Hay que dar play porque...

-Stephen Daldry demuestra nuevamente sus virtudes como cineasta con la adaptación de una novela de Bernhard Schlink que narra la relación íntima entre un joven adolescente y una mujer misteriosa mayor que él, ambos víctimas del horror del Holocausto. Con este material, el director construye un guión sólido con diversos saltos temporales que trata temas como el nazismo, el despertar sexual, el sentimiento de vergüenza, de culpa, el analfabetismo o el valor de la lectura. La historia consigue enganchar desde el principio por la elegancia de la narración y el envoltorio impregnado con una atmósfera nostálgica y meláncolica. A pesar de ese tono pausado, Daldry consigue en parte transmitir emociones al espectador pero el resultado es desigual, sí logra correctamente hacer llegar al que la ve de esos sentimientos de culpa que pesa sobre los protagonistas de lo que se hizo y de lo que no, pero falla en transmitir otros.
-con un personaje difícil, Kate Winslet consigue realizar una interpretación soberbia logrando que a pesar de las atrocidades que su personaje ha cometido en el pasado sintamos lástima de ella por su ignorancia y su vergüenza, y todo ello lo hace sin ningún tipo de alardes. Muy correcta también la labor de Ralph Fiennes que demuestra una vez más su buen hacer, y un joven David Kross que con un personaje complicado consigue estar a la altura de la actriz que tiene enfrente.
-las escenas de sexo que se producen entre los dos protagonistas están rodadas con elegancia y naturalidad, no están hechas para provocar morbo.

Puedes dar el stop porque...

-anteriormente decía que el resultado de la película es desigual, al final da la impresión de haber asistido a un drama sin alma, frío, sí transmite el peso de la culpa pero en cuanto a la relación amoroso-afectiva de la pareja no logra desgarrar al espectador, le golpea pero no le duele, careciendo así de toda fuerza dramática. Esto puede ser debido a que a lo largo del metraje, en el que se suceden diversos saltos temporales, hay uno crucial en el momento en el que el chico no vuelve a ver a Hanna hasta que acude años más tarde como estudiante de Derecho a un juicio, en este punto es donde perdemos la evolución psicológica de los personajes durante ese tiempo transcurrido, lo que impide al espectador implicarse más en la trama. Asimismo, en los primeros treinta minutos del film asistimos a numerosas escenas de los encuentros sexuales de los protagonistas donde la desnudez física, plasmada con elegancia y naturalidad, podía haber ido acompañada de una desnudez moral, sobre todo en el personaje que interpreta Kate Winslet, donde nos quedamos con ganas de como es su sentir y su moralidad.
- es algo desastroso el maquillaje de Kate Winslet al final de la película.

Hay que dar play porque...

-es un biopic interesante sobre el primer político abiertamente gay que defendió los derechos de los homosexuales en EE.UU., para ello Gus Van Sant retrata al hombre en su ascenso político con un aspecto de docudrama donde sólo por sus valores edificantes e históricos es recomendable su visionado.
-muy acertada la realización del montaje al combinar a los actores con imágenes reales de documentales, todo un acierto.
-una ambientación impecable.
- es una cinta con ritmo, que entretiene por la simpatía que desprende sobre todo el protagonista.
-no es un film maniqueo, no se nos da una imagen de los conservadores muy negativa para contrastar con las ideas del protagonista, se limita a plasmar los diferentes puntos de vista en la gran pantalla.
-una actuación soberbia, madura, contenida y nada exagerada de un Sean Penn con un papel difícil de interpretar y de caer en el histrionismo, él consigue hacerlo tierno y creible.
-el elenco secundario que acompaña a Penn es muy solvente destacando a James Franco que derrocha química y ternura en cada escena; y a Josh Brolin con un personaje complicado y frio que sabe transmitirlo en la pantalla protagonizando las secuencias, junto con Penn, más atractivas de la cinta.

Puedes dar el stop porque...

-Gus Van Sant incide tanto en el mensaje que quiere transmitir que acaba devorando otros aspectos del film como los que pertenecen a la parte más sentimental de Harvey Milk haciendo que no haya una completa implicación del espectador, quedándose éste sólo con el estimulante panfleto en pro de los derechos gays.
-la película es convencional puesto que no sorprende ni en su desarrollo, ni en su inicio ni en su final.
-la excepción del estupendo reparto, muy sorprendentemente, es el actor mexicano Diego Luna que realiza un papel dramático en el que está ligeramente sobreactuado.

Hay que dar play porque...

-la base de la cinta de Mike Binder, nacida bajo el influjo de los atentados del 11-S, es el enfrentamiento amistoso entre los dos protagonistas que se ayudan mutuamente para cambiar sus vidas: uno agobiado por la vida rutinaria de su matrimonio y que siente que ha perdido su personalidad, y otro que hace vida de adolescente por vivir traumatizado por una terrible tragedia. Con este motor, el director logra una película medianamente interesante al hablar de temas como la amistad, la superación del dolor, el afrontar la pérdida de un ser querido,...consiguiendo algún que otro pasaje acertado.
-Adam Sandler demuestra ser mejor actor dramático que cómico, demostrado en dos secuencias donde aguanta perfectamente el tipo. Don Cheadle se entrega en un papel menos favorecido que el de su partenaire logrando una actuación más que decente;y el resto del reparto, Saffron Burrows-Donald Sutherland-Jada Pinkett Smith, se esfuerzan pon personajes de poco lucimiento.

Puedes dar el stop porque...

-el desarrollo de la trama es convencional, no hay riesgo; y la guinda además es que cuenta con un final muy a la americana, complaciente y conciliador.
-los gags y los diálogos humorísticos no funcionan llegando a estorbar a la trama central, más intimista. Además se crean situaciones inverosímiles (todo lo relacionado con el personaje que interpreta Saffron Burrows).
-la cinta es algo manipuladora puesto que se ampara en la tragedia del 11-S y pudiera haber sido cualquier otro suceso.

Hay que dar play porque....

-poco se salva de esta película, cuarta colaboración entre el novelista Juan Marsé y Vicente Aranda, pero por citar algo la estimulante ambientación del prostíbulo y la relación que dentro de él se crea entre el disminuido psíquico y las prostitutas.
- lo único salvable del reparto es Flora Martínez, correcta en su actuación y estupenda mostrando todo su poderío desnudo, un cañón.

Puedes dar el stop porque...

-tiene un guión muy pobre donde no se profundiza en ningún tema, nada tiene sentido, ni la trama ni la evolución de los personajes, con unos retratos muy pobres y tópicos.
- a pesar de contar con un excelente director de fotografía, José Luis Alcaine, la labor de éste no se aprecia por ningún lado dando como resultado un film áspero.
-una interpretación de Eduardo Noriega sonrojante; sobreactuado y nada convincente como policia, y casi ridículo como disminuido.

Hay que dar play porque....

-John Patrick Shanley escribe y dirige para la gran pantalla su propia obra de teatro, y lo realiza sin alejarse de su origen pudiéndose dividir el film en diversos actos teatrales. El resultado es una película con muchas virtudes donde brilla un guión inteligentemente planificado, ejecutado y desarrollado. Habla de un tema universal y aplicable a cualquier época tocando temas, de una manera muy madura, como las creencias, las sospechas, la moralidad, lo que pueden provocar determinados dogmas, las certezas absolutas, la culpa, la tolerancia, el sentido de la fe,...y todo ello lo hace con estilo y sin caer en ningún momento en lo morboso y eso que pasa por encima de temas tan candentes como la homosexualidad, la pederastia, el machismo, el racismo o los malos tratos. Lo dicho, un guión preciso y sutil.
-más que un drama religioso estamos ante un thriller muy bien construido donde el espectador juega como que sería un personaje más de la cinta, piensa y saca sus propias conclusiones. Es un film que da para infinitas conversaciones y lecturas, señal de que es una buena película que además tiene más mérito por ser una historia aparentemente sencilla donde no hay ni buenos ni malos, y eso lo logra la mano firme de Shanley.
-los diálogos y los sermones del sacerdote son estupendos al igual que los silencios que se producen y la riqueza de metáforas-simbolismos que se suscitan (el viento, la bombilla que se funde, las uñas de las manos, la almohada de plumas, la gata que caza ratones,...). Detalles que junto con las intensas conversaciones nos van descubriendo los caracteres de los personajes.
-una sobria y correcta puesta en escena de corte muy teatral con un montaje basado en numerosos primeros planos.
-un reparto espléndido con unas poderosas interpretaciones que engrandecen aún más la película y la dan aún más fuerza, sin excepción todos están estupendos aunque la revelación de la producción sea Viola Davis con un papel corto pero intenso recibiendo el título de "robaescenas". Otra grata sorpresa ha sido Amy Adams sabiendo transmitir la inocencia y confusión del personaje que interpreta. El verdadero duelo interpretativo está entre dos monstruos de la escena: una Meryl Streep, que siempre es un valor seguro para cualquier película, acojona con su interpretación de monja estricta y austera; y un Philip Seymour Hoffman que de manera espléndida da vida al sacerdote transmitiendo los sentimientos de dolor y resignación de igual modo que los silencios al ser acusado y que acrecentan más la duda, convincente y estupendo.