Es extremadamente difícil sostener una película en cuatro actores y muchos diálogos. Aunque si esos actores están extraordinariamente dirigidos y el guión resulta ser uno de los mejores de los últimos años puede que la película no salga del todo mal. Pues ese es el caso de "Closer", una insólita y fascinante película que basa su arrollador encanto en unos inmensos Julia Roberts, Jude Law, Natalie Portman y Clive Owen y en un guión perfecto lleno de diálogos de una franqueza y una sinceridad maravillosas. La película es una sucesión de careos donde los actores se desplegan como magníficas marionetas en manos de un Mike Nichols que sabe lo que quiere extraer. Unos seres inmaduros, profundamente humanos y caprichosos. Unas escenas de una genialidad incontestable (el laboratorio fotográficos, el salón de striptease) y -aunque me repita- unos actores geniales. A Julia Roberts le venía muy bien un personaje como Anna, y Natalie Portman está deliciosamente perversa en la piel de Alice. Ellas y ellos contribuyen a crear eso que antes se llamaba magia cinematográfica, con sus furiosos duelos interpretativos.