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Voto de franco nero:
10
Drama Biografía de Salvatore Giuliano (1922-1950), un mítico bandido e independentista siciliano. Pero lo que a Rosi le interesa de verdad es centrar la atención sobre el endémico atraso de Sicilia, sobre las relaciones entre mafia, bandolerismo, poder político y poder económico, es decir, sobre las causas de lo que los italianos llaman el "problema meridional". (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2020
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Afortunadamente, el año anterior el Cine Italiano fracasó al acercarse -demasiado- a la figura del mafioso Salvatore Giuliano en la tristemente derrotada (por la taquilla) Muerte de un Bandido, para la que llamaron al español Francisco Rabal que, pese al fiasco, logrará seguir en el extranjero incluso en grandes películas (Antonioni, entre otros, le llamará). En esa Muerte de un Bandido cometen el error de acercarse demasiado a un personaje enigmático (así que inventan cómo era, sin saberlo) y eso les lleva a novelizar demasiado en el país que premia el (neo) realismo y castiga la impostura.
Aunque lo desconozco, seguramente Francesco Rosi, al, por un lado, recibir la luz verde para su versión gracias a ese fracaso, y por el otro, tener claro por qué sucumbió (apenas duró tras su estreno en las salas) Muerte de un Bandido, optó para su versión por irse a la acera de enfrente: estila un neorrealismo muy verista, nada de novelizar, casi es un documental dramatizado (eso es lo que mamaron los italianos desde 1945), y sobre todo se aleja de meter demasiadas escenas de Salvatore Giuliano, de averigüar 'cómo era'. Es uno más en la trama.
El enigma, el misterio sobre el personaje, los hechos reales, y el hiperrealismo, sabia y firmemente mezclados, revelan una poderosa obra maestra tanto en el formato (el hiperrealismo) como en el fondo de la historia: literalmente te meten en la cerrada Sicilia de Posguerra y ese es el verdadero espectáculo: asistes a un capítulo de la realidad tan bien reconstruido que te impacta mucho más que los fuegos artificiales con gran presupuesto habituales en los estrenos de cada viernes.
Además, le queda tan redonda la película, que no pasa un año por ella. Sigue resultando impactante 50 años después. Seguramente ese hiperrealismo tan bien reconstruido es el causante de ello.
Hay que alegrarse, pues, de que Muerte de un Bandido fuera un rotundo fracaso.
franco nero
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