Vi el tráiler y pensé que la trama giraría en torno a una chica asesina en serie que comete algún tipo de venganza contra hombres babosos. Y aunque no iba desencaminado me sorprendió mucho ver que el enfoque de esta película deja de lado la violencia y se centra en otro tipo de venganza, más centrada en un maquiavélico plan y no tanto en la violencia explícita.

Durante un buen trecho del metraje te mantiene con la duda y la tensión de saber qué es lo que les hace realmente a los hombres a los que engaña, y creo que está bastante bien conseguido.

También creía que la trama que se abre cuando conoce a Ryan el que pasará a ser su novio sería el final de la película y así acabar con un mensaje de optimismo un poco soso. Pero me equivoqué y gracias a Dios porque si no se habría quedado un final muy aburrido.

En cuanto al final a mí me pareció un poco agridulce, es parecido a la sensación que sientes cuando Walt se sacrifica en Gran Torino. Entiendes el porqué del sacrificio, pero no deja de ser un final muy triste y dramático.

Me gustaría remarcar también la interpretación de Carey Mulligan que me pareció maravillosa. Transmite cada matiz del personaje de una manera brillante.

Para terminar, me gustaría decir que me ha gustado mucho, pero no la veo ganadora del Oscar en ningún caso. Es una obra muy bien dirigida, con mucho mimo y cuidando mucho los detalles, pero creo que no es una fuerte candidata a ganar el Oscar.

La primera parte ya me pareció buena, pero es que esta es espectacular. El hecho de que Sacha Baron Cohen se haga pasar por esa persona y la gente no se dé cuenta, es simplemente brillante.

Yo no sabía que la parte en la que se queda en cuarentena con los conservadores/liberales era real, y cuando lo leí casi me caigo de la silla. Él cabrón vivió con ellos haciéndose pasar por Borat durante esos cuatro días.

Aparte de esto, toda la parte de Rudy Giuliani me pareció completamente vomitiva, como ese señor se intenta aprovechar de la chica sin ningún tipo de pudor, es simplemente deleznable.

Aunque si algo me ha gustado mucho más de este documental es la increíble crítica a Estados Unidos en TODOS sus aspectos. Tanto social, económico y político. Este documental no deja títere con cabeza y eso es maravilloso.

En definitiva, un falso documental, que en algunos casos no es tan falso en el que puedes ver la sociedad americana en todo su esplendor.

Temporadas 1 y 2.

No os voy a engañar que lo que más me atrajo de esta serie fue Robert Sheenan, literalmente se come la pantalla, y como le sacan el jugo en la serie está muy bien traído. Si os dais cuenta es el personaje más carismático y es el último en saber que poderes tiene. Esta es una muy buena manera de mantener al espectador enganchado y la verdad es que lo consigue. Pero lo bueno es que no se queda ahí, te meten romances, te meten acción, problemas de adolescentes problemáticos. Y todo ello conforma una de las mejores series de “superhéroes” que he visto, y lo pongo entre comillas porque entrarían más en el género de los antihéroes. Que por cierto más quisiera el Batman de Nolan ser la mitad de antihéroe de lo que lo son estos cinco chavales.

Con respecto a los personajes principales la evolución es perfecta en todos ellos menos en Nathan. Y la respuesta es muy simple, Nathan es como Alex de la Naranja Mecánica, no evoluciona, no aprende. Alex era un psicópata durante toda la película y Nathan es una persona que no quiere crecer y que no es consciente de sus actos, durante las dos temporadas que está en la serie. Pero los demás sí que tienen una evolución. Simon se da cuenta que tiene que ser más confiado y valiente para salvar a Alisha, Alisha por otra parte se da cuenta de que atraer sexualmente a la gente no es la única manera de relacionarse, Curtis aprende que no tiene que ser tan egocéntrico y debe ser más abierto de miras y Kelly por último se da cuenta de que no es tan importante lo que piensen de ella, sino que lo importante es portarse bien con la gente que quiere.

Temporadas 3, 4 y 5.

La temporada 3 empieza con un corto sobre lo que le pasa a Nathan para abandonar la serie. En su día me llegó la noticia como un jarro de agua fría. No podía ser posible que el personaje que más me gustaba y con el que mejor me lo pasaba se fuera a ir de la serie. Pero entonces amigos, amigas y personas no binarias, apareció Rudy. Para mí no había nadie que pudiera reemplazar a Robert Sheenan y que equivocado estaba. Este personaje es igual o incluso mejor que Nathan, tiene un humor parecido pero diferente, algo nuevo y con chispa que hace que te olvides de Nathan a los 15 minutos del primer capítulo.
Aparte de esto he de decir que la temporada 3 tiene los dos mejores capítulos de toda la serie sin lugar a dudas: el de los zombis y el de los nazis. No tenéis ni idea del hype que me produjo ver los dos adelantos de estos capítulos en su día y como disfruté viéndolos. Pero es que al volver a verlos he vuelto a disfrutar como la primera vez. Ambos están perfectamente dirigidos y son realmente divertidos.

En la temporada 4 y 5 nos despedimos de todo el elenco de actores que empezaron la serie. Lauren Socha ni siquiera sale en la temporada 4 y Nathan Stewart-Jarret se va en el segundo capítulo de dicha temporada (creo). Y con él los dos últimos actores del elenco original. Al igual que con Robert Sheenan, cuando se fueron absolutamente todos pensé que la serie perdería fuelle, pero para nada. Me parece espectacular que hayan podido mantener la originalidad y buen hacer de la serie con cinco actores completamente diferentes. Es que no pierde un ápice de frescura.

Si estás pensando en verla y eres adolescente ten por seguro que te va a encantar hasta niveles insospechados, y si eres una persona más madura quizás te guste un poco menos, pero créeme que la vas a disfrutar igualmente. A día de hoy todavía no entiendo por qué la cancelaron, no entiendo por qué no tuvo éxito fuera de Inglaterra, en definitiva, no entiendo nada. Pero lo que si entiendo es que es una serie que no ha envejecido nada mal y que es totalmente disfrutable en todo momento.

Una película que es la típica sobre deportes y superación, pero que al mismo tiempo no lo es. El porqué es muy sencillo, y es que durante todo el metraje nos van introduciendo a un señor adicto al alcohol, que no sabes porque lo es hasta mitad de la película, cuando lo normal es que te lo digan nada más empezar.
Después nos lleva por un camino en el que parece que se va a rehabilitar gracias a que sus tácticas como entrenador están dando sus frutos, va a conseguir ganar el campeonato y todos serán felices. Y de repente le llama su mujer diciéndole que un amigo de su hijo (fallecido por cáncer) está en el hospital en un muy mal estado debido al cáncer. Cuando ve que los médicos les dan la triste noticia a los padres, no puede más, se derrumba y recae otra vez. En consecuencia, se duerme y llega tarde al entrenamiento apestando a alcohol, lo que hace que le echen del equipo. Esta situación le lleva a beber más a meterse en una pelea por una confusión y a acabar en el hospital. A raíz de esto pide ayuda, va a rehabilitación, pero se pierde a su equipo llegar a los playoffs.
Con todo esto quiero decir que es una montaña rusa constante en la que hay subidas progresivas y bajadas muy bruscas, durante la mayoría del tiempo vemos a un hombre que pudo ser una gran estrella, roto y con un alcoholismo muy avanzado. Que al final consigue ir a rehabilitación, pero se pierde los playoffs. Es una victoria agridulce, y la verdad es que me encantó. Por no hablar de un Ben Affleck sublime con el que puedes empatizar sin problema.

La historia de Richard Jewell es una historia dramática, pero con final feliz. La historia de un hombre que solo quería hacer bien su trabajo y proteger a los ciudadanos, y de cómo pasa de ser un héroe por salvar la vida de cientos de personas a ser el enemigo público número uno, en cuestión de días.

Clint Eastwood se pone detrás de las cámaras de nuevo para narrar esta historia de manera magistral. Puedes sentir el dolor del protagonista como si fuera tuyo, su ansiedad, su desdicha y su alegría cuando acaba todo el calvario.

Poco más se puede contar de una película que nos cuenta una historia real en la que de nuevo el gobierno de Estados Unidos busca un cabeza de turco para lavarse las manos y salir del paso. ¿Cuántas veces hemos visto esto en la pequeña y gran pantalla? Creo que las suficientes para darnos cuenta de que algo huele a podrido en el país “más democrático del mundo”.

Vean la película y juzguen ustedes mismos.