Haz click aquí para copiar la URL
España España · Cáceres
Voto de Sinhué:
6
Drama Bennie Tetrocini regresa a Buenos Aires para buscar a su hermano mayor desaparecido hace diez años. Tanto él como su familia, emigrantes italianos en Argentina, se habían mudado a Nueva York debido a la exitosa carrera del padre, un renombrado director de orquesta. Cuando, por fin, Bennie lo encuentra se lleva una gran decepción: el brillante poeta 'Tetro' ya no es el hermano maravilloso, el ídolo de su infancia, se ha convertido en un ... [+]
16 de marzo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como no podía ser de otro modo, Francis Ford Coppola se complica la vida y decide hacer la película que él tiene en la cabeza en lugar de hacer la que les gustaría ver a la mayoría de espectadores. Este proceder tiene sus inconvenientes pero también sus ventajas; y me atrevería a decir que, desde el punto de vista de la creatividad, más ventajas que inconvenientes. Porque la valentía es necesaria para inventar y para buscar nuevos caminos.

Tetro es la historia de una familia italo-argentina que siguiendo la batuta del más ambicioso de sus miembros se instala en el faro mundial del arte y sus beneficios: Nueva York. El despotismo del genio convierte a un clásico clan familiar italiano en cachitos amargos de acomplejados burgueses. Uno de estos cachitos deambula por Buenos Aires... Y al viejo y bohemio barrio de La Boca llegamos de la mano de Coppola y el joven Bennie buscando al desequilibrado primogénito de los Tetrocini, que huyendo de la familia (aunque vive de ella) ha encontrado un nido en el que viven una mujer amorosa y unos simpáticos teatreros.....

El cuento, que esconde un secreto que a la larga no nos resulta tan sorprendente, podría resultar ejemplarizante pero esto a Coppola no le importa tanto. El se fija más en las herramientas de contar: colores, músicas, atmósferas....y utiliza el guión como arma arrojadiza: autobiografía (¿ajustes íntimos de cuentas?) y su visión de la crítica (que tantas veces le hundió en el pasado).
Con razón algunos espectadores alegarán que a ellos los fantasmas y obsesiones de Coppola no les interesan, pero pedirle al director que prescinda de ambos sería como haber obligado al Greco a no estilizar sus figuras o haber quitado el amarillo de la paleta de Van Gogh.
Sinhué
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow