Tuve la suerte de poder ver The Host en el cine cuando se estrenó, y me pareció una película encantadora, de lo mejorcito que había visto en cuanto a monstruos se refiere.

Partimos de la idea indiscutible de que The Host es una frikada como la copa de un pino, que el argumento resulta como demasiado simple y tal y tal..., pero si dejamos de lado que el contenido de unos pocos frascos pueda dar origen a semejante bichejo, vamos a disfrutar como enanos.

No se puede catalogar al título dentro del género de pelis de monstruos sin más, pues tiene notas de comedia negra, parodia y drama por igual. Esa mezcla tan genialmente llevada por sus creadores, es lo que hace de The Host una cinta tan interesante (imprescindible, me parece demasiado).

Acostumbrados a ver en las versiones americanas al héroe mazao y guaperas que se enfrenta con el monstruo para, normalmente, salvar a la chica guapa, aquí nos introducen a toda una serie de personajes totalmente opuestos: el padre de la niña, con una deficiencia considerable, la hermana, extraña heroína y el oficinista, que pasa de todos hasta que lo necesitan...

Las escenas se reparten entre lo absurdo, lo exagerado y una tensión que te deja con el corazón en un puño. El cautiverio de la niña deja momentos apoteósicos, emotivos e intensos a la par, y perfectamente rodados.

El monstruo, (que se parece un montón a mis axolotes), tiene ese regusto intencionado a serie B, pero verlo moverse por el puente es todo un espectáculo, así como su genial capacidad gástrica. Uno disfruta viéndolo correr, nadar o balancearse.

Quizás algunas situaciones puedan parecer un poco exageradas, pero hay que entender que son una cultura totalmente diferente a la nuestra, por lo que uno se tiene que acercar totalmente abierto de mente. No creo que no haya nadie que no pueda conmoverse con el sufrimiento del pobre padre, que lucha contra todos para recuperar a su hija, incluso contra sus grandes limitaciones.

La acción es entretenida, pues o ríes, o te compunges, o te muerdes las uñas. No hay tregua para la diversión. Además, para mayor gloria, los americanos no se han atrevido a hacer un horroroso remake al estilo de Old Boy.

¿Qué más se puede pedir? Pues que ya hay anunciada una secuela para el 2016...

Rul T.
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Cuando sabes de antemano que tu producto es muy malo, necesitas algo que pueda enmascarar la mediocridad de la realización. Para ello, no ha habido nada más suculento que el desnudo femenino, pues por lo menos te aseguras un atractivo para un público teenager masculino, pues ya sabemos que cien tetas tirán más que un buen guión. Johannes Roberts consiguió lo que pretendía, pues no hay otra manera de explicarse que Forest of the Damned, o Demonic, como también es conocida, tuviera una secuela dirigida por Ernest Riera.

Demonic (para abreviar) tiene toda la pinta de una cinta cutre de domingo con el único y discutible aliciente de mostrar algo de carne rondando por el bosque. Los que os penséis que es un producto cercano al erotismo también estáis muy equivocados: hay mucha más chica en una peli de Esteso que en Demonic, pero si en un trailer de menos de dos minutos las sacas todas, pues ya tienes el suficiente gancho. El tema es que como muchas cintas de sobremesa, al final acabas tragando mientras dormitas en el sofá.

En cuanto al film en sí, no hay nada nuevo. Un grupo de jóvenes se meten en un bosque donde les han dicho que no se metan y se encuentran con estos ángeles descarriados en busca de presa fácil.

A nivel técnico es un completo disparate. Malas actuaciones, pésimos actores, ritmo lento y sin tensión, fotografía y realización de bajo coste y peor factura... Para decir algo positivo, diremos que el maquillaje (el poco) que llevan las angelitas es de lo poco salvable de la película y que suponemos que las chicas debieron presentar el guión en pelotas para convencer a Tom Savini para participar en el proyecto.

Señores y señoras, ésto no da para más.

Rul T.
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La primera vez que vi Martyrs, ará ya unos cuantos años, me quedé totalmente impresionado. La segunda película de Pascal Laugier, autor de la infravalorada "El Internado (2004)", obra que a mi particularmente me gustó bastante, vuelve a la carga con la obra más bestia del nuevo cine gore francés. La busqué después de visionar "À l'intérieur", otra cinta que me fascinó.

La secuencia inicial, con Lucie corriendo por la carretera, es una secuencia me trajo a la cabeza la famosa foto de Kim Phuc, aquella niña vietnamita que corría desnuda desesperada mientras su cuerpo ardía por el efecto del napalm.

Sórdida, perversa, violenta, cruda, excesiva... son muchos los adjetivos que se ha llevado el explícito film de Laugier, así como un buen puñado de críticas que van desde "obra de culto" a "basura sin sentido". Ésto pone de manifiesto que Martyrs es una película que no deja indiferente a nadie.

Puedes enfrascarte en una fácil pelea para encontrar los puntos flojos de su argumento y denostar todo lo que viene a continuación, tildando la cinta de una sucesión de gratuitas escenas violentas sin interés alguno, o puedes introducirte en el interior de la historia que su director quiere contarte y dejarte llevar por el horror que se avecina.

Y es que Martyrs es una película Violenta, sí, con mayúscula. Y el principal reparo que mucha gente le pone es precisamente la naturaleza de esa violencia. No vamos a ver sangre e higadillo al más puro estilo gore, ni asesinatos a lo slasher adolescente acompañado de un par de tetas gomosas, ni pruebas enrevesadas a lo Saw para castigar a aquellos que no aprecian lo que tienen.

La violencia en Martyrs es tan cruda, mecánica y real que es imposible que no afecte de alguna manera al espectador. Lo que en un principio parece una actuación nihilista sin sentido, poco a poco va tomando cuerpo dentro de una trama que explota la locura más salvaje del ser humano.

La brillante actuación de sus dos protagonistas, la enfermiza ambientación, una fotografía brillante y un maquillaje excepcional dotan aún de mayor realismo las perversas escenas. El guión es fluido e inteligente y la trama argumental apasionante, por lo menos para mí. El final, criticado por muchos, me parece la guinda final a una cinta que sí o sí busca una respuesta reflexiva del espectador.

En resumen, una de las películas más oscuras y sádicas que he podido ver en mucho tiempo. Su propuesta puede gustar mucho o resultar bochornosa, pero seguro que te remueve la pizza que te acabas de comer mientras la disfrutas.

La disfruté tanto que en mi humilde opinión se merece un 10 como una casa.

Rul T.
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Es una pena que en breve no podamos disfrutar de un canal de TV como La Sexta 3, que brindaba la posibilidad de poder revisionar clásicos del cine de terror a horas decentes de la tarde/noche. La próxima eliminación del canal de la parrilla de TDT va a suponer la pérdida de las sesiones de dos y tres pelis del género algunos sábados por la tarde, con la posibilidad de verlas en V.O.S.E.

Hace unos días disfruté de esta genialidad de Wes Craven, que alcanzó grandes cotas de éxito a nivel de crítica y público, lo que llevó a una serie de secuelas que iban bajando en calidad a cada entrega, y que nunca estuvieron a la par del original.

Scream fue un halo de aire fresco en un género, el slasher que agonizaba por el agotamiento de las sagas clásicas a base de exprimir las misma ideas una y otra vez más. Rodada en parte como un slasher tradicional, en parte como una parodia a la misma película que estabas viendo, supuso el relanzamiento del género, su director, Wes Craven y el lanzamiento de Neve Campbell y Courteney Cox.

Y es que tras el prólogo inicial, una de las mejores secuencias de terror, la cinta empieza a cambiar algunas cosas a las que estábamos acostumbrados: ya no solo son jóvenes con ganas de juerga y sexo los objetivos del asesino, sino que una reputada periodista y un poli un tanto cortito entran en juego.

Si bien es casi imposible escapar de algunos tópicos (que además gustan al público general que llena las salas en USA) como la chica estrecha que se resiste a perder la virginidad, es cierto que aquí el friki no es un porreta empedernido, sino un fan del cine de terror que nutre la cinta de numerosas alusiones a clásicos del género.

Y quizás ésto fue lo que más gustó a sus fans, las constantes referencias a los clásicos y al cine dentro del cine, con algunos giros muy acertados para reirse de los clichés de toda la vida. Fantástico el cameo de Craven bajo Fred, el hombre de la limpieza, con el mítico jersey a rayas.

Otro de los aciertos de Scream, fue el cambio de la tipología del asesino en serie. Ya no es un producto de la américa profunda escondido a la sociedad por vergüenza, que aparece desde el principio con una identidad definida y que tiene unas dotes de supervivencia que rozan la inmortalidad. Aquí nos las tenemos que ver con una identidad misteriosa, que no se resuelve hasta el fin de la cinta, y cuyos motivos para matar son bien diferentes.

A nivel iconográfico no hay que obviar que el disfraz de scream se ha convertido en un clásico que aún hoy se puede ver en cualquier fiesta de disfraces sin desentonar.

Un grato retro que se disfruta pese a saber qué va a pasar.

Rul T.
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Verdaderamente poco se puede decir de esta cinta que copia descaradamente a la inexplicablemente exitosa "Serpientes en el avión" con la inexplicable aparición de Elsa Pataki en uno de sus asientos.

La película es mala de narices, un simple entretenimiento para una tarde aburrida repleto de tópicos, personajes puramente estereotipados y un guión que no deja ninguna pauta a la más mínima sorpresa.

Quizás su problema radique en que han querido hacer una película seria y podía haber funcionado con un estilo más de serie B, algo de humor negro y unos monstruos un poco más contundentes, porque la verdad, los animalillos dan un poco de risa.

Verdaderamente, solo apta si no tienes nada peor que hacer (y tendría que ser muy, muy malo).

Rul T.
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