No vayan a pensar que "La sombra del delator" es como "El cuarto protocolo" o la saga de Harry Palmer. Nada que ver. Esta película lo que está es llena de buenas intenciones y tiene todas mis simpatías (cualquier película que huya del maniqueo y denuncie las prácticas ilegales de los gobiernos "aliados" tiene mis simpatías) pero aquñi valoramos películas, no intenciones.

¿El guión? Hace aguas, tantas, que hacia el final ya está en el fondo del mar. Actos inverosímiles por parte del personaje protagonista que los defiende con mucho talento pero, al fin y al cabo, no se los cree nadie. Eso y el ritmo a veces soporífero hacen de esta cinta una cosa muy muy flojita.

Si les interesa el tema, mejor rescaten "Edge of Darkness", una miniserie de TV británica de la que Mel Gibson hizo un solvente remake aunque sin mucha gracia. Trata el mismo argumento pero con resultados muchísimo mejores.

Lo mejor: Michael Caine y (quizás) la escena de la habitación de hotel.
Lo peor: el guión, su ritmo, su final.