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España España · Alicante
Críticas de lolita
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
1
26 de mayo de 2013
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El sentido de la vida, del universo y de todo lo demás” es quizás lo que todo ser humano busca alguna vez en su vida. La Guía del Autoestopista Galáctico no da ninguna respuesta, a no ser que tu planeta haya sido destruido y seas el único superviviente humano que vaga por el espacio...
Todo comenzó en el año 1978 cuando el escritor Douglas Adams creó una radio-comedia para la BBC. Le siguieron una saga de cinco libros, una serie de televisión, un videojuego y la versión cinematográfica del año 2005, una versión que probablemente no llegue a la altura del libro debido a que la ironía y la parodia se transforman en humor absurdo.

Cinematográficamente hablando, la Guía del Autoestopista Galáctico, es la ópera prima del director Garth Jennings quien obtuvo mejores críticas en 2007 por la comedia Son of Rambow. Pero este realizador no es la primera vez que se pone una cámara en el hombro. Ya nos tiene acostumbrados a realizaciones como Imitation of life de REM, Coffee and TV de Blur o Hell Yes de Beck. Sí, Garth Jennings era director de videoclips al igual que otros compañeros suyos que ya tienen un hueco merecido en la industria cinematográfica como pueden ser David Fincher, Spike Jonze o Michel Gondry.

Garth Jennings nos ha dejado pequeñas joyas originales y divertidas en este formato pero quizás este proyecto cinematográfico se le ha quedado demasiado grande por ser un proyecto de tanto calibre... Y es que por lo general siempre es difícil, no sólo superar la novela original, sino al menos igualarla.
La introducción de la película con una voz en off a cargo de un supuesto delfín es ágil e interesante pero la película pierde ritmo demasiado rápido y hacia la mitad del metraje comienza a convertirse en algo pesada y repetitiva. Merece la pena destacar la estética de la película y los efectos especiales.

Por otro lado, entre el elenco de actores se encuentran algunos cuya reputación ya es intachable como son John Malkovich y Bill Nighy, que representan unos papeles más cómicos de los que nos tienen acostumbrados. A la actriz Zooey Deschanel le sale natural lo de ser la chica guapa sin ser despampanante pero no parece tener mucha química con su compañero Martin Freeman, que siendo el protagonista de la película es el que menos destaca de todos. Su actuación es tan inexpresiva que ni siquiera logra transmitir lo que el personal original es, un hombre normal y corriente. El rapero Mos Def sigue en su línea como actor, no se hace inolvidable pero tampoco decepciona. Y por último cabe destacar al actor Sam Rockwell, cuya interpretación histriónica dota de cierto carisma a su personaje.

Para concluir, la Guía del Autoestopista Galáctico no es ni mucho menos la película del año y tampoco me atrevo a decir, como dicen muchos otros, que con el tiempo será cinta de culto. Si es verdad que el planeta Tierra va a ser destruido, yo no perdería el tiempo viendo esta película.
lolita
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6
27 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Tradición, honor, disciplina y grandeza”. Este es el lema de la academia Welton, un colegio privado prestigioso, respetable y muy estricto donde los estudiantes destacan por su obediencia y su afán en el estudio. Así comienza El Club de los Poetas Muertos, obra dirigida por el australiano Peter Weir en el año 1989. Weir se caracteriza por ser un director de método y sin prisas porque sus películas suele realizarlas en períodos de trienios o incluso quinquenios. Sólo hay que fijarse en sus últimas obras: El show de Truman del año 1998 y Master & Commander del año 2003. Anteriormente a El Club de los Poetas Muertos, ya estaba consagrado como director, premios incluidos, por películas tan conocidas y hartamente repetidas en televisión como El año que vivimos peligrosamente (1983), Único testigo (1985) y La costa de los mosquitos (1986), estas dos últimas protagonizadas por Harrison Ford.

Aunque el tema de la educación es bastante usual en obras cinematográficas, Peter Weir da a esta película otro punto de vista. Por lo general, en películas de este género, los protagonistas suelen ser estudiantes marginados y problemáticos como en Rebelión en las aulas (1967), Mentes Peligrosas (1995) o la reciente La clase (2008), por poner algunos ejemplos. Sin embargo, en El Club de los Poetas Muertos, los protagonistas son trabajadores, inteligentes y bien posicionados económicamente. El punto en común de todas ellas es el profesor apasionado por su trabajo que utiliza métodos poco convencionales para despertar el interés de sus alumnos. Robin Williams interpreta a ese profesor, al profesor John Keating, un docente que hace que los alumnos olviden el ya nombrado lema del colegio para abanderar otro que cambiará sus vidas, “Carpe Diem” o “Aprovecha el momento”.

Robin Williams, actor coronado tanto en drama como en comedia, tiene un papel inolvidable y de lo más convincente. Hace que su trabajo sea tan cercano que seguro que a más de uno le resultará familiar y podrá identificarlo como el profesor que alguna vez tuvo en su día. Por otro lado el resto de actores, todos muy jóvenes, destacan por su naturalidad a la hora de interpretar a adolescentes responsables pero un poco perdidos. Esa misma naturalidad, por cierto, se pudo ver unos años más tarde a cargo de los dos actores Ethan Hawke y Robert Sean Leonard. Ambos protagonizaron en 2001 la película Tape, de Richard Linklater y, curiosamente en esta película, actúan como si se conociesen de toda la vida...
Peter Weir se rodea de su equipo de confianza y cuenta con el director de fotografía John Seale y con el compositor Maurice Jarre, música que por cierto presenta cierta originalidad al meter en los momentos más dramáticos canto de armónicos.

Porque momentos dramáticos no faltan a pesar de los mensajes positivos que transmite el profesor a sus alumnos. Y es que en el año 1959 y en un colegio privado donde los profesores y sobretodo los padres controlan la vida, poco se puede soñar y mucho menos salirse del camino establecido. Precisamente por esto último el profesor Keating impacta en la vida del grupo de protagonistas, porque él les hace salirse del camino recto y les hace tomar curvas y cuestas. Desde el primer día de clase les aconseja que aprovechen el momento porque el tiempo es irrecuperable. Pero el profesor continúa con el desafío cuando obliga a que los alumnos rompan una hoja del libro de texto para romper con los esquemas de la teoría. Es ahí cuando surge el club de los poetas muertos, un club en conmemoración al pasado de Keating, donde los chavales se reúnen para leer poesía y ser ellos mismos. Es entonces cuando se produce la catarsis, de la represión a la libertad, y se suceden una serie de cambios en los jóvenes que el director refleja muy bien pero de una manera que al final resulta pesada.

Y es que la película transcurre con un ritmo lento y en ocasiones roza la lágrima fácil pero en general, está bien tan bien dirigida como interpretada, que con el paso del tiempo, se ha convertido en un film de obligado visionado. Porque al fin y al cabo, ¿quién no conoce ya los versos de Walt Whitman “Oh Capitán, mi Capitán”?
lolita
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