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Ciencia ficción. Acción
Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
24 de noviembre de 2007
51 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Unas aberraciones de capacidades sobrehumanas producidas por la ingeniería genética llamados Nexus 6 (replicantes, sintéticos) anhelan humanidad en sus prefabricados organismos y humanos deshumanizados pero temerosos intentan acabar con los primeros al comprobar que, en realidad, unos seres manufacturados por el hombre pueden llegar a ser más humanos que sus creadores, a sentirse más vivos que una persona de verdad, que es auténtica, pero que en realidad vive entre la cochambre social como un zombie, sin esperanzas ni ilusiones ni nada por lo que luchar. Y enmedio del fregado, el antihéroe, un tipo gris y poco escrupuloso aunque muy vulnerable, que desea hallar respuestas al origen y al porqué de su propia existencia, mientras intenta liquidar uno por uno a unos replicantes en busca de su sitio en el universo.
Una película llena de simbolismos. El creador, el dios imperfecto, el dios de los inferiores y de los repudiados, que vive en lo alto de la pirámide, rodeado de velas y de lujo, en el plano superior, elevándose por encima de toda la mugre y la decadencia de la ciudad. El hijo pródigo, líder de los demás de su estirpe. Una estirpe de seres luminosos aunque imperfectos que han tenido experiencias asombrosas y se han vuelto adictos a sentir cosas que los humanos errantes de la Tierra apenas pueden soñar. Y no disponen de tiempo. Sus vivencias se perderán irremisiblemente debido a su decrepitud acelerada mientras que seres oscuros y patéticos como los humanos de la Tierra, que apenas se contentan con poder comprar animales sintéticos para amenizar sus conformistas y mundanas vidas, pueden gozar injustamente de una alta y decadente longevidad.
Blade Runner es sin duda, una enorme experiencia visual para el espectador, pero también intelectual, pues da lugar a extensas conversaciones al salir del cine. Cada detalle plástico, cada suceso, cada escena, es digno de discusión a posteriori, en una prolongada cena o en un bar, igual da. Sobre la naturaleza y la personalidad inmoral de Deckard, sobre Rachel o el mismo Gaff, sobre lo que representan tanto Tyrell como Roy o la curiosa forma de vida de J.F. Sebastian. Temas dignos de mención son la arquitectura (o mejor dicho, la imbricación de distintas arquitecturas) de Los Ángeles, la decoración de los distintos interiores, la multiculturalidad y las incontables etnias que invaden toda la urbe y, en general, la visión sobre un delirante y decadente futuro plasmado en la ciudad y en sus gentes. Y es que eso es lo mejor de la ciencia ficción, que permite discutir eternamente sobre las visiones que sus autores tienen sobre el mundo del mañana y de como lo plasman, tanto en el cine como en la literatura.
Una película llena de simbolismos. El creador, el dios imperfecto, el dios de los inferiores y de los repudiados, que vive en lo alto de la pirámide, rodeado de velas y de lujo, en el plano superior, elevándose por encima de toda la mugre y la decadencia de la ciudad. El hijo pródigo, líder de los demás de su estirpe. Una estirpe de seres luminosos aunque imperfectos que han tenido experiencias asombrosas y se han vuelto adictos a sentir cosas que los humanos errantes de la Tierra apenas pueden soñar. Y no disponen de tiempo. Sus vivencias se perderán irremisiblemente debido a su decrepitud acelerada mientras que seres oscuros y patéticos como los humanos de la Tierra, que apenas se contentan con poder comprar animales sintéticos para amenizar sus conformistas y mundanas vidas, pueden gozar injustamente de una alta y decadente longevidad.
Blade Runner es sin duda, una enorme experiencia visual para el espectador, pero también intelectual, pues da lugar a extensas conversaciones al salir del cine. Cada detalle plástico, cada suceso, cada escena, es digno de discusión a posteriori, en una prolongada cena o en un bar, igual da. Sobre la naturaleza y la personalidad inmoral de Deckard, sobre Rachel o el mismo Gaff, sobre lo que representan tanto Tyrell como Roy o la curiosa forma de vida de J.F. Sebastian. Temas dignos de mención son la arquitectura (o mejor dicho, la imbricación de distintas arquitecturas) de Los Ángeles, la decoración de los distintos interiores, la multiculturalidad y las incontables etnias que invaden toda la urbe y, en general, la visión sobre un delirante y decadente futuro plasmado en la ciudad y en sus gentes. Y es que eso es lo mejor de la ciencia ficción, que permite discutir eternamente sobre las visiones que sus autores tienen sobre el mundo del mañana y de como lo plasman, tanto en el cine como en la literatura.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Mucho se ha hablado de la imagen onírica del unicornio, pero existen otros motivos que inducen a pensar que Deckard sea también un replicante.
Por ejemplo, es muy torpe a la hora de exteriorizar sentimientos, como la compasión o el amor. A Rachel le suelta que es una replicante de la forma más cruel posible para luego decirle "eh, que era una broma de mal gusto, no eres una replicante, vete a casa". Se la intenta quitar de encima sin asumir la responsabilidad de sus actos. Posteriormente, cuando intenta besarla y hacer que ella anteponga sus sentimientos a su condición de replicante, lo hace de forma muy torpe, usando la violencia, poniendo una expresión como de ser primitivo e impulsivo. Bien es sabido que los replicantes pueden llegar a desarrollar emociones, pero no las dominan como lo haría un humano equilibrado (Roy se comporta como un niño decepcionado cuando intenta explicarle a Pris que Zhora y Leon han muerto).
Por otra parte, Deckard se aferra a su pasado de forma desmesurada, con toda su colección de fotos, de incluso varias generaciones de familiares, algunas del siglo XIX o principios del XX. Unas imágenes que acaba mirando con cierto escepticismo tras observar la foto de la sobrina de Tyrell que Rachel lanza al suelo. Además, las partituras del piano no son realmente de piano y en ningún momento él da muestras de saber tocarlo, como si todo lo tuviese ahí sin mucha razón de ser.
Y quizá por último, el efecto "ojos rojos". Un fallo de cámara que mostraba un cierto brillo rojizo en las pupilas de algunos personajes y de la lechuza artificial de Tyrell. Dio la casualidad que sólo personajes replicantes quedaron afectados por este error (menos Zhora y Leon). Posteriormente se aplicó digitalmente este "fallo" a Harrison Ford, de manera sutilísima, en una secuencia en la que Rachel le pregunta a Deckard si iría tras ella para asesinarla y se realzó en los demás casos. Ridley Scott aprovechó un fallo de cámara para diferenciar aun más a replicantes de humanos.
¿Disponen de cuatro años de vida tanto Deckard como Rachel? Mi respuesta es que no, ya que ambos parecen ser de una generación anterior a la 6 (o superor, quien sabe). Carecen de la fuerza sobrehumana y de la inteligencia extrema de los Nexus 6, con lo cual no son tan peligrosos y no necesitan un seguro de cuatro años de vida. Deckard, un replicante cazador de replicantes, creado para no conocer su verdadera naturaleza (al igual que Rachel) y dotado de la frialdad necesaria para asesinar a sus semejantes.
Por ejemplo, es muy torpe a la hora de exteriorizar sentimientos, como la compasión o el amor. A Rachel le suelta que es una replicante de la forma más cruel posible para luego decirle "eh, que era una broma de mal gusto, no eres una replicante, vete a casa". Se la intenta quitar de encima sin asumir la responsabilidad de sus actos. Posteriormente, cuando intenta besarla y hacer que ella anteponga sus sentimientos a su condición de replicante, lo hace de forma muy torpe, usando la violencia, poniendo una expresión como de ser primitivo e impulsivo. Bien es sabido que los replicantes pueden llegar a desarrollar emociones, pero no las dominan como lo haría un humano equilibrado (Roy se comporta como un niño decepcionado cuando intenta explicarle a Pris que Zhora y Leon han muerto).
Por otra parte, Deckard se aferra a su pasado de forma desmesurada, con toda su colección de fotos, de incluso varias generaciones de familiares, algunas del siglo XIX o principios del XX. Unas imágenes que acaba mirando con cierto escepticismo tras observar la foto de la sobrina de Tyrell que Rachel lanza al suelo. Además, las partituras del piano no son realmente de piano y en ningún momento él da muestras de saber tocarlo, como si todo lo tuviese ahí sin mucha razón de ser.
Y quizá por último, el efecto "ojos rojos". Un fallo de cámara que mostraba un cierto brillo rojizo en las pupilas de algunos personajes y de la lechuza artificial de Tyrell. Dio la casualidad que sólo personajes replicantes quedaron afectados por este error (menos Zhora y Leon). Posteriormente se aplicó digitalmente este "fallo" a Harrison Ford, de manera sutilísima, en una secuencia en la que Rachel le pregunta a Deckard si iría tras ella para asesinarla y se realzó en los demás casos. Ridley Scott aprovechó un fallo de cámara para diferenciar aun más a replicantes de humanos.
¿Disponen de cuatro años de vida tanto Deckard como Rachel? Mi respuesta es que no, ya que ambos parecen ser de una generación anterior a la 6 (o superor, quien sabe). Carecen de la fuerza sobrehumana y de la inteligencia extrema de los Nexus 6, con lo cual no son tan peligrosos y no necesitan un seguro de cuatro años de vida. Deckard, un replicante cazador de replicantes, creado para no conocer su verdadera naturaleza (al igual que Rachel) y dotado de la frialdad necesaria para asesinar a sus semejantes.