Buena continuación. El nuevo bebé, una delicia (el del bigotito y la gomina, no el de los ricitos de oro). La villana, una verdadera dama, hermosa, diabólica y viuda negra (y lo modosita que parecía). Morticia, sigue en su línea, irónica, bellísima, fantástica y matriarcal (con una gran Anjelica Huston). Gómez, como siempre, melodramático. Miércoles, vuelve a exhibir su siniestra sonrisa, su inquietante gesto ("made in", Christina Ricci). Fétido, se nos enamora, se hace un implante de pelo y se nos vuelve un calzonazos. Mano, sigue siempre dispuesta... a echar una mano. La abuela, prosigue con sus conjuros y cenas. Y el mayordomo, continua, estirado, adusto, mudo, gruñón y serio. En definitiva, más de lo mismo... afortunadamente.