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Voto de psmelbr:
4
21 de enero de 2017
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
No leí el libro. Y me ha bastado, con suficiencia, ver este engendro vomitivo de película para captar cómo el tan anunciado imperio de la decadencia de occidente, es, o pretende ser, una realidad que DEBEMOS aceptar en silencio y del todo convencidos, como las ovejas creen a ciegas en la existencia de Dios. Centrémonos pues en el argumento y profundicemos en la manera, las formas y las tretas para que una mierda de historia pueda parecer atractiva. ¿Te vienes al spolier? Querido lector, te aviso, no voy a ser agradable. Tú mismo pues...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Presentemos los hechos: No sin olvidar que es una comedia negra.
Una señora madura, bastante madura (Isabelle Huppert ya sobrepasa bien los 60 añitos), hace de empresaria o directiva nada menos que en una firma productora de video-juegos. Estupendo, me lo creo, aunque confieso que me cuesta entrarle al toro. Bien, sigamos, la "chica informática" de 60 años es violada, no lo denuncia, y parece ser, como se apreciará más adelante, que esa anormalidad sexual le acabará gustando. Es más, busca esa situación excitante, eso sí, muy finamente, con delicada pulcritud se masturbará contemplando al vecino, es agresiva y lasciva con sus subordinados y, para redondear la situación es hija de un asesino violador que se pudre en la cárcel. Su madre, la abuela del cartel, es especialmente zorrón berbenero, octogenaria moderna y progresista "botox-ica" proclive a gozar su sexualidad con gigolós. Hasta ahora todo encaja en la más absoluta normalidad. Es muy normal que a la madura pájara empresaria le dé lo mismo robarle el "novio" a su mejor amiga (que mal queda el palabro novio más allá de los sesenta años) sólo por el hecho de que la señora sufría un calentón y tenía, literalmente, ganas de follar. Y literalmente así se excusa ante su amiga, una solemne imbécil que le perdonará el impetuoso fornicio porque el hombre compartido por ambas es pésimo en la cama. !Qué lástima de justificación e incongruencia! El hombre florero copula desde hace SEIS meses con ambas amigas y ante tal ineptitud (falta de destreza sexual) las conducirá irremediablemente al bollerísmo. ¿Y qué decir del hijo de la protagonista? Ahí está esa madraza libre de culpa, virginal en la razón, la perfecta madre que supo inculcar a su hijo una educación exquisita y progresista, de tal manera que calificar al niño calzonazos de subnormal sería un insulto hacia los discapacitados psíquicos. Como decía antes, todo encaja en la más absoluta normalidad. Sí, como el hecho de que la nuera, una cándida jovencita rubia, novia con mucho carácter, zorrón vivaz a la enésima potencia, se queda preñada de un negro zumbón y le carga sibilinamente la responsabilidad al tonto, el joven blanquito, flojo, débil, aniñado, cómo no, porque es el perfecto calzonazos de familia bien.
Es curiosa esa sensación de normalidad absoluta, ese realismo absurdo cotidiano y friki, dónde lo anormal debe, merece ser aceptado como ley omnipotente, e interpretar que la joven rubia y zorra prefiere falos negros con aval financiero blanco. Pero, en este caso el amor es ciego y la correcta respuesta civilizada llega de un imbécil dominado que acepta a vástagos de otras razas, de un negro sonriente tras una mampara, como quién compra manzanas en Siberia. Muy normal todo... Joder, lo que me he reído.
Así pues, entre risa y risa, llegamos al final y por fin se descubre al violador, ese "bendito" hombre, salvaje amante, que la mete boxeando y a la señora le gusta. Increible. Qué lío! Porque en realidad es un amante consentido, un tránsfuga violador a conveniencia y porque aquí todo vale, mutando el papel de amante agresivo a violador, y viceversa. A ver, yo así no juego, oigan!... entre tanta confusión ese hombre ha servido muy dignamente de pareja sadomasoquista, y naturalmente, la señora partícipe, sexagenaria estrecha en palabras del amigo calvo impotente, entre mamporros recibe un orgasmazo increible, verdad?.. Pero, tal y como rezan los cánones de la decencia, seamos hipócritas pues, de cara a la galería algunas cosas fuertes no interesan, y el amigo vecino sadomasoquista recibe un estacazo, su premio mortal por violador. Vale, entiéndase que es una comedia negra, sí, pero que conste, yo protesto... Curioso es que la esposa del violador-amante consentido viviera ese infierno durante años y sin denunciarlo. Apaga y vámonos.
Qué divertida radiografía es Elle de occidente, tan podrido, tan hospitalario y culpable, tan normalizado hasta la aberración, todo un disfraz a modo de penosa y triste comedia negra.
Una señora madura, bastante madura (Isabelle Huppert ya sobrepasa bien los 60 añitos), hace de empresaria o directiva nada menos que en una firma productora de video-juegos. Estupendo, me lo creo, aunque confieso que me cuesta entrarle al toro. Bien, sigamos, la "chica informática" de 60 años es violada, no lo denuncia, y parece ser, como se apreciará más adelante, que esa anormalidad sexual le acabará gustando. Es más, busca esa situación excitante, eso sí, muy finamente, con delicada pulcritud se masturbará contemplando al vecino, es agresiva y lasciva con sus subordinados y, para redondear la situación es hija de un asesino violador que se pudre en la cárcel. Su madre, la abuela del cartel, es especialmente zorrón berbenero, octogenaria moderna y progresista "botox-ica" proclive a gozar su sexualidad con gigolós. Hasta ahora todo encaja en la más absoluta normalidad. Es muy normal que a la madura pájara empresaria le dé lo mismo robarle el "novio" a su mejor amiga (que mal queda el palabro novio más allá de los sesenta años) sólo por el hecho de que la señora sufría un calentón y tenía, literalmente, ganas de follar. Y literalmente así se excusa ante su amiga, una solemne imbécil que le perdonará el impetuoso fornicio porque el hombre compartido por ambas es pésimo en la cama. !Qué lástima de justificación e incongruencia! El hombre florero copula desde hace SEIS meses con ambas amigas y ante tal ineptitud (falta de destreza sexual) las conducirá irremediablemente al bollerísmo. ¿Y qué decir del hijo de la protagonista? Ahí está esa madraza libre de culpa, virginal en la razón, la perfecta madre que supo inculcar a su hijo una educación exquisita y progresista, de tal manera que calificar al niño calzonazos de subnormal sería un insulto hacia los discapacitados psíquicos. Como decía antes, todo encaja en la más absoluta normalidad. Sí, como el hecho de que la nuera, una cándida jovencita rubia, novia con mucho carácter, zorrón vivaz a la enésima potencia, se queda preñada de un negro zumbón y le carga sibilinamente la responsabilidad al tonto, el joven blanquito, flojo, débil, aniñado, cómo no, porque es el perfecto calzonazos de familia bien.
Es curiosa esa sensación de normalidad absoluta, ese realismo absurdo cotidiano y friki, dónde lo anormal debe, merece ser aceptado como ley omnipotente, e interpretar que la joven rubia y zorra prefiere falos negros con aval financiero blanco. Pero, en este caso el amor es ciego y la correcta respuesta civilizada llega de un imbécil dominado que acepta a vástagos de otras razas, de un negro sonriente tras una mampara, como quién compra manzanas en Siberia. Muy normal todo... Joder, lo que me he reído.
Así pues, entre risa y risa, llegamos al final y por fin se descubre al violador, ese "bendito" hombre, salvaje amante, que la mete boxeando y a la señora le gusta. Increible. Qué lío! Porque en realidad es un amante consentido, un tránsfuga violador a conveniencia y porque aquí todo vale, mutando el papel de amante agresivo a violador, y viceversa. A ver, yo así no juego, oigan!... entre tanta confusión ese hombre ha servido muy dignamente de pareja sadomasoquista, y naturalmente, la señora partícipe, sexagenaria estrecha en palabras del amigo calvo impotente, entre mamporros recibe un orgasmazo increible, verdad?.. Pero, tal y como rezan los cánones de la decencia, seamos hipócritas pues, de cara a la galería algunas cosas fuertes no interesan, y el amigo vecino sadomasoquista recibe un estacazo, su premio mortal por violador. Vale, entiéndase que es una comedia negra, sí, pero que conste, yo protesto... Curioso es que la esposa del violador-amante consentido viviera ese infierno durante años y sin denunciarlo. Apaga y vámonos.
Qué divertida radiografía es Elle de occidente, tan podrido, tan hospitalario y culpable, tan normalizado hasta la aberración, todo un disfraz a modo de penosa y triste comedia negra.