Si alguien quiere causarle un trauma a un niño lo tiene fácil. Sólo debe llevarlo a ver Bambi. Vale que hay personajes entrañables como Tambor, pase el mensaje pseudoecológico de animales amiguitos entre si frente al instinto asesino del hombre, pero lo que es INTOLERABLE es el dramón que nos montan con la madre de Bambi. Eso no hay niño que lo resista, sólo por eso esta película debería ser denunciada al defensor del menor.

A pesar de ello hay que reconecer que la película supone un salto de calidad respecto a Blancanieves y que, por aquel entonces, la Disney sabía concebir muy bién a sus personajes, hasta el punto de convertirlos en parte de nuestras referencias culturales de toda la vida.