El rey de la montaña es un thriller que gana puntos por su ambientación, con unas espectaculares localizaciones muy bien fotografiadas, si bien la dirección podría haber sacado mucho más partido de la situación (como hizo Bosque de sombras, de Koldo Serra), pero en general es una pelicula entretenida que sabe mantener la tensión.

Su mayor problema llega con su final, donde la pelicula muestra sus cartas, que son más que cuestionables. Dejando atrás el misterio y la tensión de un asesino desconocido y oculto, el filme nos presenta una exageración de un fenómeno preocupante y actual, en una idea que podría haber dado mucho juego.
Por desgracia, esa idea toma otro camino, presentandonos situaciones tan obvias como absurdas y adoptando un punto de vista demasiado simplificado y fácil.

Alex de la Iglesia es un director que se ha ganado un nombre en el mundo del cine español, gracias a películas como El día de la bestia o La comunidad, pero siempre es bueno echar un vistazo a sus comienzos y, de paso, quedarse con la boca abierta.
Cuando el cine español actual ya tiene problemas a la hora de levantar proyectos diferentes, es verdaderamente impresionante que en el año 93, un director debutante consiguiera darnos una bizarra space opera con una gran factura visual.
No estamos frente a La guerra de las galaxias, ni nadie lo pretende; pero Acción mutante sí es una comédia espacial bestia que no deja titere con cabeza y que utiliza todos los medios a su alcance para darnos un futuro particularmente oscuro y muy conseguido por momentos.
Y es que la opera primera del bilbaino nos presenta a unos personajes hilarantes en una historia surrealista llena de diseños geniales.
Una muy buena carta de presentación.

Lo primero que llama la atención de la adaptación que Guillermo del Toro hace de la obra de Mike Mignola es su toque personal. Hellboy no es tanto una adaptación como una visión personal, y realmente no hay demasiadas cosas en común, en cuanto al estilo de la historia. Personalmente, la oscuridad del comic, sus hipnóticos colores y su tono apocalíptico me fascinan más que el espectaculo que nos brinda el mexicano que, al margen de la adaptación, no termina de cuajar del todo.
Algo falla en la película. La ambientación no cumple, los lugares que Hellboy visita están vacíos y sin vida, como si fueran un simple decorado en Praga (que, a fin de cuentas, es lo que son); las escenas de acción no son tan frenéticas como cabría esperar, la historia más que historia parece una anecdota... Pero sería injusto decir que Hellboy no entretiene, como también lo sería no reconocer los increibles diseños de que hace gala la película, el impresionante maquillaje y la perfecta adecuación de Ron Perlman al papel.

Sólo es una pelicula de zombies. Pues quizá sí, pero las promociones en que la gente se tapaba en el cine no mentía en absoluto.
Como también ha hecho Cloverfield, Rec utiliza todos los tópicos del género, les da una vuelta de tuerca, los encierra en una escalera (genialmente fotografíada) y los hace terroríficamente reales. Los zombies no existen, pero aquella noche yo revisé mi casa por completo para asegurarme de que no había entrado ninguno...

Algunas películas no pueden desligarse del sentimentalismo.
Sí, es una película de dinosaurios que se comen gente, pero también fue una película increíblemente influyente en el que esto firma. La aventura, la emoción, el terror, la música... A los 7 años, esta película me marcó, y, tratando de verla con objetividad, sigo pensando que es una gran película de aventuras, simple pero efectiva y con una dosis justa de todos los elementos. Unos personajes algo estereotipados, pero que cumplen, unas localizaciones espectaculares, y unos efectos especiales que, 15 años después, siguen en plena forma, superando a muchas películas actuales.
Dos horas viendo dinosaurios en una isla paradisíaca en medio de una tormenta tropical, ¿Qué más se puede pedir?