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España España · A Coruña
Voto de Vic_Olié:
10
Drama Texas, principios del siglo XX. Una historia sobre la familia, la avaricia y la religión. Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis) se traslada a una miserable ciudad con el propósito de hacer fortuna, pero, a medida que se va enriqueciendo, sus principios y valores desaparecen y acaba dominado por la ambición. Tras encontrar un rico yacimiento de petróleo en 1902, se convierte en un acaudalado magnate. Cuando, años después, intenta ... [+]
19 de febrero de 2008
15 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
There Will Be Blood se nos presenta como la primera obra maestra de eso que se está dando en llamar hipermodernismo. Es una revisión de un clásico como Kane, donde se sustituye el poder de la información por el del petróleo, elevándose ambos por encima del institucional.

La relación con la Iglesia está personaificada de forma magistral en ese pastor presbiteriano que libra un tensa batalla con el magnate del petróleo. Es este, quizás, el punto más interesante de la película. La tensión dialéctica y actoral, con la significativa carga que otorga al relato, justifican ese abrupto y desaforado final, que llega como la inesperada explosión de un volcán ¡Y vaya erupción!

También se puede calificar de masgistral el guión-dirección de Anderson, tan bien coexionados que hablar de ellos es como referirse al mismo monstruo bicéfalo. El visionario creador se basa en una estructura lineal para pervertirla. A medida que avanza la historia, crece la verborrea en detrimento de la imagen, como si esas palabras fuesen esputos de petróleo que Plainview (el nombre lo dice todo) fagocita incesantemente desde esos pozos sanguíneos que consumen su alma.

A este respecto, cabe señalar que la música también va "in crescendo" en cada arco dramático que compone, al igual que la intensidad de lo narrado, como si el propio relato fuese una metáfora del petróleo que brota poco a poco de la tierra hasta convertirse en un explosivo muro que traerá graves consecuencias.

De hecho, la primera mitad de la película y la segunda se distinguen bastante y se separan por la escena intermedia del accidente con el gas. En esa secuencia, nos queda claro a qué punto ha llegado la ambición de Plainview. Además, un trágico acontecimiento marca un nudo de trama que nos lleva por derroteros insospechados. Hablamos, pues, de un complejo guión con seis actos, divididos por esta magistral secuencia, que es casi resumen del filme, junto con la escena final y la primera.

Daniel Day-Lewis está soberbio, el tratamiento del sonido y de la imagen es de diez; la fotografía, espectacular. En definitiva, una dura crítica al capitalismo salvaje, a las relaciones de éste con el poder ecleciástico, una reflexión sobre el origen fundacional de la nación americana,... There Will Be Blood es todo esto y más, pero sobre todo es un diamante cinematográfico indispensable.
Vic_Olié
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