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Voto de Plácido Eldel Motocarro:
8
Western. Bélico George Custer (Errol Flynn) llega a la Academia de West Point lleno de arrogancia y vanidad. Aunque su carácter indisciplinado le ocasionará numerosos problemas con sus superiores, debido a la acuciante necesidad de oficiales para la Guerra de Secesión (1861-1865), es enviado al frente. Terminada la guerra, se casa con Beth (Olivia de Havilland), pero pronto le asignan un nuevo destino: la guerra contra los indios. Al frente del Séptimo ... [+]
23 de junio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Murieron con las botas puestas” trata de ser la biografía de un controvertido personaje histórico, el general George Custer. Y lo hace tomando claro partido a su favor, y para ello despliega una fabulosa forma de contádnoslo: con un esplendoroso mano a mano entre Errol Flynn y Olivia de Havilland, con una enaltecedora banda sonora, con el mejor despliegue técnico de su tiempo, con la realización de un gran especialista en el cine de acción (Raoul Walsh), algo que se nota, y con un guión inteligente y fluido con ciertas dosis de humor, al menos para los cánones de la época, cargado de diálogos intensos y directos que a veces van imbuidos de un gran idealismo; de ese idealismo que nos habla sobre la gloria… sobre el deber.

Una película para nostálgicos del cine clásico, de las historias enaltecedoras de valores tales como el honor, el valor, la lealtad y la justicia.

¿Histórica?, bueno; depende de quien se la cuente; ya sabemos que la historia es esa gran embustera que narra la vida de hombres, mujeres y naciones según el mentiroso que las reinventa cuando ya no queda nadie para contradecirle. En mi opinión ni se aleja ni se acerca más que otras visiones mucho más antagonistas. Como ya he dicho se pone de parte del personaje y siempre barre a su favor, y no se puede negar que trata con gran respeto a las Grandes Naciones de las grandes praderas.

Sinopsis:

Hubo un tiempo que en yermos y collados,
se albergaba de El Séptimo memoria,
de la caballería y de la gloria,
y de casi mil hombres mal pagados.

Al ritmo de una marcha van montados,
marchando a su lugar entre la Historia,
con las botas caladas de oratoria,
pero con sus dos flancos, descuidados.

Y marchan sin temer a la emboscada,
hacia un pequeño cuerno desprendido,
siguiendo de la muerte la pisada.

Al frente “Cáster” marcha precedido,
por la larga bandera desplegada,
ante ese viento gélido y temido.
Plácido Eldel Motocarro
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