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España España · Barcelona
Voto de alex:
4
Thriller. Drama. Intriga. Cine negro Úrsula deja el convento donde se ha educado para empezar una nueva vida, en el sur de España, con su tío, el conde de Ribera. Pero, cuando llega, se encuentra con una tragedia: Lamberto, un joven del pueblo, acusa al conde del suicidio de su hermana. En un duelo, el conde resulta muerto, y el joven se ve obligado a escapar de la policía. Úrsula, cautivada por la belleza y la fuerza de Lamberto, decide acompañarlo en su huida. (FILMAFFINITY) [+]
5 de septiembre de 2012
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estoy de acuerdo con la crítica anterior; esta película me parece bastante peor que "Y Dios creó a la mujer", que no es que fuera una gran película, pero que sin embargo tiene algo especial que la convierte en una película inolvidable y mítica. "Los joyeros del claro de luna", por el contrario, resulta más bien aburrida e incluso llama la atención por su torpe dirección en muchas escenas.

No obstante hay que reconocer que esa Andalucía primitiva de finales de los cincuenta -poblada de ancianos desdentados y de carreteras y calles sin asfaltar- resulta fascinante, sobre todo porque está retratada con una magnífica fotografía en color y cinemascope, antes de que llegaran a esas bellas y áridas tierras directores míticos como David Lean y Sergio Leone (y mucho antes de que la especulación inmobiliaria y el desarrollo descontrolado hayan echado a perder la belleza casi virgen de los paisajes).

Volviendo a la torpeza de Vadim, me ha resultado bastante irritante esa costumbre suya de reconstruir estúpidamente en estudio algunos escenarios (como la escena que ocurre al lado del molino por ejemplo) para luego montar esas escenas -con iluminación de foco y fondos de papel pintado- junto a otras escenas o planos del mismo sitio filmadas en escenarios reales. En Hollywood solían hacerlo así porque allí filmaban siempre con sonido directo y cuando había una escena de dialogo rodada en exteriores resultaba más fácil desde el punto de vista técnico reconstruir el plano en estudio. Pero en la escena que ocurre en el exterior del molino, por ejemplo, apenas hay diálogo, debido a lo cual me invade la sospecha de que Vadim no sabía muy bien lo que hacía más allá de querer copiar tontamente algunos procedimientos supuestamente lujosos y "profesionales" que por otra parte enseguida se revelarían demasiado artificiales y pasados de moda.

En fin, si la película fuera buena estos detalles técnicos y chapuceros ni valdría la pena mencionarlos, pero la película me ha parecido un rollo que solo se salva gracias a una esbelta y bellísima Brigitte Bardot, que además de ofrecernos una interpretación más que convincente, aparece casi desnuda en varias escenas e incluso enseña fugazmente sus atractivos pechos unos 18 años antes de que las actrices de la España del destape pudieran hacer lo mismo. No es, pues, extraño que prohibieran esta película en aquella reprimida piel de toro llena de guardias civiles, burros, y botijos donde paradójicamente ocurre toda la película.
alex
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