Como decía, hay detalles que podrían haber estado más claros. No me quedó claro si la pobre mujer que acaba frita era realmente mala o si simplemente la joven cambia de opinión porque se agobia de estar encerrada.

Tampoco profundizan nada en los sentimientos que se desarrollan en la embarazada al sentir a su bebé. Eso habría sido un punto muy importante y que nos habría ayudado a entender el desaguisado del final.

O quizás todo esto es exactamente lo que el director quería que sintiéramos.

Empezando porque al guionista no le gustan los pelirrojos, desde luego. Acaban todos fritos.

La pareja de asesinos/bailarines frikis, contratados por el padre del desaparecido, y el hombre no tiene ni idea de que se están cargando a medio pueblo. ¿Pero quién te ha dado su número? ¿No sabías a quién contratabas?

El chico friki se descuelga del coche que persigue, callendo de nuca contra una roca y luego vuelve a aparecer tan normal, solo que con la cara amoratada. Pero si no se dio en la cara, se rompió el cuello... No entiendo.

En el mismo capítulo, justo antes de este despropósito, secuestran a la hija de la prota. Su madre que sale disparada a salvar a su hija, no sabe que llevarse para defenderse y coje el cuchillo de cocina que había por ahí encima. Cuando llega a la zona con su cochazo, la pelirroja no se da ni cuenta, y consigue llegar a la caseta donde está su hija encerrada, que casualmente tiene dos puertas, una cerrada con candado, custodiada por el asesino friki, y la de atrás, sin vigilancia y que gracias a dios no tenían más candados y la cerraron con una cuerda. Perfecto, porque la mujer tiene el cuchillo del pan con el que saca a su hija de allí en un plis plas. A correr al coche y la pelirroja que sigue sin enterarse.

En ese mismo capítulo, el antiguo novio se mete sin permiso en casa de la recién encontrada ex, y mala suerte, justo llega la policía a registrar la casa. Pero no pasa nada, aunque se haya llenado la casa de policía, él sale por la puerta de alante y sin que le vea nadie... Vaya policía de pacotilla.

Todo esto en 1 solo capítulo. Creo que no vale la pena seguir. Es un no parar.

No voy a hablar de lo hipnótico de las cejas del policía canoso ni de su extraño papel sin sustancia.

Al menos el final me ha gustado, si no hubiera sido insalvable.