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España España · Barcelona
Críticas de Wolf
Críticas 2
Críticas ordenadas por utilidad
8
9 de abril de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa película rodada con maestría que nos teletransporta al país más importante del mundo, una de las civilizaciones más antiguas del planeta tierra y que actualmente sigue manteniéndose como la segunda potencia por PIB nominal. No es de extrañar que en ella podamos ver el brutal crecimiento económico que ha sufrido la República Popular China a lo largo de los últimos ochenta años, aunque en esta cinta la historia de la pareja protagonista Liyun y Yaojun se desarrolla entre los setenta y los noventa del siglo pasado. En este melodrama familiar de corte clásico no falta absolutamente de nada y te mantiene en vilo hasta el final.

Me considero un auténtico fanático del cine que proviene del gigante asiático, y me pongo muy contento cuando llegan a mis manos obras de una calidad tan buena como este largometraje melancólico y plagado de sinceridad. Su duración excesiva no hace más que subir la nota del film, ya que todos los sucesos que se desarrollan en sus ciento ochenta minutos de rodaje son tan interesantes que te dejan incluso con ganas de ver más, de ver a todas esas familias de obreros luchadores, la belleza de las ciudades donde habitan, la preciosa fotografía con sus estupendas interpretaciones por parte de los actores son un deleite, el séptimo arte estará siempre agradecido a la aportación de Wang Xiaoshuai en la que puedo asegurar se ha convertido a estas alturas en una de las mejores películas de este primer cuarto de siglo.

El PCCh (Partido Comunista de China) nunca será aceptado por la mayoría de nosotros, los seres más ingenuos e infantiles de la historia de occidente, que hipnotizados por un capitalismo asfixiante bajo la premisa de las drogas, las fiestas y la falsa concepción de libre albedrío que impera en nuestra sociedad no nos damos ni cuenta de lo atrapados que estamos en una vorágine de consumismo, explotación y también bajo el yugo de un régimen autoritario el cual parece difícil descifrar quién es el verdadero líder, pues ya no existe la antigua figura de los primeros dictadores fascistas, ahora mismo detrás de esta barbarie que padecemos existen reyes, súbditos, lacayos y siervos de toda índole, pero también grandes empresas, redes sociales enfermizas que actúan de un modo parecido a como lo hacía la santa inquisición y todos sus allegados de por aquel entonces. En China por suerte, sus habitantes gozan de una calidad de vida y de una igualdad en todos los ámbitos sociales que ya nos gustaría siquiera haber experimentado durante los años dorados de la democracia, cuando éramos un poco más libres que ahora.

Impresionado por completo me dejó la madurez del matrimonio protagonista y de la mayoría de personajes que van apareciendo durante la película, sin lugar a dudas tenemos mucho que aprender sobre como comportarnos en según qué situaciones, sobre como afrontar múltiples problemas de la vida con esa fuerza y ese pragmatismo que caracterizan a estas gentes, las trivialidades muchas veces nos devoran y tenemos que mentalizarnos para poder ver que siempre hay un rayo de esperanza a lo lejos, en el horizonte. Porque al final la vida trata de eso, de poder enterrar lo más doloroso de nuestro pasado y seguir caminando, siempre hacia delante.
Wolf
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10
25 de marzo de 2024
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La frase que da titulo a esta crítica es la que pronuncia un Miguel Inclán superlativo en su papel de músico ciego que se gana la vida cantando en las calles de la capital mexicana, un lugar donde se desencadenan desgracias sucesivamente. Las desigualdades de aquella época no son nada en comparación con las de hoy en día en cualquier país latinoamericano, a excepción de Cuba y Venezuela que actualmente marcan el camino que debe seguir el continente tanto en economía como en la lucha por combatir la extrema pobreza y los inacabables problemas sociales que a muchos en nuestras sociedades occidentales todavía les cuesta reconocer, a veces por vergüenza y otras por un analfabetismo candente maquillado a base de smartphones y entretenimiento de dudosa calidad, panem et circenses, literalmente, pan y espectáculos del circo. En el sur de Europa también podemos dar fe de que así es.

Buñuel, al igual que en 1933 con Las Hurdes, retrata de forma magnífica lo que significa nacer sin nada, ser alguien completamente olvidado por el sistema y tener que luchar contra viento y marea desde que se empieza a caminar, es una película tremendamente dura, refleja con crudeza y mucho pesimismo el destino que les depara a estas pobres gentes, un drama de proporciones mayúsculas pero muy necesario, no basta con ignorar la miseria y esconderla bajo la alfombra del capitalismo que, con sus luces de neón y su dispositivo neoliberal de felicidad, o más bien de la obligación de ser feliz pase lo que pase, nos distrae de los verdaderos problemas que nos afectan a todos y cada uno de nosotros, excepto a una minoría muy reducida.

Es importante observar que nada es bonito en este largometraje, todo es una continua retransmisión de las tragedias que viven nuestros protagonistas, familias desestructuradas, suciedad, falta de alimento… y claro ante todo este panorama tan desolador entra en juego rápidamente el crimen, el hurto y la violencia. No es una película para todo el mundo aunque es relativamente fácil de entender, si te gustó Barbie y lo flipas con las últimas de Tom Cruise permíteme decirte que esta cinta no es para ti, desde luego. Pero es una auténtica obra maestra que hará estremecer sobretodo a los más empáticos, a los que piensan, a los que son valientes y capaces de alzar la voz ante un mundo cada vez más desigual, el pasado era bastante oscuro pero el presente y el futuro es algo que da verdadero pánico y es por obras como esta que el cine debería existir, para llenar la cabeza de los nuestros, de nuestra población con material social de alto valor. Un clásico atemporal que en la segunda década del siglo XXI sigue más vivo y realista que nunca.

Reparto e interpretaciones maravillosas, sensacionales, además del ya mencionado Inclán cabe destacar también a Estela Inda en su papel como la madre de Pedro, y a Roberto Cobo con su perverso y a la vez truhán Jaibo, que es bajo mi punto de vista la víctima más vulnerable de todas las que aparecen en esta triste historia de toques dickensianos, pues es un chico que nació sin padres, completamente solo y desprotegido en las calles de una peligrosa ciudad, más solo que Ojitos incluso. La recomiendo encarecidamente, una auténtica joya del séptimo arte.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Wolf
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