutua de la infelicidad de ambos, siendo capaces de tolerar lo que es respectivamente intolerable. Aun cuando acumula una envidiable lista de triunfos como autor, estos no terminaron de satisfacer su visión de si mismo ni sus metas financieras. Harvey siempre fue Harvey, y su mundo fue siempre un lugar incómodo y en grave necesidad de mejoras. Casi todo lo dicho hasta este punto pareciese indicar que estamos ante una crónica depresiva, pero ante todo pronóstico, lo que en su lugar encontramos es un enternecedor y cómico relato sobre un talento que poca vez es enaltecido, el de no dejar que el peso de la amargura engendrada por no tener lo que se quiere (por nuestra culpa, principalmente) sea mayor que nuestra voluntad para seguir intentando obtenerlo. El mundo de Harvey, a pesar de todo, siempre le mereció su pena, y aquí estamos tu y yo ahora, hablando sobre lo guay que es la peli de su vida. Que descanse en paz, si le es posible.
ObJedi
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