Esa es la sensación que se queda tras ver esta fantástica producción. Todo encaja a la perfección. Guión, fotografía, interpretación, música (ah, la música)... ¿Pero dónde les enseñan a todo este increíble grupo de profesionales? Todos hacen su trabajo con tanta calidad que el resultado es apabullante. Otro dato importante es que la cadena que la emite es valiente y apuesta por la calidad sin consideraciones de "corrección política" ni cobardía alguna en los planteamientos. Una serie para adultos (con dos niños entre los protagonistas) que se encuentra a años luz de lo que vemos producir por aquí.

ARTE con mayúsculas.
Una obra maravillosamente imperfecta que eleva el cine a su máxima expresión.
Cada fotograma es un cuadro expresivo e inquietante.
Cada sonido un elemento narrativo necesario.
Cada pieza del vestuario, cada detalle del decorado, todo está lleno de significado.
Un elenco en estado de gracia, especialmente la actriz protagonista.
Un viaje al fondo del alma que abre una ventana a la esperanza.
Tremendamente conmovedora. Es dificil hablar de esta película... te deja sin palabras.
Imprescindible.

Brillantísimo ejercicio de narración cinematográfica. Una sencilla historia enmarcada en el mundillo del cine hollywoodense narrada de una compleja y bellísima forma por el siempre interesante David Lynch. La interpretación de Naomi Watts es absolutamente magistral y sólo por verla ya merece la pena esta inclasificable película. Hace pensar y mucho ya que lo principal es cómo está contada por encima de qué nos cuenta. Ambas cosas, el cómo y el qué, resultan maravillosamente seductoras y harán las delicias de cualquiera que esté dispuesto a ir un poco más allá de lo que se ve en la pantalla. Uno de los mejores trabajos de David Lynch y seguramente el mejor que hará Watts en toda su carrera. Y es que veo muy difícil que nadie pueda ofrecerle un papel tan interesante y lleno de matices.

Una comedia con alma, a ratos desternillante, que transmite un bellísimo mensaje de tolerancia muy de agradecer en estos tiempos de griterío y cerrazón.

Carmen Machi, Pepón Nieto y Kiti Manver hacen valer sus muchas tablas para llevar la batuta de esta obra coral en la que se nota el buen ambiente que debió cundir en el rodaje. Todos los actores, notablemente los africanos, están estupendos. Se pasa un buen rato y sale uno pensando que la humanidad no lo tiene todo perdido. La vi en una sala casi llena con carcajadas a cada momento e incluso aplausos espontáneos en varias ocasiones. Muy recomendable.