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España España · Illescas
Voto de BiShOp:
8
Terror Secuela de la exitosa "Expediente Warren" (2013) que presenta un caso real de los renombrados demonólogos Ed y Lorraine Warren. Para resolverlo viajan al norte de Londres para ayudar a una madre soltera que vive con sus cuatro hijos en una casa plagada de espíritus malignos. (FILMAFFINITY)
17 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Abrazarse a la persona que tienes a tu lado en la butaca del cine, asomarse a todas las esquinas, encender las luces de las habitaciones de casa antes de entrar...¿Quién no ha hecho alguna de estas cosas después de ver una película de terror? Y es que, aunque nos cueste reconocerlo, disfrutamos con el miedo en una sala de cine, disfrutamos de esa sensación innata y primitiva que nos atenaza. Y James Wan, director de Expediente Warren: El caso Enfield (2016), lo sabe, y explota todos los mecanismos a su disposición para que la experiencia de ver una de sus películas, sea, cuanto menos, inquietante. Desde que en 2004 se diera a conocer con Saw, James Wan se ha hecho (merecidamente), con un hueco importante entre aquellos directores que se dedican a poblar nuestras pesadillas de fantasmas, demonios y demás seres terroríficos...Hace 3 años, Wan nos ofrecía un estupendo ejercicio de terror con Expediente Warren: The Conjuring (2013), que le hizo alcanzar su cénit como realizador, poniendo de acuerdo a crítica y público, algo que generalmente es bastante complicado. ¿Conseguirá la secuela de aquél éxito lo mismo? Está en vuestra mano valorarlo.

La trama es muy simple. Ed y Lorraine Warren conforman un matrimonio dedicado a investigar sucesos paranormales, y en esta ocasión son requeridos para ayudar a una familia inglesa aterrada por una serie de fenómenos inexplicables que se están produciendo en su hogar. A partir de esta premisa, Wan construye dos historias paralelas que están condenadas a encontrarse y proporcionarnos un acto final sublime. James Wan se las sabe todas, se nota que es un fan de las películas de terror y utiliza todos los medios a su alcance para aterrorizarnos. Y ahí reside la grandeza de este director, ya que por un lado es capaz de crear una atmósfera insana que nos va atrapando poco a poco y que nos deja una sensación de terror que se mete en nuestros huesos, pero por otro maneja perfectamente los mecanismos del susto inesperado (para mis gusto,abusando demasiado de una subida de volumen no apta para oídos sensibles), por lo que el visionado de esta película se puede asemejar a una montaña rusa, en la que sabes que viene la bajada pero aún así te acabas asustando.

Para potenciar el aspecto terrorífico, el uso de la cámara es sublime, especialmente en la parte que se desarrolla en Inglaterra, consiguiendo que la casa en la que se desarrollan los hechos se convierta en un personaje más. Sé que es un recurso que utilizo muchas veces, pero me tenéis que creer si os digo que la casa tiene vida propia. Y lo demás es lo habitual en las películas de Wan: presencias demoníacas, sustos a la vuelta de la esquina, y, sobretodo, un final apoteósico, con una fuerza tremenda a nivel técnico, interpretativo y narrativo...

Es evidente que todo el festival que nos tiene reservado el director no serviría de nada si las interpretaciones no estuvieran a la altura. Patrick Wilson y Vera Farmiga vuelven a hacer gala de esa química que desprendían en la primera película y vuelven a encarnar notablemente al matrimonio Warren, encargado de luchar contra espíritus y otros seres malignos. Frances O´Connor está muy bien como la madre aterrorizada por lo que está sucediendo en su casa, mientras que de los cuatros niños protagonistas destacaría a Madison Wolfe, que encarna a Janet Hodgson, con un papel importante en la trama y que es el objetivo principal de la mayor parte de fenómenos paranormales que se desarrollan en la cinta. Las grandes interpretaciones permiten crear con el espectador una complicidad que provoca que sufras con los personajes, que se desarrolle una empatía natural.

En definitiva, una gran cinta de terror, apoyada en una primera hora absolutamente fantástica y en la maestría de un director que ya no tiene nada que demostrar y que se ha hecho merecidamente con un puesto de honor en lo que al género de terror se refiere. La película nos deja unos cuantos momentos para el recuerdo, que no reproduciré aquí para que la sorpresa (y el terror, todo sea dicho) sea más efectiva.Como aspectos negativos, únicamente resaltaría el abuso de los sustos apoyados en una subida de volumen, ya que la duración de la cinta no me ha parecido excesiva, ya que son dos horas que pasan muy deprisa y que nos tienen clavados en la butaca. Espero con impaciencia la tercera parte.

8/10
BiShOp
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