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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Año 2012, la ciudad maliense de Tombuctú ha caído en manos de extremistas religiosos. Kidane vive tranquilamente en las dunas con su esposa Satima, su hija Toya e Issam, un niño pastor de 12 años. Pero en la ciudad los habitantes padecen el régimen de terror impuesto por los yihadistas: prohibido escuchar música, reír, fumar e incluso jugar al fútbol. Las mujeres se han convertido en sombras que intentan resistir con dignidad. Cada día, ... [+]
23 de junio de 2015
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando el ojo cuenta lo que ve, sin filtros, sin ampliaciones, sin minoraciones; tal cual, la verdad desnuda; es cuando aparecen, a la par, el sentido común, que juzga, y el escalofrío de la autoridad monstruosa que se impone. Esto es Timbuktu: realidad elevada a la enésima potencia, injusticia y dolor palpables.

Si bien el que escribe tiene un concepto muy pobre de la religión (herramienta del poder, opio del pueblo...), está dispuesto a aceptar el hecho de que hay gentes pacíficas que se agarran a las creencias para buscar un equilibrio a sus vidas (prueba también de otras carencias), una explicación existencial o una tabla de salvación (mientras los demás se ahogan a su alrededor). El problema de estos tumorcillos benignos es que, a veces, evolucionan y se proclaman señores de la muerte, en lugar de profetas de la alegría.
La historia nos ha dado suficientes pruebas de adónde conducen los caminos dogmáticos y doctrinarios como para pedir respeto y comprensión por las creencias, mientras se sigue pidiendo la hoguera para los ateos.

En la película de Sissako aparecen los factores que nublan y entristecen la convivencia, y enrarecen la respiración: la violencia, el miedo, el autoritarismo, el oportunismo político y el odio a la diversidad.
El director mauritano, sin decir nada, solo enfocando, enarbola la bandera de la tolerancia y el sosiego; mientras corre por una tierra abrasada, buscando un oasis de acogedoras jaimas con música, amor e inocencia, que le reciba con un cartel que proclame: PROHIBIDO EL PASO A LAS PESADILLAS.
Sinhué
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