Cada vez que veo esta película siento algo especial y como futuro maestro me ayuda a seguir creyendo en esta profesión.

Es una pena que esta película no se ponga en todas las aulas hoy en día. Estamos educando a futuros adultos del siglo XXI con unos métodos del siglo XIX.
Todas las personas son excepcionales, pero puede que haya que encontrar a alguien que ayude a creérselo y esas personas suelen ser los maestros y los padres.
Por eso recomiendo que tanto madres, padres y profesores vean y disfruten de esta maravillosa película.

Nunca debemos olvidar que la creatividad es el motor de nuestras vidas y que cada uno tiene su manera de expresarla; sin embargo por eso no somos diferentes a los demás.

Si creemos en una educación inclusiva que valore a todos por igual tenemos que ver y aprender de esta película.