Precariedad de medios, televisión única y pantalla en blanco y negro señalan el marco de una España que en 1967 necesitaba el estímulo de N. ibáñez Menta para adentrarse en el mundo del desasosiego cinematográfico sin moverse del sofá.
La serie está construida con cuidado, la tensión asegurada en cada capítulo a pesar de la escasez económica, la ambientación musical debida a W. De los Ríos acentúa siempre la intensidad del dramatismo, el elenco de actores suele bordar su cometido y sólo cierto desencanto en el desenlace desluce en parte una obra sobresaliente en casi todos sus extremos.

N. Ibáñez Serrador dirigía por esta época las “Historias para no dormir” que ayudaron a formar, junto a “¿Es usted el asesino?", el paradigma del miedo en TVE.