Un virus altamente contagioso se ha extendido por Gran Bretaña, convirtiendo a las personas en una especie de zombis.

Cinta de horror apocalíptico, con el clásico grupo de supervivientes bajo situación límite, rodada por un Danny Boyle que se pretende espontaneísta. Las panorámicas del Londres desolado y la estupenda banda sonora prometían algo más que una simple redefinición del muerto viviente.



"Hombres matando hombres."