Durante las elecciones a la Presidencia de EE.UU. de 2008, el candidato republicano Jhon McCain necesitaba a un potente aspirante a la Vicepresidencia para eclipsar al demócrata Barak Obama, y así dar un empuje a su carrera electoral.
La elegida de entre todas las mujeres fue la gobernadora de Alaska, Sarah Palin.

En una película que transcurre prácticamente entre despachos, aviones que trasladan a los candidatos, mitines políticos, entrevistas de televisión, preparaciones de discursos etc, lo más destacado es Julianne Moore/Sarah Palin. Además del parecido físico, interpreta a una mujer profundamente religiosa y con fuertes convicciones ideológicas que, desde la fría Alaska llega a la maraña electoral, dispuesta a darlo todo por la patria.
A medida que su incultura política se iba haciendo cada vez más evidente, demostrando que ni de lejos estaba preparada para el cargo para el que se la requiró, ella se lo monta de por libre desoyendo incluso las indicaciones de sus preocupados asesores

Todo ello lo logra Julianne Moore sin que apenas se modifique el aspecto físico de la candidata (a Sarah Palin no le gustaba que le tocasen su imágen) y con una expresividad más bien raquítica. Ya sabemos lo formales y estirados que resultan los políticos en plena campaña ya que, tan solo sonrien para la foto.

Ed Harris/Jhon McCain, ha tenido mejores momentos interpretativos y aqui se limita a hacer de político bueno y honrado, que parece que manda algo pero que no manda nada. La verdad es que la Julianne Moore se lo merienda con una simple subida de gafas.
Y del resto, pues que le das una patada a una película de elecciones americanas, y te salen 300 asesores y consejeros a un móvil pegados, controlando día y noche a sus protegidos, como si fueran padres primerizos.

La ganadora: Julianne Moore.