Esta película no es para todos los públicos. Si pensáis ir a verla porque salen dos actores de la talla de Brad Pitt y Sean Penn y esperáis una trama que os encandile y que os ponga en suspenso tampoco vayáis a verla. Pero si queréis ver algo que os emocione, que os haga pensar, algo bello, reflexivo, con un transfondo espiritual (que no religioso) y emocional, algo como la vida en sí misma, no os arrepentireis de verla.

Malick ha hecho un trabajo excelente, visualmente implecable y si bien, como he dicho antes, salen Pitt y Penn, es la actriz Jessica Chastain la que para mi hace el papel más emotivo de la película, esa madre abnegada y dedicada a sus hijos y a su marido, que dejó el camino espiritual de la vida por el camino de la naturaleza. Su compenetración con los actores jovenes (sus hijos en el film) te hacen evocar tu infancia ya perdida, los juegos, los abrazos de una madre...

En conclusión, para verla en el cine y dejarse llevar...