Excelente ejercicio cinematográfico que cautiva desde el principio porque enseguida muestra sus armas y se abre al espectador como una propuesta sincera y sin equívocos.
La ambientación es magnífica, el ritmo destaca por su naturalidad y las escenas se suceden como circunstancias cotidianas exentas de artificio pero construidas con rigurosa precisión y enrome sentido del detalle.
La complejidad se torna reto que el guión (D. Moggach) resuelva siempre con maestría para que J. Wright encuentre más sencilla la labor de dirección.
Además los diálogos definen cada situación con justedad y riqueza en un brillante contexto en que la delicada fotografía y la elocuente banda sonora se alían para hacer honor a la novela de J. Austen y acrecentar su valor en la pantalla.