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España España · Xanadú
Voto de Orson_:
8
Drama Finales de los años treinta. Los mejores jugadores de póker compiten por el triunfo en Nueva Orleáns. Un joven jugador (McQueen) se incorpora al selecto grupo de tahúres que se proponen derrotar al rey "Robinson". Popular película con partidas llenas de suspense. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El rey del póker llega a la ciudad de Nueva Orleans para enfrentarse a uno de los mejores jugadores que aspira a su trono, Cicinnaty Kid, que está convencido de estar preparado para la partida de su vida. Pero no es únicamente una partida lo que se juega, sino el devenir de varias vidas que se cruzan en la habitación del hotel durante varios días.

La presentación de los personajes es memorable, sólo con una escena nos presenta a cada uno de ellos y nos da pistas sobre su carácter. Steve McQueen acepta la apuesta de un niño, y le gana claro, …y se apropia del dinero; lleva el juego en la sangre y no perdona. Edward G. Robinson aparece entre la bruma del tren, es el mito al que todos quieren derrocar que llega precedido de la leyenda. Ann-Margret, tumbada sensual en la cama, hace trampas haciendo un puzzle limando las piezas para que encajen; no le importa el modo sino el fin. Karl Malden se nos presenta de espalda en el garito mientras habla con Kid, por algo será… Por no hablar del encuentro entre los dos protagonistas de la partida, se mantienen la mirada y la pose, estudiándose, desafiándose, he visto duelos en el oeste que transmitían menos tensión.
Todos los personajes forman parte de un conjunto coral que pone colorido y viveza a la narración, tan distintos entre sí pero unidos por la pasión por el juego. Mientras se fragua la partida irán moviéndose por terrenos sinuosos que les conducirán a la partida definitiva con distintos objetivos. No hablo ahora del póker, hablo de sus vidas y de sus pasados que les lastran como cadenas.

Sensacionales las primeras espadas, Steve McQueen y Edward G. Robinson, pero no menos notorios Joan Blondell como Lady Manitas, Karl Malden como Genio, repartidor de cartas condicionado por las deudas, Ann-Margret como su díscola mujer que siempre quiere salirse con la suya, o Rip Torn como el millonario que busca venganza moral sin importarle las reglas.

Maravillosa ambientación de la ciudad de Nueva Orleans con su inevitable impronta musical, pero sobre todo la increíble atmósfera conseguida con la filmación de las partidas de póker, una sucesión milimétrica de gestos, frases, murmullos, y miradas, sobre todo miradas, que dicen y que esconden, que intentan adivinar lo que oculta la mirada del otro. La cámara oscila de un jugador a otro, las cartas surcan el tapete de la mesa, una mirada se cruza con otra, una gota de sudor en la frente indica la tensión que se respira, y entonces algún jugador sube la apuesta y el murmullo crece en la sala, y ya estamos metidos de lleno en la partida siendo un jugador más.

Un apasionante viaje por el mundo del juego, su psicología y sus miserias, por la obsesión por ganar y no ser derrotado, por la incomprensible atracción que sienten los jugadores por la última carta pensando que son capaces de controlar el destino y el azar… sin darse cuenta de que posiblemente sea esa carta la que los controla a ellos…

Si encima entendiera de póker ya sería la leche...
Orson_
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