El matrimonio Warren regresa con otro caso ubicado en 1981 sobre posesiones demoníacas y maldiciones, más en la linea de thriller paranormal. El prólogo es intenso pero es la menos aterradora de la trilogía, falla un poco en atmósfera, a ratos es confusa y apuesta más por generar miedo en escenas oscuras, miedo que jamás se siente.
Vera Farmiga y Patrick Wilson es el pilar que sostiene la película con todos y sus letargos. Química increíble tienen ambos y estupendos actores. Es salvable, siempre tiene algo que contar pero el nivel es menor comparado con las 2 anteriores. La escena de la cama de agua también merece mención. Es terror en piloto automático, a veces bien narrada, a veces no, en ocasiones aburrida, pocos "jumpscare", su apartado visual nada innovador. Tal vez el cambio de director afecto. Correcta nada más.