A pesar de los años transcurridos que se notan sobre todo en la tecnología de la época que lógicamente hoy consideramos anticuada, la historia mantiene el interés en todo momento y hace pasar un rato muy agradable a los amantes de las películas de espías.
Los actores todos sin distinción impecables en sus logrados papeles, muy bien ambientada y con una excelente banda musical.
Aquí ni los buenos son tan buenos ni los malos tan malos, lo que dice mucho en su favor.

Malograda historia que se pierde en la nada a cada momento.
La historia en si misma está provocada artificialmente, ilógica, de gays, bis o héteros sin norte, sin pretensiones, envueltos en un halo de falsa cultura que llega a empalagar.
Los personajes son aburridos, arrogantes, poco sensuales, fatuos y así va transcurriendo la trama de una atracción que resulta completamente irreal entre un niñato poco atractivo (para mi) y una especie de becario con menos atractivo si cabe, frío, distante y poco apetecible.
Creo que todo obedece al fallido intento de un novelista y su posterior guionista (James Ivory a años luz de Maurice) respaldados por el director del film de presentar las relaciones homosexuales como algo glamouroso y sofisticado cayendo en la cursilería más ostentosa. Deberían aprender de Visconti.
La química es inexistente entre los dos actores principales y no entiendo las alabanzas a Timoteo, es completamente plástico.lineal, soso e inexpresivo y sin morbo alguno. El otro ya para que opinar.
En definitiva, una gran decepción y una demostración más de que las críticas o están manipuladas o no responden a la realidad.

Estoy harto de ver películas españolas en las que a duras penas entiendes lo que dicen los actores, no vocalizan, hablan deprisa y se atropellan, clases de dicción es lo que necesitan, tuve que poner "aclarar voz" para enterarme de algo.
En otro orden de cosas Mario Casas ha demostrado que es buen actor, aquí con otro registro, está francamente bien pero no para tanto premio a mejor actor.
La historia no acompaña demasiado, empieza bastante bien pero según va avanzando va perdiendo el norte y se va saliendo de madre hasta llegar a una apoteosis final completamente absurda y desmadrada.
Y lo dicho, que se quiten el estropajo de la boca.

Mítica película intimista, cálida, acogedora y también algo cruda de como podemos ser los seres humanos, a veces tiernos y amigables y otras crueles e indiferentes.
Fantástica la actuación de David Niven, el galán, el dandy, el hombre con clase por eminencia, quizás en su mejor actuación y secundado por un elenco a saber cual más notable aunque creo que Deborah Kerr está sublime.
La verdad, me hubiese gustado mucho pasar unos días en esa pensión - es eso más que un hotel- y compartir mesa (separada) con esos ilustres y geniales comensales.

Fue la pionera en este tipo de series y películas que narraban el estilo de vida de una época a través de las relaciones entre los señores y el equipo de servidumbre.
Yo la vi siendo un adolescente y cada semana estaba delante de la TV sin faltar, me entusiasmaban los personajes que acababan siendo como de la familia, lo que significa tener "clase" tanto arriba como abajo.
Lord Bellamy y su encantadora esposa y el plantel de servidumbre encabezado por el majestuoso Hudson el mayordomo, la cocinera, la camarera, en fin, todos geniales.
Aunque han habido series como Dawton Abbey que han intentado hacerla sobra, ésta es la mejor sin duda alguna.