Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Álex Núñez Peña
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
8
2 de diciembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Matrix, la primera película verdaderamente dirigida al público del siglo XXI, fue en su momento todo un acontecimiento. Un estilo ciberpunk muy marcado, escenas de acción muy cuidadas que recuerdan a las artes marciales, el uso de los efectos especiales, o el carácter filosófico dentro de lo que no deja de ser una película de acción.

El paralelismo de esta película con el mito de la caverna de Platón es más que evidente. Thomas tiene una vida normal, una realidad que él cree real porque no conoce otra posibilidad, al igual que les ocurre a los prisioneros de la caverna, que desde que nacieron han vivido atados con cadenas, obligados a ver un conjunto de sombras, reflejos de cosas que siguen sin ser reales.
En un momento de la película, aparece el personaje de Morfeo, la persona encargada de sacar a Thomas de esa realidad aparente en la que vive y mostrarle la Verdad, el mundo de las ideas según Platón. Aún así, el paso del mundo sensible al mundo de las ideas es un proceso difícil que requiere de mucho esfuerzo. En relación con el mito, sería esa empinada cuesta que tiene que subir el prisionero para llegar al exterior. Una vez arriba, la contemplación de las ideas deslumbra al prisionero, que no está acostumbrado a ver la Verdad. Este proceso se llama dialéctica y en la película se ejemplifica muy bien. Cuando Thomas despierta y deja atrás el mundo aparente de lo sensible y material, descubre una realidad totalmente nueva para él, que lo deslumbra, una realidad que es incapaz de comprender ya que siempre se ha dedicado a observar meras sombras. Está débil, sin apenas fuerza pero, poco a poco, comienza a observar las cosas como son y se va acostumbrando a la realidad verdadera.

Al terminarla, reflexioné sobre qué haría en caso de que algún día Morfeo apareciera en mi casa y me ofreciera escoger entre la pastilla roja y azul. ¿Preferiría vivir en la ignorancia? ¿O conocer la Verdad con sus consecuencias?
Álex Núñez Peña
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
23 de noviembre de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hace falta ninguna introducción para un director tan popular como Christopher Nolan. Tan amado por unos y odiado por otros, este cineasta, autor de grandes películas del cine contemporáneo como la saga de Batman o “Dunkerque”, regresa para intentar salvar al cine en un año tan complicado con su última película, “Tenet”, un espectacular thriller de espionaje impregnado de su toque particular: el uso del tiempo.

No es la primera vez que Nolan utiliza el tiempo en sus películas para construir una historia compleja e inteligente, pero en este caso lleva este recurso a otro nivel. Combinando el más puro blockbuster palomitero con un cine de autor sofisticado, consigue entretener al público sin tener que perder su propia esencia. Un equilibrio perfecto y muy medido, que suelen hacer de las películas de Nolan un éxito en taquilla y entre los críticos; pero que en esta ocasión, se ha desequilibrado.

Es innegable que visualmente es sorprendente y muy novedosa, pero se olvida de un factor muy importante: la emoción. Es una película fría, distante, no genera ningún tipo de sentimiento en el espectador, sino la más soporífera indiferencia. Su narrativa es confusa, al punto de no permitir disfrutar del todo la película. En ocasiones, es tan pretenciosa que inevitablemente distancia al espectador de lo que está viendo. Intenta abarcar tanto que, si prestas un mínimo de atención, te das cuenta de que está vacía. Personajes planos, sin ningún tipo de matiz, objetivo o motivación coherente; cayendo incluso en algunos clichés. Christopher Nolan es un director inteligente empeñado en demostrarnos que lo es. Este intelectualismo hace que la película sea difícil de digerir en algunos tramos. Particularmente, echo de menos a ese director que, en sus comienzos, hacía películas atrevidas, originales e inteligentes pero más contenidas, intimistas y cercanas al espectador como “Memento” o “El truco final”.
Álex Núñez Peña
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
15 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ciudadano Kane-Orson Welles-1941

Dirigida por un jovencísimo Orson Welles, que ya era conocido por su versión radiofónica de “La guerra de los mundos”, y que más tarde filmaría otras películas importantes como “Sed de mal”; marcó un punto a parte en la historia del cine con esta magnánima obra.

Cuenta la historia de Charles Foster Kane (inspirado en el magnate de los medios de comunicación William Randolph Hearst), su ascenso, caída y redención. Un hombre poderoso, ambicioso, que lo tuvo todo mientras iba quedándose, poco a poco, solo en un inmenso palacio de riqueza y excesos, pero falto de algo que el dinero no te puede dar: el calor de la felicidad, representado por la enigmática palabra “Rosebud”.

La película es el culmen de todas las posibilidades del cine de la época. Usó y compendió todos los recursos hasta entonces existentes de manera brillante. A nivel técnico, desarrolló:
-La profundidad de plano (nitidez en la zona que comprende desde el punto más cercano hasta el fondo del plano), dando esa sensación de soledad en Xanadu.
-El plano contrapicado que muestra tanto el suelo como el techo y la imponente imagen de Kane engrandecida.
-La fotografía en claroscuro (influida por el expresionismo alemán)
-Empleos de grúas y movimientos de cámara imposibles como los travellings o dollys.
-Una técnica narrativa basada en la ruptura de la continuidad: saltos en el tiempo y en el espacio, uso de flashbacks y diferentes puntos de vistas conformando la idea de un narrador poco fiable y subjetivo. De esta manera, el personaje de Kane se envuelve en un aire enigmático, lleno de matices, contradicciones y mucha complejidad, gracias también a un rico y muy bien elaborado guion.
-Innovó, a su vez, en el uso de la música y la banda sonora.

En definitiva, “Ciudadano Kane” innovó el lenguaje cinematográfico como lo hizo “El nacimiento de una nación” de Griffith en 1915. Nominada a nueve Oscars, ganadora de uno al mejor guion original, esta película se ha consagrado como una obra maestra tras ser sentenciada por el juez más terrible y déspota pero a su vez más benevolente que podamos encontrar: el tiempo.
Álex Núñez Peña
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
22 de noviembre de 2020
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un desahucio complicado, ocho policías enfrentados a sus demonios personales, títeres de un complejo entramado muy superior a ellos. Corrupción, violencia, abusos de poder y una protagonista obsesiva, Laia Urgente, dispuesta a desentrañar qué está ocurriendo realmente.
Estos son los ingredientes de la nueva serie, en clave de thriller policiaco, codirigida por el tándem habitual formado por Rodrigo Sorogoyen e Isabel Peña, que ya han demostrado en anteriores trabajos como “El reino” o “Que Dios nos perdone” ser unos expertos en el género.

En el aspecto técnico, los ochos capítulos son muy sobrios. Milimétricamente grabados, con unos primerísimos planos tan cercanos al rostro de los personajes que parecen increparlos y una cámara en constante movimiento, con cortes muy rápidos, exhaustivos, hacen que el ritmo narrativo sólo vaya en crescendo. Todos estos elementos ayudan a aumentar la tensión, llegando a distintos clímax a lo largo de la serie en donde los momentos violentos, crudos y veraces se suceden uno tras otro, mostrándonos cómo son los personajes realmente.


Centrándonos más en el guión, la construcción de los personajes está muy bien elaborada. Cada uno tiene un matiz, carácter y objetivo distinto. Ninguno cae en el cliché, sino que presentan cierta ambigüedad moral que nos hace empatizar con ellos. Las actuaciones son muy correctas, concretamente la de Raúl Arévalo sobresale frente a las del resto, y le dan mucha credibilidad a la historia.

Como en las demás películas de estos directores, detrás de la serie subyace una crítica social importante: desahucios, inmigración, violencia de género, corrupción, el papel de la policía hoy en días y hasta qué punto seríamos capaces de vender nuestra propia moral por intentar encontrar la justicia en un mundo de injustos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Álex Núñez Peña
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow