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Voto de Kick'Em Ars:
9
Drama Daniel Lefebvre es el director de la escuela infantil de un barrio marginal de un pueblo minero del norte de Francia, en el que el 30% de la población está en paro a causa de la crisis de la minería. Un día, la madre de una alumna llega borracha a la escuela, sufre un colapso y deja allí a su bebé y a su hija de cinco años. El director solicita entonces la ayuda de los vecinos, pero lo único que conseguirá es que su labor docente sea cuestionada. (FILMAFFINITY) [+]
27 de enero de 2007
26 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Daniel Lefebvre es el director de una guardería de un pueblecito francés cuyos habitantes se encuentran asfixiados por los recortes del gasto público y la reconversión industrial: las carencias básicas (alimentos, luz) repercuten en la armonía familiar; y la falta de amor familiar repercute en la educación (saber decir “Buenos días”) y en la cultura (saber el “2+2” y el “A-B-C”) de los niños. Y es aquí donde adquiere importancia el héroe local Lefebvre. El director se implica en los problemas de sus niños, hasta el extremo de sacrificar su futuro profesional (como decía Brassens: “Tout le monde me montre au doigt / sauf les manchots, ça va de soi”(1)) y sus planes familiares (el deseo de tener un hijo él y su compañera se ve una y otra vez postergado). Su visión de los problemas de los niños y de sus familias es estrictamente personal. Él convive con ellos y su trato es de persona a persona. Para conquistar beneficios para sus pupilos, se ve obligado a bregar con asistentes sociales, cuya visión del problema es eminentemente social, y con políticos, cuya visión de la realidad se ajusta a variables macroeconómicas. Y es esta dificultad de entendimiento la auténtica raíz corrompida de un podrido sistema en el que nada funciona en favor de los más necesitados.

La cámara de Tavernier opta por planos de larga duración y cercanos a los rostros de los personajes, y busca las miradas y lo que ven las miradas, sin cambiar el plano, con suaves movimientos, como de sana curiosidad, en una búsqueda del detalle, de la información: en cualquier momento abandona al personaje y se asoma a la ventana, acompaña a Lefebvre en medio del trajín del pasillo de la guardería de un lado a otro, al “ver” un furgón de la policía se lanza en un frenético travelling de acercamiento... Con estos modos, potencia el concepto de la cámara como un ojo que observa todo. Y es ésta la cualidad que otorga a Ça commence aujourd'hui la condición de gran película, la capacidad del objetivo para observar y, por ende, mostrar la realidad con realismo. Aunque parezca una redundancia no lo es, a tenor de tantos trabajos fílmicos con vocación realista que se ahogan en el énfasis y los subrayados de los mensajes que contienen.

1.- Todo el mundo me señala con el dedo / salvo los mancos, por supuesto.
Kick'Em Ars
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