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Voto de Cinexin:
4
6,6
1.238
22 de diciembre de 2009
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿La maldad es innata o adquirida? Ésa es la cuestión principal de la que parte la película. Rhoda tiene ocho años y un comportamiento extraño que alarma a su madre y que le hace sospechar que no es la inocente niña que aparenta ser.
Larga, larguísima película, mucho más larga que las dos horas que dura y es porque a cada escena le sobran minutos de metraje. Todo está alargado innecesariamente con escenas y diálogos que no aportan nada a la historia.
Las interpretaciones (salvo la madre de la niña, que es correcta) son absurdamente exageradas. Cuando el jardinero loco habla solo mirando a la cámara es para partirse la caja y la niña es odiosa, no porque haga de mala, sino porque lo hace rematadamente mal, como si actuara en la función de fin de curso del cole. Claro que no todo es culpa suya porque el guión no ayuda nada. Por más repipi que fuera una niña, en la época que transcurre la película no haría una reverencia cogiéndose el vestidito para saludar a las visitas y de haberlo hecho, cualquier madre le hubiera dicho que ya vale, lo mismo en Alcorcón que en el profundo sur de EE.UU. A partir de ahí ya sabes que la peli está hinchada con situaciones artificiosas y pierde interés.
Los diálogos son tan poco naturales como las actuaciones y en lugar de decirlos sin más, los declaman como en una obra de teatro. De hecho, la película es una obra de teatro adaptada para el cine y se resiente de que la adaptación arrastra demasiados elementos teatrales que en el cine lastran demasiado todas las escenas. Más que una película antigua (1956), es una obra anticuada.
Larga, larguísima película, mucho más larga que las dos horas que dura y es porque a cada escena le sobran minutos de metraje. Todo está alargado innecesariamente con escenas y diálogos que no aportan nada a la historia.
Las interpretaciones (salvo la madre de la niña, que es correcta) son absurdamente exageradas. Cuando el jardinero loco habla solo mirando a la cámara es para partirse la caja y la niña es odiosa, no porque haga de mala, sino porque lo hace rematadamente mal, como si actuara en la función de fin de curso del cole. Claro que no todo es culpa suya porque el guión no ayuda nada. Por más repipi que fuera una niña, en la época que transcurre la película no haría una reverencia cogiéndose el vestidito para saludar a las visitas y de haberlo hecho, cualquier madre le hubiera dicho que ya vale, lo mismo en Alcorcón que en el profundo sur de EE.UU. A partir de ahí ya sabes que la peli está hinchada con situaciones artificiosas y pierde interés.
Los diálogos son tan poco naturales como las actuaciones y en lugar de decirlos sin más, los declaman como en una obra de teatro. De hecho, la película es una obra de teatro adaptada para el cine y se resiente de que la adaptación arrastra demasiados elementos teatrales que en el cine lastran demasiado todas las escenas. Más que una película antigua (1956), es una obra anticuada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El speech de la madre del niño muerto borracha (sólo a ratos, porque de vez en cuando se le olvida que ha bebido y está más serena que Buster Keaton) es absurdo. Ni en una obra de teatro del XIX se incluiría un monólogo tan literario y ridículo.