No me parece acertado ni lo que se dice en la sinopsis, ni en la frase de la crítica de The guardian: no veo absurdo ni desparpajo en Olla, sino una crítica a la desigualdad y violencia de género, y también a la discriminación hacia los/as inmigrantes, ambas características aún muy presentes en el mundo en que vivimos.

Ariane Labed no nos cuenta una historia completa: no nos explica quiénes son los personajes, o por qué están ahí. Nos muestra un momento de esa historia, el momento en que esos personajes se conocen y la manera en que interactúan.

Es fácil identificarse con la protagonista: una mujer que desea, se aburre, se arriesga, se frustra, como cualquier otra mujer. Que se enfrenta a la pregunta de cómo reaccionar cuando es tratada de maneras tan absurdas y desiguales, como si ser mujer e inmigrante la hiciera menos persona que el hombre francés con quien emprende esa extraña convivencia, por ejemplo, o los hombres que se cruza en la calle, o incluso la cajera del supermercado.

El personaje de la señora también aporta mucho. Podría leerse como un extremo de lo antedicho... quizá de tanto destrato recibido en la vida fue que perdió la capacidad de hablar y, a pesar de eso, vemos cómo con Olla se abre un poco más que con su propio hijo.

En fin, una película interesante, fresca, sincera y directa, breve, con un mensaje profundo y serio.