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España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
8
Drama Dos sistemas: por una parte, la maquinaria nazi y, por otra, la diplomacia del Vaticano y de los Aliados. Pero dos hombres luchan desde dentro. El primero es Kurt Gerstein (personaje real), químico y miembro de las SS que se encarga de suministrar el gas Ziklon B a los campos de la muerte. Pero eso no le impide denunciar los crímenes nazis a los aliados, al Papa e incluso a los miembros de la Iglesia alemana a la que pertenece, ... [+]
24 de enero de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La animadversión que despiertan los agitadores de conciencia, tipo Costa-Gavras, tiene que ver con lo molesto que es que alguien remueva, con un palo, en nuestras burguesas estructuras mentales e incluso en nuestros intestinos.. Esas tripitas que nos permiten ser comprensivos durante un cuarto de hora, pero que se rebelan y aburren cuando la lección y la denuncia se alargan más de lo previsto; o sea 16 minutos. Entonces desviamos la atención y comenzamos a lamentar que el autor de los hechos (casi siempre un director empeñado en lo político-social), no sea más hábil en la colocación de la cámara, en el uso de la grúa, en los picados, en lo sinuoso del travelling..., en fin en todas esas cosas en las que se fijan el 98% de los espectadores, y que son infinítamente más importantes que el contenido de la historia escrita, o adaptada pòr alguien preocupado por la verdad y que, para ello, se salta olímpicamente las informaciones oficiales, escarbando en sitios prohibidos.

Esta entradilla, que vuestra sagaz suspicacia habrá catalogado como irónica, tiene que ver con los comentarios de algunos críticos que se sienten ofendidos porque algunos cineastas muestran con demasiada explicitud los sucesos de un pasado que, estimo yo, no debiéramos nunca olvidar, sobre todo para que no se repita.

El valor de Kurt Gerstein (miembro de la SS) y Ricardo (fraile jesuita) es el que puede hacer descarrilar la mezquina y pesada maquinaria de la que ellos mismos forman parte. Saben de las consecuencias y temen, también, que su sacrificio sea en balde, pero no sabrían vivir de otra manera. Hoy, a toro pasado, todos aplaudimos su entereza, su rotunda voz contra el silencio y nos enorgullece tener congéneres tan cualificados. Hoy, nos toca crucificar a otros a quienes, dentro de unos años, cuando hagan la película, volveremos a ovacionar.

Bueno, más que bueno, este necesario desenmascaramiento del indomable griego; dardo certero contra la hipocresía y el ocultismo de quienes se alían con los ganadores; y callan lo cierto, escudándose tras las palabras de Jesús (el mismo que expulsó del Templo a sus antiquísimos predecesores) y la idoneidad de los comentarios culinarios sobre el delicioso risotto que sirven en el Vaticano.
Sinhué
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